Héroe ensangrentado

Capítulo 8: Talento Versus Convicción

"Ah, eso fue realmente frustrante; estábamos tan cerca de ganar!"

Katsuki ni siquiera se estremeció cuando Toru se desplomó abruptamente en el asiento a su lado. No podía decir si era porque simplemente no le importaba o que la había visto venir, la chica invisible que se puso su uniforme de gimnasio ahora que terminó de combatir por el día. Ella esperó unos momentos para que él dijera algo, pero parecía que no estaba de humor hablador.

"Cómo están tus lesiones, Bakugo-kun?" Bueno, al menos podía asegurarse de que estuviera bien antes de volver a unirse a las chicas del otro lado de la habitación; apenas podía caminar hace unos minutos, después de todo.

"Estoy bien. No necesitas fingir que te importa, Invisalign." Su voz retumbante era sorprendentemente tranquila. Katsuki había estado mirando hacia otro lado desde que ayudó a Izuku a sacarlo del edificio. Toru se preguntó por qué eso la molestaba.

"No estoy fingiendo! Somos socios—o al menos estuvimos un poco. Por supuesto que me preocuparía."

"Me llamaste loco."

"Calor del momento! Casi me explotaste"

"No hubiera dejado que eso sucediera."

Toru provocó su ira para inclinarse hacia adelante e inspeccionar la cara de Katsuki. Con los ojos caídos y menos estrechos de lo habitual, casi parecía apologético. Apenas lo conocía, pero Toru no pudo evitar sentir que la vista era equivocado de alguna manera.

"Lo sé." La de hace treinta minutos no le habría creído, pero ese no era el punto. El Katsuki que estaba frente a ella ahora mismo parecía lo más alejado de alguien que ignoraba a sus camaradas lo suficiente como para atraparlos en sus ataques. Parecía un poco embrujado, honestamente, y ella sabía que era por las cosas que Izuku había dicho durante su pelea; la historia que él y Katsuki compartieron. "Y no se suponía que me llamarías por mi nombre? Teníamos un trato."

Katsuki no dijo nada por un minuto; Toru se quedó preguntándose si su intento de cambiar el tema solo lo había empujado más lejos en este nuevo caparazón que había creado para sí mismo.

"Lo siento. En realidad no tienes que hacerlo"

"Luchaste bien. Buen trabajo, Toru." Se sentía como si Katsuki estuviera mirando directamente a sus ojos. Este nuevo y suave look... Ella no sabía qué hacer con él. Y el sonido de su voz rasposa prácticamente susurrando su nombre...

"R-Right Tú también lo hiciste, Bakugo-kun!" Ella le dio una palmada en las mejillas, deseando el calor que se elevaba rápidamente a su cara. Se sintió más agradecida que nunca por su invisibilidad, lo que ocultó sus reacciones de la mirada exigente de Katsuki.

"No tienes que animarme, Invisalign; sé que soy el mejor."

Momento terminado.

Katsuki se volvió y se inclinó hacia atrás, cerrando los ojos y descansando las manos detrás de su cabeza con el fantasma de una sonrisa en sus labios. Parecía que estaba a punto de tomar una siesta. Bueno, ella había logrado mejorar su estado de ánimo, al menos.

"Wh-B-Y-You.." Ella no podía formar palabras, una mezcla de indignación y vergüenza torciendo su lengua más allá de la razón.

"El trato fue que te llamo por tu nombre, no que lo haga para siempre. Vas a tener que trabajar más duro para eso... Toru." Dioses, pero si esa sonrisa de mierda de él no fuera la cosa más agravante que jamás había visto. Lo peor fue que su nombre de su boca causó la misma reacción que la última vez, y todavía no podía unir una oración adecuada. Toru se paró rígidamente, caminando hacia las chicas con las manos firmemente plantadas en sus mejillas en llamas.