Dejame contarte una historia donde todo es diferente,un amor algo diferente,una maldición,algo fuera de lo común de los típicos libros de fantasía,algo fuera de los cuentos que terminan en un "Felices para siempre",¿O si?.
●●●●●●●●●●●●●●●●●●●●●●●●●●●●●●● En un pequeño pueblo algo alejado de ciudad,se encontraba en una pequeña chosa de madera,una mujer algo joven de unos 28 años,ojos oscuros y cabello café,sentada junto a la chimenea mientras acariciaba su vientre abultado con sumo cuidado.
Aun faltaban unos meses para que naciera,el bebé nacería en Diciembre,específicamente el Treinta y uno de Diciembre.
Su madre Edith, le había advertido de una maldición,esta mencionaba que todo bebé,humano o animal nacido un treinta y uno de Diciembre,sería maldito con La Maldición Del Corazón Helado.
Hechizo lanzado por una echizera,hace más de cien millones de años,muchos creían que no tenía antídoto o algun otro echizo para revertir tal maldición.
Años después,el tema de la maldición se fue perdiendo con los años,nadie lo creía,en aquel pueblo nadie había nacido en algún año nuevo,así que con el tiempo el tema fue perdiendo interés,hasta este momento.
Chloe nunca había creído en maldiciones,sabía que existían otro tipo de criaturas como los elfos,hadas,echizeros o brujas,pero esta maldición era algo que jamás creería.
Muchos en su pequeño pueblo le habían dicho que abortara al bebé, por el bien del bebé que no sufriría y por miedo,algo que Chloe se nego rotundamente,no hiba a abortar al bebé solo por una maldición o por el miedo de las personas. ●●●●●●●●●●●●●●●●●●●●●●●●●●●●●●●
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●●●●●●●●●●●●●●●●●●●●●●●●●●●●●●● Finalmente,el día del parto llegó. Chloe se encontraba siendo atendida por su esposo en la pequeña cabaña donde vivían,la mujer se encontraba sentada,mientras James un hombre alto,ojos marrones cabello lacio,se encontraba a su lado en todo momento.
Habían llamado a una señora especializada en partos,una mujer de la tercera edad,algo vieja con sesenta y siete años,sentada a su otro costado acompañando a la mujer,cuando perfectamente podría haber estado con su familia gozando del año nuevo.
-Ya casi es hora- hablo Jennifer,la mujer de edad avanzada sumamente preocupada temía que el bebé naciera muerto a causa de la maldición.
-Señora,no hay de que preocuparse,el bebé estará bien,solamente inventaron el rumor de la maldición para asustar a los niños y a las jóvenes para prevenir embarazos en adolescentes- Dijo la mujer embarazada en la habitación,notando la preocupación de la mujer.
-Es verdad señora,no tiene porque preocuparse- Habló por primera vez el hombre en la habitación,tomando fuertemente la mano de su mujer,James si creía en la maldición pero nunca la había mencionado para no alertar o preocupar a su mujer.
Los minutos pasaron rápido y finalmente llegó la hora del parto,Jennifer miró preocupada a los ya padres en la habitación,el bebé estaba sumamente frío,su piel estaba pálida,y sus labios tenuemente morados,nisiquiera había llorado al momento de nacer como otros bebé,pero lo que más le sorprendía a la mujer era que respiraba,por un momento había pensado que estaba muerto.
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Los años habían pasado,el pequeño Ethan ya seis años,en ese tiempo a la edad de cuatro años se mudaron a la ciudad,para tener mejores oportunidades para el pequeño y poder que pudiera disfrutar un poco de su infancia,ya que con el poco tiempo que estaba con el bebé,se había dado cuenta de que sería muy diferente a los otros niños.
Habían visitado ya a varias brujas,y echizeros del pueblo,estos confirmando la maldición del niño.
A la edad de seis años ya hiba a el kinder,y no era sorpresa para muchos que era sumamente seco con todo aquel que le hablara,a causa de eso no tenía amigos,algo que al pequeño Ethan le gustaba,la soledad,le hacía sentir tranquilo de cierto modo al no tener a nadie al rededor,la mayoría de los recreos se la pasaba en la azotea solo.
Desde la azotea le gustaba ver a los otros niños jugar,otra cosa es que no le gustaba el calor,los días muy soleados o el verano,no hablaba mucho pues no tenía con quien hablar. O bueno no era que se esforzará a hablar con los otros niños mucho tiempo,siempre las cosas triviales del colegio, el típico "Me prestas...",o el "¿Me explicas la tarea?", nada más que eso con sus compañeros de clase.
Tendría consecuencias en el futuro para sociabilizar,también,algo que destacar de eso es que era inteligente,o bueno un poco más para un niño de seis años,siempre hiba a un paso delante de sus compañeros.
Todo estaba bien,a sus ojos,pero a los de sus padres estaban preocupados de cierta manera,así que para calmar un poco su preocupación,casi siempre lo cambiaban de escuela cada vez que su hijo les decía que le dolia el pecho.
Así había crecido hasta los catorce años que es cuando se calmo un poco más su preocupación ya que el ya adolescente no les decía nada de aquel dolor.
Esto fue hasta que un día a sus diez y seis años les dijo a sus padres que le cambiaran de escuela sin dar ninguna explicación alguna,estos accedieron al instante.
Pero lo que no esperaría es que sus padres le contará toda la verdad,o que un chico rompería aquella maldición que ni el sabía que tenía.
