"Tu fuerza no solo radica en tu poder, sino en cómo haces que mi corazón se sienta invencible a tu lado."
Cuando T/N Hamari lo pierde todo, no se puede imaginar que eso solo era el comienzo de una vida en un mundo de maldiciones, peligro y oscuridad...
Si las maldiciones existen... ¿También lo hacen las bendiciones?
Como los deseos de cumpleaños, desearle a alguien un buen viaje, o incluso decirle feliz Navidad a alguien. Para muchos son solo un pensamiento o un recordatorio que se desvanece en el aire. La verdad es que, inconscientemente, todos creemos que nuestras intenciones pueden traer buenos resultados. Pero, ¿qué si nuestras intenciones, por más puras que sean, están esculpiendo algo más oscuro de lo que imaginamos? Nuestras intenciones están moldeando este mundo silenciosamente.
Así funcionan las bendiciones. Porque en un mundo donde las maldiciones se alimentan del miedo y la desesperación, ¿no es posible que lo contrario también exista, deslizándose entre lo que consideramos seguro, tan peligrosa y letal como cualquier maldición?
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7 de septiembre de 1994. 7:30 a.m
En las afueras de la deslumbrante ciudad de Tokio, en una casa rodeada y decorada por rica y basta flora, una familia sube lentamente las escaleras: un hombre, sosteniendo un celular con la cámara de video prendida; un joven, de 18 años, con un pequeño obsequio en sus manos; Y una mujer, que lleva un pequeño pastel de chocolate, decorado con 6 velas y con la frase "Feliz Cumpleaños".
Caminan por el pasillo descalzos, evitando hacer cualquier ruido hasta llegar al fondo, donde hay una puerta blanca decorada con flores pintadas a mano. Abren con cuidado para entrar a una habitación, con muros tapizados de flores silvestres, pisos alfombrados y una cama estilo princesa, con cortinas que cubren la pequeña figura que duerme plácidamente. El padre toma la orilla de la cortina y la abre rápidamente. La familia comienza a cantar.
- ¡Feliz cumpleaños a ti! ¡Feliz cumpleaños a ti! ¡Feliz cumpleaños, querida T/N! ¡Feliz cumpleaños a ti!
La niña despierta, apenas los oye cantar Sus ojos (c/o) brillan al ver el pastel, con sus pequeñas manos se peina su largo cabello desordenado y le dedica a su familia la más hermosa de sus sonrisas. El primero en acercarse fue el joven, que le revuelve el cabello juguetonamente.
- Feliz cumpleaños enana.
T/N se ríe. Se acomoda de rodillas y lo abraza de los hombros amistosamente. El joven le extiende su regalo.
-Ah, no, primero el pastel, luego el regalo. -La madre se acerca con el pequeño pastel en sus manos y lo extiende a la pequeña-. Vamos, sopla y pide un deseo.
La pequeña se acomoda frente al pastel. Cierra sus ojos y se toma el tiempo para pensar. No pasa mucho cuando abre los ojos y sopla las velas. La familia aplaude feliz.
- Mi niña ya tiene 6 años. -dice el padre con un tono melancólico, una lágrima sale de su ojo, provocando que los presentes se rían-. Me entró polvo en el ojo, no me juzguen.
