Capitulo 1

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El sabia que su vida no podía ser sencilla, serlo solo podría ocasionar el fin del mundo, al menos era lo que normalmente sentía, solo aquello podría de explicar su infancia difícil con sus tíos, era una prueba de ello.

Hogwarts había sido solo una pausa, una pausa que duro menos de pocas semanas antes que se viera en vuelto en una aventura que no deseo y que le arrastro a causa de su enorme curiosidad. Luego de ese años, los eventos lamentables surgieron una y otra vez en cada año sin excepción, curiosamente todo siempre giraba en torno a algo: el puesto de defensa contra las artes oscuras ¿coincidencia? Sinceramente nunca pensó o profundizo en ello. El en cada año solo quiso vivir y ser normal, algo que era consciente se le iba de las manos entre mas pasara el tiempo, mas consciente de la realidad, mas aferrado a una madurez temprana y no deseada.

Pero todo se tambaleo luego de que tuvo que iniciar sus clases con Snape, todo para poder 'cerrar' su mente hacia invasiones externa, según todos, era para evitar que pudieran leer sus recuerdos y a la vez, detener cualquier posible posesión por parte de su enemigo. Pero ese encuentro, provoco algo mas que no le conto a nadie jamás, el último encuentro de clases de Oclumancia donde todo salio mal donde no volvió, fue el inca pie del surgimiento recuerdos que sinceramente no sabían de donde venían y aunque el miedo como las dudas eran mayor, la sensación de peligro era más grande, lo que le hizo mantener la boca cerrada hasta el final.

Los recuerdos...

Esos recuerdos...

El primer recuerdo era de él, estaba totalmente seguro de eso, su mente era consciente de quien era solo al inicio y a la vez de a poco fue perdiendo presencia, fue adaptándose con más fuerza al recuerdo. El primer recuerdo era desde los ojos de un niño de 3 años

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Miro con curiosidad sus manos, manos pequeñas y regordetas, que sostenían un enorme peluche de oso blanco, con antenas de abeja y alas de mariposa, era algo raro, pero le gustaba, se le hacía lindo, chistoso y alegre. Se abrazo con fuerza al oso riéndose, solo para ver como el oso cerraba los ojos en un gesto que parecía sonreírle a él y sus antenas se movían entonando melodías de cuna para niños.

Grito alegre, riéndose mientras soltando al oso empezó a aplaudir, sus gordas manos solo hacían un sonido nada rítmico ni uniforme, pero si algo fuerte, que se mezclaban con los sonidos de sus palmas, de su alegría.

A su lado había otro pequeño de tres años, este de cabello corto algo alborotado lacio, de preciosos ojos azules zafiro, el pequeño se encontraba mas entretenido jugando con su propio peluche. Un dragón verde de peluche de felpa que se escurría entre sus manos cual gato escurridizo, pero cuando el nene lograba agarrar al dragón se quedaba quieto y cedía a ser abrazado por el menor.

El otro pequeño parecio orgulloso de su hazaña, le miro con orgullo para darle su pequeño dragón y el alegre le entrego su oso abeja, la cual se dejo abrazar por este, mientras ahora en sus brazos, el pequeño peluche escamoso intento nuevamente escapar con mas ganas, solo que el tenia reflejos mejores... y cada vez que le dejaba huir le atrapaba, riéndose con alegría, misma que era contagiada al otro pequeño.

-¡¡¡Ere es mi buscador y golpeador favorito!!!- ambos nenes se giraron en su cuna y gritaron a la vez con alegría

Un chico de apenas ocho años estaba de pie en el marco de la habitación, viéndolos con entusiasmo, era muy parecido a ellos, aunque con rasgos menos de bebe y mas de infante que iba de a poco tirando más a adolescente.

Un niño encantador, de corto cabello lacio, facciones finas como elegantes, ojos castaños claros y una gran sonrisa en sus labios, corrió hacia adentro rápidamente para asi poder detenerse junto a la cuna de ambos con una gran sonrisa de felicidad en sus labios.

Raices OscurasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora