Ecuánime | Jakeki

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JAEYOON DESCUBRIÓ que era mucho más fácil ser amigo de Riki cuando no podía oler su irritante esencia.

Se llamaron por video todas las noches y hablaron durante unas horas antes de que Riki tuviera que irse a la cama; su zona horaria estaba tres horas antes que la de JaeYoon.

Riki bromeaba y se quejaba sobre todo de su padre, pero su sentido del humor parecía oscurecerse cada día. Aunque sus quejas no eran serias, JaeYoon pudo leer entre líneas y ver que el rey InYeop realmente estaba poniendo de los nervios a Riki.

— Quiere que te quedes en Pelugia, ¿no? —JaeYoon dijo, levantando la vista de su computadora.

Se había puesto a trabajar durante sus videollamadas, sabiendo que Riki solo necesitaba un oído comprensivo para desahogarse.

— Sí —dijo Riki—. Está siendo muy irrazonable al respecto. Le dije que tenía que estar de vuelta en Citra antes de la llegada de Lord SungHoon, pero no le importa. Si no lo supiera mejor, pensaría que quiere que se reanude la guerra.

JaeYoon lo miró.

— ¿Estás seguro de que no es así?

Riki no respondió de inmediato.

— No, no lo estoy —dijo por fin, haciendo una mueca—. Y no está solo en esto. Estoy empezando a ver que a mucha gente aquí le gustaría que la guerra continuara —suspiró, sus ojos de repente parecían años más viejos que sus treinta años—. La cuestión es que, después de décadas de guerra, toda nuestra economía se basa en ello. Si no hay guerra, la mayor parte del ejército se disolverá y entonces toda esa gente volverá a casa, sin trabajo y pobre. Crear suficientes puestos de trabajo para los veteranos es nuestro mayor problema. Convertir la fabricación de las fábricas en tiempos de guerra en producción en tiempos de paz también es un gran dolor de cabeza, especialmente teniendo en cuenta que muchos no creen que la paz dure.

JaeYoon asintió.

— Kadar se enfrenta a problemas similares —dijo, mirando a Riki con atención—. Pareces fuera de lugar. Tenso.

Riki soltó una risa áspera.

— Esperaba que no lo notaras. Estoy entrando en mi celo. Supongo que es una suerte que no esté en Kadar en este momento.

JaeYoon frunció el ceño y se puso de pie. Acercándose a la ventana, miró las lunas. No, su oído no le había fallado.

— ¿Estás en celo? Pero ninguna de las lunas está llena.

— Mis celos nunca han seguido ningún ciclo lunar. Sé que es extraño, pero nuestro médico dice que soy algo así como una rareza de la genética.

JaeYoon nunca había oído hablar de algo así. Todos los alfas y omegas tenían sus ciclos de apareamiento siguiendo una de las cuatro lunas de Eila, dependiendo del tipo de alfa u omega que fueran.

El propio celo de JaeYoon estaba firmemente adherido a la segunda luna más grande de Eila, Torryn, y como la mayoría de los alfas que seguían el ciclo de Torryn, era relativamente racional y ecuánime. Los alfas de Torryn eran considerados los alfas más civilizados, la mayoría de sus rasgos lupinos primitivos engullidos por la evolución.

Los cambios del hermano menor de JaeYoon siguieron el ciclo de la luna más grande de Eila, Xeus, y SeungMin era tan irascible y agresivo como la mayoría de los alfas de Xeus. Sin mencionar que los alfa Xeus también eran físicamente diferentes de otros Eilans, sus genes eran los más cercanos a su ancestro lupino primitivo.

A diferencia de los alfas de Torryn, los alfas de Xeus podían adoptar sus formas bestiales cuando Xeus estaba en su fase de luna llena.

El ciclo estral de un omega solía estar asociado a una de las lunas más pequeñas, Dainiri o Vos, aunque siempre había excepciones.