"Descubriendo verdades"

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Cuando desperté en la mañana eran apenas las 8.00 AM, me sentía muy cómodo y relajado estando entre una cama tan amplia y envuelto en las grandes y esponjosas colchas de color rojo y negro, con un diseño muy bonito. Aún me sentía algo raro conmigo mismo, nunca imaginé que verdaderamente yo algún día estaría aquí... en Alaska y admito que no era realmente lo que esperaba para estas vacaciones pero tampoco quisiera perderme las hermosas vistas que brinda este frío y bello lugar

Al levantarme de la cama como de costumbre me dirijo hacia el clóset y escojo una de las mudas de ropa que dejó el buen señor a mi disposición, entro a la ducha y me aseo. Luego de lavarme los dientes, asearme y finalmente peinar mi largo cabello lacio me dirijo hacia el primer piso del hogar lo cual no esperaba verlo despierto tan temprano

Señor  —Hey buenos días    -expresa con una pequeña sonrisa en su rostro y con un todo de voz muy alegre y agradable

Yo   —Valla, no esperaba verlo despierto tan temprano   -digo apenado devolviéndole la sonrisa

Señor   —Si bueno, acostumbro a levantarme a estas horas así puedo aprovechar más el día y tomarme las cosas con calma

Señor — ¿No te sientas?   -toca la silla que le queda en frente.    —Come algo, de seguro debes tener hambre

Yo   — Disculpe la pregunta pero... es que aún no sé cuál es su nombre  
—cuestiono mientras tomó asiento y tomo una galleta con mantequilla y me sirvo un poco de refresco en el baso

Señor   —Ah verdad   -ríe    —Pensaba que ya te había dicho, mi nombre completo es Karl Marx pero me gusta que solo me llamen por mí segundo nombre, osea solo llamame Marx por favor

Marx   —Bueno y tu cómo te llamás

Yo   — Aitor Luna pero solo llamame Aitor igualmente   

Marx   — Vale   -dice mientras reímos un poco al unísono

Es una buena persona, bastante educado y agradable tuve suerte al encontrarme con alguien así... pudo haber sido mucho peor

Marx   —Pero... de igual manera tengo algo que hablar contigo Aitor   -su rostro cambia por completo y su voz se vuelve nuevamente mucho más aguda

Aitor   —si, ¿ que pasa ?   —respondo algo preocupado

Marx   — ¿Mientras vagabas solo allí afuera no te encontraste nunca con nada... un poco extraño?   -pregunta  algo curioso y  asustado

Ayer tuve pesadillas toda la noche, pesadillas donde aparecían vampiros y cosas así. Al parecer lo ocurrido me dejo algo asustado y mi conciencia me cobro factura al dormir. Debido a eso finalmente recordé lo que había sucedido en aquella cueva, sin embargo no sé si deba contárselo... quizás me tomé como loco

Aitor   —No creo, supongo que tuve suerte   -digo al levantarme de la silla y dirigirme hacia la nevera en busca de un poco de agua

Marx   — ¡¿ Y eso ?!    -pregunta asustado mientras se levanta rápidamente de la mesa y observa mi antebrazo con una mirada fija y algo sorprendida

Marx   —  Me estás mintiendo   -reclama molesto

Aitor   — ¿Que? ¿que pasa? digo mientras elevó mi mano a ver que ocurre

Aitor   —  ...vale si, estoy mintiendo   -digo mientras una gran herida que no había visto derrama un poco de sangre al ser rasgada con la silla al levantarme   -me siento algo apenado

Aitor   —Luego del accidente  no recuerdo nada más, solo se que al abrir mis ojos me encontraba al fondo de lo que parecía ser una pequeña y  acojedora cueva. Al intentar ponerme de pie, la mano colocada en la pared resbala provocando una gran caída nuevamente, me encontraba algo mareado y fatigado. Al cabo de unos segundos entran corriendo unas personas armadas apuntándome a la cabeza y uno de ellos de un salto me aguanto del cabello y del hombro, impulsandome contra la pared evitando así poder moverme y defenderme. Tampoco es como si hubiese podido... no me sentía capaz en ese momento ni siquiera de levantar una roca.

Aterrado Marx responde... 
— ¿Y que paso luego de eso?

Aitor   —Esa persona tenía rasgos un poco raros, pude ver cómo los ojos cambiaban de color y... su piel estaba muy rasgada. Por alguna razón esa persona parecía querer morderme... por suerte teniendo sus afilados dientes tan solo a unos milímetros de mi cuello entraron a la cueva unos lobos y aniquilaron a esas persona, sin embargo el que estaba sosteniéndome me dijo que nos volveríamos a ver algún día y que finalmente acabaría conmigo, aprovechando la muerte de sus compañeros se echó a correr y los lobos los persiguieron. No sé nada más, luego de eso caí desmayado y al retomar la conciencia salí en busca de alimentos o alguien que me ayudaste y fue cuando me encontraste

Marx   — ¿Porque no me habías contado nada?  -reclama

Aitor   — No quería que pensarás que estaba loco   -digo mientras aparto un poco la mirada, no tenía el valor de mirar a alguien así a los ojos justo después de intentar mentirle

Marx simplemente se levanta de la silla y se marcha, observándolo desde la ventana podía notar su enojo y preocupación... era una persona un poco mayor con un rostro barbudo y un cabello relleno de canas. A pesar de eso parecía ser una persona muy fuerte y justa...

"Solo yo decido"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora