❝TE QUIERO COMER❞ [D.O & Tú][EXO]

2. Me estoy volviendo loca.

Perdida... ¡perdida!

Soy niña muerta.

Sonará a locura, locura extrema.

Solo podía distinguir la silueta de la persona... pero, sus ojos, eran hermosos, sus ojos brillaban tanto, incluso más que la misma luna, eran unos ojos grises perlados, me miraban tan profundamente que podía sentir como examinaba cada parte de mi ser.

Mis piernas temblaban.

Me sentía débil. A cada segundo me hacia más y más débil.

La puerta de mi habitación rechino. Ese maldito sonido de película de terror se sintió por todo mi cuarto haciéndome estremecer.

Comencé a temblar, ¿De frío?

No.

¿Nerviosismo?

Tal ves.

¿MIEDO?

Un rotundo y gigantesco "Si".

Miedo a que esta sea la última noche de mi vida.

Una mano, ...se posicionó sobre mi hombro haciendome girar bruscamente y ahogar un enorme grito. Tenia miedo hasta de gritar.

No había nada, pero en cuanto mire a la puerta...

Mi garganta y estómago se apretaron.

¡Ahí estaba!. La silueta, la sombra con sus ojos brillantes y mirándome fijamente.

Algo en mi cabeza sonó. Una voz que ni en mis peores pesadillas había aparecido.

Como si todo estuviera en cámara lenta, mire de reojo la ventana y volví a mirar esos ojos.

Salta.- susurró esa voz. - No tienes otra opción. - sonaba desafiante, con autoridad.

No importa quien era o que era, tenia toda la razón, yo prefería morir por saltar a que asesinada.

Era una orden que no podía negar. Yo me aferraba a la vida, pero esa cosa me dominaba, me manejaba como a un títere.

Comencé a dar pasos hacia atras, directo hacia la ventana. Toque el marco para tratar de impedir seguir retrocediendo. Quería apretar los ojos, dejar de caminar, pero mi cuerpo no me respondía.

Él, él me controlaba, se apoderaba de mi cuerpo.

Esos ojos derrepente dejaron de brillar, el sujeto se azotó o lo azotaron con la pared.

Me tire al suelo cuando recupere el poder de mi cuerpo, me quede arrinconada en la esquina.

Estaba, literalmente aconteciendo una enorme pelea en mi habitación. Mis muebles caían, se escuchaba como las cosas de vidrio se rompían. Horrible.

Mi vista fallaba, y la oscuridad que digamos no me ayudaba, no podía ver nada más, nada más que esos ojos embriagantes, llenos de furia.

Se movían tan rápido. Estaban encima de mi cama, en el suelo.

Ya no podía, no sabia que sucedía, ¡Que clase de cosas están pasando!

La lámpara, justo arriba de mi, se destornillo, iba a caer justo sobre mi cabeza, pero algo me arrastró hasta la otra esquina, rápidamente se separó de mi y por primera vez pude notar que era.

Un chico, un chico de cabello oscuro, vestido de negro, sus ojos grises, esas perlas maravillosas se oscurecieron, tomaron un color marrón oscuro, ojos llenos de profundidad, deseo, pasión, pero más que nada, de compasión, esos ojos que deseaban que yo saltará, ahora se veían afectados. Arrepentidos.

Otra persona o "criatura" lo empujó por la misma ventana donde yo iba a caer, ambos salieron volando por el segundo piso.

Me pare lo más rápido posible y me asomé a mirar.

Por arte de magia, la luz volvió y dejo ver claramente el desastre que antes era mi cuarto. Parecía que habia pasado un tornado.

― ________... ― escuché desde mi puerta. Mamá.

Fui corriendo y como una niña pequeña me arrojé a sus brazos.

Me sentía débil.

― ¿Qué pasó? ― preguntó asustada. Mi cara debe de estar extremadamente pálida por el susto.

― No... se...

― ¿Por qué no me llamaste?

― Te llame...

― ¿Por qué no me dijiste que te vendrías tu sola?

― Mamá acaba de... ― me volteé esperando mirar el desastre. ― pero...

Nada.

Ni un solo vidrio roto, todo esta en su lugar, ni una señal, ni una prueba de que algo hubiese pasado.

― ¿Hija?

Me acerqué lentamente a la ventana. Ignorando a mi madre.

¿Lo imaginé?

No. Fue real, lo se.

Mi corazón se aceleró cuando mire por mi ventana.

― Había... alguien... ― murmure.

Mi mamá se acercó y me miro con desconfianza.

Y como no, si en la puerta no había nadie.

*