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⋆------✧◦♚◦✧------⋆ Narra Becky
Estaba en el último mes de mi embarazo, Freen ha estado actuando muy extraña estos meses, ni siquiera duerme en la habitación conmigo y tampoco me toca. Cuando nos enteramos que íbamos a ser madres no lo tomo muy bien y desde entonces se ha alejado. Siempre dice que es por compromisos que por ser la princesa debe asistir a muchos compromisos, la reina Alena, también ha notado algunos cambios en ella, incluso es ella quien me ha acompañado en este embarazo.
Ser novia de una princesa no ha Sido muy fácil, ya que muchas chicas se acercan a ella en la escuela, como no si ella es hermosa, su cabello oscuro y lacio, sus ojos color miel, su cuerpo bien trabajado y ni hablar de su amigo que guarda bajo sus pantalones. Con diecisiete años y ella es la revolución del momento, incluso algunas han dicho que se han acostado con ella. Pero se que no es así, Freen no es de esas mujeres, tal vez ha cambiado pero estoy segura que con la llegada de nuestra hija ella será la misma novia tierna de antes.
Iba camino al palacio Siam, quería sorprender a mi novia. No nos hemos visto durante una semana, ya que ella ha tenido práctica de básquet y bueno yo dejé de ir a la escuela por un tiempo.
Al llegar el guardia me abre y yo asiento moviendo mi cabeza, cuando estoy cerca de la puerta, la señora Mhee está esperándome en la entrada.
Mhee: Señorita Armstrong, un gusto verla nuevamente.- dice inclinándose para saludar.
Becky: Mhee, sabes que no me gusta que hagas eso.- la miré con el ceño fruncido- ¿Mi novia está en su habitación?
Mhee asiente.
Mhee: Debió llegar hace un par de horas, no estoy segura. Pero puede subir, yo debo volver a la cocina.- dice yéndose.
Subo las escaleras y camino por el pasillo hasta llegar al fondo. Cuando estuve frente a su puerta la toque pero no recibí respuesta, volví a tocar pero no pasó nada. Abrí la puerta lentamente y lo que ví me dejó paralizada, no podía creer lo que mis ojos estaban viendo. Freen estaba durmiendo abrazada junto a una mujer desnuda. Sentí como mi mundo se derrumbaba, lleve mi mano a mi pecho para ahogar un gran sollozo. Con lágrimas en los ojos, cerré la puerta despacio y salí de ese lugar.
Agradecí que nadie me vio salir del palacio, le dije adiós al guardia y me fui.
Llegué a mi casa y empaque, me iría hoy mismo a Inglaterra, ya no quería estar aquí, mi corazón dolía pero debía ser fuerte por mi hija.
