Extractos del diario de Adán

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Título original: EXTRACTS FROM ADAM'S DAIRY (1893)




Lunes.- Esta criatura nueva de pelo largo es bastante entrometida.

Siempre está dando vueltas a mí alrededor, siguiéndome a todas partes. No

me gusta esto; no estoy acostumbrado a la compañía. Ojalá se quedase con

los demás animales... está nublado hoy, hay viento del este; creo nos tocará

lluvia... ¿nos? ¿De dónde saqué esa palabra? Ahora me acuerdo: la criatura

nueva la usa.

Martes.- Estuve investigando la gran caída de agua. Es lo más lindo del

lugar, creo. La nueva criatura la llama Cataratas del Niágara: el porqué no

estoy seguro de saberlo. Dice que parecen la Cataratas del Niágara. Esa no

es una razón, es mero capricho e imbecilidad. No tengo manera de ponerle

yo el nombre a nada. La nueva criatura le pone nombre a todo lo que ese le

aparece, antes de darme tiempo siquiera a protestar. Y siempre con el mismo

pretexto: parece tal cosa. Por ejemplo, el dodo. Dice que no bien un o lo

mira, se da cuenta de inmediato de que "parece un dodo". No hay dudar de

que tendrá que quedarse con ese nombre. Me fastidia tener que enojarme

protestas cosas y, de todos modos, no tiene sentido. ¡Dodo! Se parece a un

dodo tanto como yo.

Miércoles.- Me construí un refugio para la lluvia, pero no pude disfrutarlo

en paz. La nueva criatura se entrometió. Cuando intenté echarla, dejó caer

agua por los agujeros con los que mira, y se los limpió frotándose con el dorso

de sus garras, y produjo un ruido como el que hacen algunos de los demás

animales cuando están lastimados. Ojalá no hablase; está siempre hablando.

Esto suena como una burla fácil a la pobre criatura, una difamación;

pero no es esa mi intención. Nunca he escuchado antes la voz humana, y

cualquier sonido nuevo y extraño que moleste la quietud grave de estas soledades

de ensueño ofende mi oído y suena como una nota falsa. Y este sonido

nuevo está tan cerca de mí: encima de mi hombro, justo en mi oreja,

primero de un lado y después del otro, y yo estoy acostumbrado a sonidos

más o menos lejanos.

Viernes.- La actividad de poner nombres a todas las cosas avanza de

manera temeraria, a pesar de lo que yo haga. Tenía un nombre muy bueno

para el lugar, era musical y elegante: JARDÍN DEL EDÉN. En privado sigo llamándolo

así, pero no más en público. La nueva criatura dice que es todo bosques y rocas y paisajes, y que por lo tanto no se parece en nada a un jardín.

Diarios de Adán y EvaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora