III

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14 de octubre- 11:15 a.m

La mañana es fresca, el aire parece más ligero después de tantas semanas en el hospital. Yaga llega temprano al hospital, su rostro más relajado que de costumbre. Se detiene frente a la puerta de la habitación de T/N, inhalando profundamente antes de entrar. Al abrir la puerta, la ve sentada en la cama, vistiendo ropa de calle por primera vez en semanas y con el bonsái que le regalo en sus manos. Sus ojos, aunque aún marcados por la tristeza, parecen tener un pequeño destello de esperanza.

- ¿Estás lista? - pregunta Yaga con una sonrisa suave, tratando de ocultar su preocupación.

T/N asiente lentamente, sus movimientos son cautelosos, como si aún no estuviera segura de cómo enfrentarse al mundo exterior después de todo lo que ha pasado.

- ¿A dónde vamos? - pregunta ella en voz baja, su tono apenas audible.

- Vamos a casa - responde Yaga con firmeza, aunque sabe que el lugar al que la llevará no es lo que ella llamaría hogar, al menos no todavía.

Yaga camina junto a la niña, sus pasos tranquilos, pero su mente está llena de pensamientos. Sabe que su vida cambiará por completo a partir de este momento, y también la de ella. Al acercarse a la salida de hospital. Yaga se agacha para estar a la altura de la niña.

-T/N, sé qué has pasado por muchas cosas, pero quiero que sepas que, a partir de ahora, estarás en un lugar seguro, entre personas que entienden lo que eres y lo que puedes hacer -dice con una voz suave y tranquilizadora, mientras le dedica una pequeña sonrisa.

La niña asiente con timidez, aun procesando todo lo que ha ocurrido. Baja la mirada, sus dedos de su mano derecha jugueteando nerviosamente con el borde de su camiseta, y con la otra sostenía el pequeño bonsái.

- ¿Y si no me gusta...? - susurra, su voz temblorosa.

Yaga se arrodilla frente a ella, colocando una mano firme y reconfortante en su hombro.

- Te gustará, créeme.

La niña se vio dudosa un momento, mirando la maceta con el bonsái en sus manos. No estaba convencida del todo. El hombre la mira compasivo.

- Aún eres muy pequeña, y no tienes por qué entenderlo todo de golpe. Solo confía en mí, y verás que todo estará bien - Se para y retoman su camino

Mientras caminan por los pasillos del hospital, el personal los observa con una mezcla de alivio y curiosidad. La pequeña figura de T/N parece frágil, pero hay algo en su postura que sugiere una fuerza interior que recién comienza a despertar.

Al llegar a la entrada principal, ven a un hombre joven de complexión delgada y con lentes, vestido con un traje negro con corbata, esperando junto a un auto negro.

-Este es Kiyotaka Ijichi, él es un director asistente del lugar que te dije -explica Yaga

- Buenos días, T/N - dice Ijichi con una leve inclinación de cabeza. - Un placer conocerte

- Buenos días... - responde ella, su voz aún pequeña, pero más segura.

Yaga abre la puerta trasera del auto y la ayuda a subir.

El viaje es largo y silencioso, interrumpido solo por el suave ronroneo del motor y la música de ambiente en la radio del carro. T/N observa el paisaje pasar, sintiendo una mezcla de miedo y curiosidad por lo que le espera.

- T/N... - comienza Yaga, rompiendo el silencio. - Sé que todo esto es nuevo y aterrador, pero quiero que sepas que estoy aquí para ti. Si alguna vez te sientes abrumada, solo tienes que decírmelo.

Stronger | Gojo Satoru x LectoraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora