2. Tus ojos

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Sábado 23 de marzo de 2024.

Anoche después de ver a Mozo en el elevador y de subir las fotografías de la afición en Instagram, no negaré que estuve a punto de stalkear el perfil de Alan, segundos después me arrepentí.

Hoy no me ha hablado, es lo mejor. Le tomé una foto al bajar del autobus cuando llegamos al estadio y fue como si yo no existiera.

El partido está por iniciar, ambos equipos ya se encuentran en la cancha y yo estoy en la zona de banca tranquila comiendo un chocolate snicker.

Es la primera vez que vengo a un partido de futbol, hace unos años fui a uno de béisbol.

—Melissa —grita Gago, el director técnico.

—Mande señor —respondo guardando el dulce en mi bolsillo.

—La foto.

Upss, cierto tengo que tomar la foto grupal del inicio, corriendo me acerco a la cancha y rápido la tomo.

Al momento de publicarla en las redes sociales, sin querer le hago zoom en donde está Alan; lo observo detenidamente. El grito de gol me saca del embobabiento en el que estaba.

Chivas a metido el primer gol, al minuto 11 el piojo Alvarado dio un cabezazo imposible para el portero contrario de atrapar.

El festejo en la banca, en la cancha y en la tribuna es impresionante. El sonido es ensordecedor y al verlos tan felices me contagian y brinco también.

El medio tiempo y nos vamos a los vestidores.

—Buen gol, felicidades —le digo al piojo.

—Gracias Melissa.

El juego finaliza empatado 1-1, la verdad me he divertido, pero cansado al mismo tiempo.

Mis ojos se cierran cuando vamos en el camión, ni siquiera el sonido de la música impide mi siesta.

Despierto asustada cuando Mimi mueve mi brazo.

—¿Dónde estoy? —pregunto confundida bostezando.

—Ya llegamos a Guadalajara —responde.

He dormido casi dos horas, ya quiero llegar a mi departamento y ver a Salem, me debe de extrañar.

Me despido de todos y voy al estacionamiento. A un lado de mi carro esta una jeep verde seco y a un lado de está se encuentra Mozo.

Por querer irme lo más rápido posible de aquí, mis llaves caen al suelo y al juntarlas noto como la mirada de él está sobre mí.

—Adiós fotógrafa.

—Adiós futbolista —respondo sacando la lengua.

Enciendo mi carro y por el espejo retrovisor lo veo sonreír.

Martes 26 de marzo de 2024.

Estoy en el entrenamiento esperando para realizar mi trabajo, mientras bebo un frappe de galleta,mi favorito. Amo las cosas dulces.

Hoy es una tarde soleada y un poco calurosa. Camino hacia la cancha y veo las pelotas volar, realmente espero no recibir un golpe.

El portero ataja algunos balones y yo hago increíbles fotos.

—¡Cuidado!

Yo estoy de espaldas, por lo que no sé a quién le gritan, el chisme puede más y volteo. Veo como un balón viene a toda velocidad a mi dirección, trato de cubrir mi cara con la mano libre, sin embargo es demasiado tarde, la pelota me golpea en la frente.

¡Ahí te voy san Pedro! Ese es el último pensamiento antes de que mis ojos se cierren.

—¡Melissa! —escucho distintas voces hablándome a lo lejos.

Y todo por una fotoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora