10.- Tranquila

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De vuelta a la escuela. No tengo ánimos para nada pero tengo que ir. Si no voy sabrá que me ha derrotado y definitivamente no quiero eso. No debo darle una imagen mía de perdedora.

Me levanto temprano, voy directo al baño y comienzo a bañarme. Las cicatrices duelen menos pero aún sigue el color rojo. 

-Que mal se ven- pienso-otro día más usando suéter.

Termino de bañarme, me arreglo lo más lento y cuando termino me encamino a la escuela.

-Genial, otro día con estos- pienso.

Definitivamente ya me estoy cansando de ir a la escuela. Todos los días es lo mismo, pero si mi madre me escuchará ya me habría regañado. Me esta hartando toda esta rutina de levantarme temprano, llegar a la escuela y ver a los idiotas de la escuela, comenzando por Tomás. Es como si supiera que no lo quiero ver, porque más se atraviesa en mi camino.

Primera hora, que emoción. 

La hora pasa de lo más lento y lo único que quiero es irme a casa, simplemente no soporto estar ahí ahora, lo cual es muy extraño porque antes quería llegar a la escuela. Desde que rompí con Tomás todo se ha vuelto así. Mis ganas de ir y aprender algo desaparecieron, todo me harta, lo único que quiero es desaparecer. Comprar un boleto de autobús con destino a un lugar muy lejano y jamás regresar.

-Mierda, lo que me hace un estúpido chico. Como si a alguien le importara tanto- pienso.

Pero mi mente que juega conmigo en estos momentos me responde.

-Idiota, a ti te interesa ese.

¡Joder con mi mente!

Mis pensamientos me mantienen demasiado ocupada, que cuando consigo regresar a la realidad ya llego el receso.

-¡Por fin!- digo en voz baja.

Salgo casi corriendo del salón, no quiero que nadie se atraviese por mi camino, no quiero ver al idiota de Tomás. Camino con paso rápido hasta el siguiente salón, pero ¡mala suerte! Mi salón esta enfrente del de él.

-¡Jodeeeer!- exclamo

-Tranquila niña- me calma Amanda, que sin darme cuenta me ha escuchado.

-Perdón, pero es que ya no aguanto nada de esto. El idiota aquel me dice que seamos amigos, me promete que jamás se alejará de mi y no es capaz de responderme un maldito mensaje- respondo con voz temblorosa. Estoy a punto de llorar.

-No le des el poder de destruirte, si te ve mal él se pondrá feliz al ver que a conseguido su objetivo. Mejor ponte mas guapa y que ese vea de lo que se esta perdiendo.- Me dice con una gran sonrisa intentando subirme el ánimo

Sus palabras me hacen bien. Después de lo dicho se acerca a mi y me abraza. A mitad del abrazo siento otros brazos, es Jud que se a acercado a darme fuerza. Ellas son muy buenas amigas, han estado conmigo en las buenas y en las malas. Para mi son las mejores del mundo. Jamás me han dejado sola a pesar de que las cosas se pongan muy feas.

-Ánimo nena, todo va a estar bien y ese tonto se va a arrepentir por dejarte.- Me dice Jud abrazándome más fuerte.

-Gracias por estar conmigo a pesar de que soy una tonta al regresar varias veces con ese.

¿Me acabo de decir tonta? Creo que sí pero esta vez estoy de acuerdo con lo que acabo de decir. Soy mas que una tonta al regresar con él aun sabiendo que me iba a destrozar el corazón. Amanda y Jud han sonreído con mis palabras. Oírme así les alegra, porque por fin estoy abriendo los ojos.

-Bueno bueno- dice Amanda- al fin nuestra pequeña abrió los ojos. Espero y tu ánimo siga así.

Sonrío y asiento. Yo también lo espero.

-Y también esperamos  que dejes de maldecir en cada salón al que entramos y que coincide con el de él- dice Jud mientras ríe.

-Si, eso también. No lo hagas, luego me da miedito.- replica Amanda.

Me río. Tienen razón. No lo debo de hacer. 




Lazos entre tú y yoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora