10 . Destino y Amor.

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*

Estaciono el auto y bajó tratando de controlar su ansiedad. Lo que menos quería era que el menor creyera que lo acosaba, aunque eso fuera media verdad, así que respirando profundo, tomó su recurrente forma de ser fría y seria.

Al entrar el aroma a café recién hecho inundó sus sentidos, así como el dulce de los postres, la gente se notaba alegre y cómoda, mientras los meseros corrían de un lado a otro.

— Min! — le llamó Jungkook al verlo con su cara de culo, aparecer por la puerta — creí que no vendrías? — Caminó lento, viendo a todos lados, buscando.

— Pues te equivocas, te dije que vendría y aquí estoy — movió la silla y se sentó, sin dejar de ver su entorno. Si Kook lo había fotografiado era porque el chico tenía que estar allí.

— ¿Quieres un café? — asintió — bien — lo vio levantarse y caminar hasta el mostrador donde un chico tomó su pedido — listo en un momento lo traen — volviendo a sentarse — te molesta si te tomo una foto, es para la página web del local, ya sabes — sonriendo.

—Sí, claro, solo hazlo rápido — tomó su móvil y esperó un momento. Cuando el mesero llegó con el café, el castaño tomó la captura, sabía que Yoongi sonreía por cortesía — y Tae?

— Está con los chicos de la cocina, algunos no tienen mucha experiencia, así que les está ayudando — y eso le pico, ¿podría ser que el coqueto muchacho estuviera allí?

— Ya veo, me puedes llevar —dejó el móvil y lo miró fijo —. Lo correcto es felicitarlo — dando un sorbo.

— Sí, pero mejor lo llamo — volviendo a tomar el móvil.

— Que tiene que yo vaya y lo salude allí — y fue que Kook noto ese sutil tono ansioso de su amigo — celoso acaso?

— Por favor, sé bien que tú y los hombres no van juntos en una oración — riendo, haciendo al peli negro bajar la mirada "Si solo supieras", pensó.

— Entonces — lo vio levantarse y hacerle el gesto, para ir tras bambalinas.

Pero justo cuando Yoongi entraba a la cocina, Jimin salía de la puerta de empleados y se había ido a cambiar, ya que un poco de pastel había caído en su delantal y camisa, así que Tae le había pedido cambiarse.

— Jimin, mesa 6!

— ¡Ok! — se sentía feliz, saber que podía hacer algo más que solo chupar pitos — buenos días, que ya saben que van a ordenar?

Era gentil y dulce, algo que tenía buena recepción entre las chicas y algunos chicos, en especial cuando su Eye smile hacía aparición.

— Muchas gracias.

— De nada, disfrute su café, cualquier cosa no dude en llamar.

— Ok.

De a poco el local fue llamando la atención de más gente, que era tentada a entrar por el rico aroma que escapaba, por la puerta.

— Lo admito, me sorprende que estés aquí — dijo el castaño mirando al amigo de su novio.

— Porque siempre cumplo mis promesas.

— Claro, igual que la vez que le dijiste a Kook, que tendría unos días libres para irnos juntos — rodando los ojos, gesto que crispó a Yoongi.

El novio de su amigo era algo especial.

Especialmente molesto.

— Taehyung.

— ¿Que acaso miento?

Miraba a todos, pero ninguno de los que estaba en aquel lugar tenía parecido con su chico especial. Él no estaba allí, y fue que comenzó a cuestionarse si de verdad el de la foto era su JM.

— ¿Todo bien Min?

— ¿Eh? — Jungkook sonrió sutil, era obvio que algo tenía su amigo, la pregunta era: ¿qué?

— ¿Buscas algo o alguien? — mordió su mejilla interna y carraspeo, moviéndose inquieto.

Tae también noto el nerviosismo.

— ¿Por qué no comes un poco de pastel? Dicen que es un buen calmante, para los nervios — metió sus manos en los bolsillos y respiró frustrado.

— No me gusta lo dulce.

— Si eso se nota— murmuró Taehyung.

— Mejor volvamos a la mesa, Min.

— Sí, vamos — dando un paso —. Espero que tengas suerte con tu local Taehyung.

— Gracias Min.

Camino cabeza gacha hasta la mesa siguiendo a Kook, que solo sonreía en silencio, algo tenía su amigo.

— Yo ya me voy — soltó.

— Sí, gracias por venir.

— Para qué estamos los amigos — le dio la mano a forma de despedida y sin decir más, comenzó a salir.

— Jimin, puedes llevarte esto por favor!?

— Claro Joven Jungkook — se detuvo de golpe y giro lento, aquella voz sonaba muy igual a la de su coqueto escurridizo— necesita algo más?

— No, solo eso gracias— pero al girar solo vio una silueta entrar donde estaba la cocina, miró a Kook una última vez y salió, su mente le había jugado una broma y una de muy mal gusto.

— Demonios...

— ¿Qué pasa joven?

—Se le quedó la tarjeta de acceso— recogiendo del suelo — Jimin ¿se la puedes dar tú, por favor? Es un tipo estirado con cara de pocos amigos, estoy seguro de que aún no se va.

— Claro, no hay problema — tomándola.

— Gracias.

Apuro el paso para llegar a la puerta, pero cuando tomo el pomo para salir, alguien buscaba entrar, chocando sin poder evitarlo.

— Perdón señor yo...

— No tranquilo fue mi cu... — quedó estático en su lugar al mirar al joven frente a él...

Las cosquillas fueron para los dos, así como la sonrisa boba y el volcán de recuerdos que los golpeó, despertando eso que había estado quieto en su pecho.

El rápido latir de su corazón.

— Min, que bueno que volviste, se te había quedado la tarjeta de acceso — mirando las manos del menor — justo le pedí a Jimin que te la llevará.

— Jimin? — dijo ronco, mostrando esa mueca de alegría interna por al fin saber el nombre de su capricho.

Estiró la mano para que el mayor pudiera tomar la tarjeta, pero este, viendo la oportunidad, rozó sin descaro los suaves dedos del menor, que sintió la descarga recordarle de pies a cabeza.

— Gracias, Jimin.

— De nada — Jungkook los miró, de un segundo se sentía sobrando en aquel lugar, en aquel momento — con permiso, Joven Kook, volveré a...

—Sí, claro — mostró respeto y miró al mayor una última vez —. ¿Me perdí de algo? —preguntó al aire.

— Kook, me invitas otro café — lo miro curioso, notando el sonrojo, la sonrisa y como no despegaba sus ojos del apuesto jovencito que también buscaba verle, de reojo.

— Solo si me dices qué está pasando— soltó un suspiro y amplió su sonrisa —. Algo me dice que tu historia va a ser en verdad muy interesante, Min Yoongi.

Muy bien destino, ya los pusiste en el mismo lugar, ahora deja que el amor, haga su parte.

*

.Quien Dijo Casualidad?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora