Capitulo 14 - Celoso

257 17 4
                                    

- Mari dime qué es broma -me dijo Pau-

- Pau, tu ves que este de broma? -le respondi haciendo gestos con las manos-

- Joder, pero será zorra -me dijo mirando hacia un lado-

- Eh, relájate vale? Ya está olvídate de todo esto, ella no nos merece, nunca nos ha merecido, ya sabes cómo es -dije poniéndole mis manos en su cara-

- Ya, ya sé cómo es pero porque? Porque tiene que hacer todo esto tío? -dijo casi llorando-

- Escuchame Pau, ya sabes cómo es mamá, es una mala persona la cual nunca nos ha tratado bien, hemos aprendido a vivir sin ella ya que nunca ha aportado algo bueno en nuestra vida, y ahora por una simple noticia no vamos a dejar que ella gane, que le vaya bien con sus otros hijos porque nosotros ya no lo somos, vale? -dije dándole un beso en la mejilla-

- Vale, gracias Mari -dijo dandome un abrazo-

- Venga, vamos con los otros

Nos dirigimos hacia donde estaban los demás, dijimos de pedir unas pizzas ya que eran ya las 21:30 y teniamos que cenar y ir a dormir temprano, ya que mañana teníamos que madrugar porque teniamos el vuelo temprano

- De que queréis las pizzas? -pregunto Fermin-

- De carbonara -dije yo-

- De 4 quesos -dijo Lamine-

- De jamón y queso -dijo Pedri-

- Y de barbacoa -dijo Marc-

- Vale, pues ahora mismo las pido -dijo Fermín-

Yo me dirigí hacia Héctor ya que hoy apenas habíamos hablado, me senté al  lado suya en el sofá y puse mi cabeza en su hombro

- Como estás? -me dijo dándome un beso en la frente-

- Pues bien, supongo

- Supongo? Que te pasa?

- Nada, mi madre

- Tu madre? Que le pasa?

- Nada, no te preocupes enserio

- No, si que me preocupo -dijo cogiéndome de la mandíbula- me preocupas

- Eres tu?

- Eh? Cómo que si soy yo?

- Que si eres tú de verdad, yo solo recuerdo a un tal Héctor que le caía fatal y me trataba mal

- Eres una exagerada, tampoco nos llevabamos tan mal

- Que va, tampoco tanto

- Estas graciosita eh -dijo mirandome a los labios-

- Yo siempre

Note la tension que teníamos entre los dos, las mariposas en el estómago, sus ojos brilllaban, veía sus rizos, que estaban perfectamente definidos, el era perfecto, sabia que me estaba enamorando, y la verdadera pregunta es, quién no se enamoraría de él? Cada vez nos acercabamos más y veía como ponía su mano en mi cintura, haciendo que me acercará más a él, gire mi cabeza para ponerme más cómoda y el me cogió de la mandíbula, yo solo le miraba a los ojos, acabo juntando nuestros labios y nos dimos un beso suave, sus labios eran muy carnosos y suaves, me encantaba, Héctor me encantaba.

- Le estás cogiendo el gustillo a besarme eh -dije poniendo mi cabeza encima suya-

- Normal -dijo riéndose-

- Como que normal?

- Que para no besarte, con lo preciosa que eres -dijo mirándome fijamente-

- No digas eso anda que me pongo nerviosa -dijo sonrojándome-

EL DESTINO LO QUISODonde viven las historias. Descúbrelo ahora