II

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Dany estaba más seria de lo normal, bueno la mayoría del tiempo era demasiado seria y yo era la extrovertida, pero la conocía bien, en mis ocho años de convivir con ella había aprendido a leer sus gestos a la perfección, en estos momentos no encontrábamos desayunado ya que sería el primer día en la escuela de Jakov, pero como siempre Dany trataba de arreglar sus cosas a golpes y esos consejos trataba de transmitirle a nuestro pequeño.

- Si un chico te hace algo debes pelear pequeño, no quiero saber que estas llorando o algo como eso. - negué con la cabeza, no quería que nuestro hijo fuera un rebelde. - te enseñaré a pelear. - dijo orgullosa.

- Genial! - gritó Jakov con emoción, yo sólo le dediqué una mirada a Dany.

- No digas esas cosas Daniela, en esta casa no se acepta la violencia. - ella giró los ojos mientras seguía comiendo.

- ¿Quieres que te recuerde que te conquiste peleando? - dijo ella con una sonrisa, le sonreí de regreso mientras negaba, se había convertido en mi héroe hace muchos años.

- Mamá me dijo que siempre golpeaba a los chicos malos para ganar tu amor. - simplemente no pude evitar sonreír, pero eso no significaba que mi hijo hiciera lo mismo.

- No hijo, esos eran otros tiempos, si alguien te hace o dice algo, debes decirles a tus profesores. - mi hijo sólo me miraba. - ¿Entendiste? - presione.

- Si mami. - este era el momento perfecto para decirle a Dany que estaba embarazada nuevamente, pero tenía miedo a su reacción, no teníamos mucho dinero y vivíamos en los barrios más pobres de Nueva York, otro hijo tendría muchos más gastos, respire hondo para darle la noticia.

- bueno. - ambos voltearon a verme. - necesito contarles algo, en especial a ti amor. - ella me miró confundida, mientras dejaba de masticar la comida, se miraba totalmente hermosa con su cabellera corta hasta los hombros con toque rebelde y esa camiseta blanca de cuello redondo. - veras... - el sonido de un auto me interrumpió, Dany limpió su boca y sus manos para después levantarse de su lugar.

- Andando muchacho, es el autobús escolar. - mi hijo asistió mientras se levantaba para ir por su pequeña mochila. - luego me cuentas _____. - asentí con la cabeza mientras me levantaba para despedir a mi hijo, salimos fuera dónde estaba un viejo autobús amarillo con dos enormes rayas negras.

-Adiós mamás!!- gritó corriendo, pero Dany lo detuvo.

- Despídete de mami cómo debe de ser. - mi hijo giró los ojos y me dio un pequeño beso en la mejilla, iba a besarlo, pero Dany negó.

- No lo hagas _____, si lo besas tendrá tu labial y los niños se burlarán del.- sólo sonreí por sus ocurrencias, mi hijo se despidió nuevamente y entro al autobús para después desaparecer, apenas iba a caminar hacia la casa cuando algo vino a mi mente, se supone que Daniela trabaja en la vieja fábrica de autos usados, me acerqué a ella quién estaba recogiendo el diario del vecino, siempre se lo robaba en vez de comprarlo.

- ¿Dany no irás al trabajo? - ella giró, pero no dijo nada sólo desvió la mirada.

- Me dieron unas pequeñas vacaciones amor. - la miré extraña, su jefe era un asqueroso hombre malo que literalmente esclavizaba a mi Dany, era raro que le hubiera dado vacaciones, pero al ver como sonreía y me abrazaba deseché todos mis malos pensamientos.

- enserio? -asintió mientras entrábamos a casa.

- Claro _____ y quiero aprovechar esta semana contigo.- ella empezó a besarme y le correspondí con rapidez, amaba besarla y hacer el amor con ella, caminamos hasta el sofá dónde me recostó, recordé que estaba embarazada y rápidamente me coloqué sobre ella y al parecer eso la motivó.

- Ohm _____...que haces.- dijo mordiendo mi cuello empecé a besarla pero el sonido del teléfono terminó nuestro momento romántico, Dany se levantó y contestó el teléfono mientras me miraba, yo por mi parte no podía quitar la mirada de su entrepierna, segundos después colgó el teléfono.

- ¿Qué pasó? - dije mirándola.

- Me hablaron de la fábrica. - dijo sentándose a mi lado. - quería hacerlo contigo. - me besó nuevamente y le correspondí al instante sentándome a horcadas sobre ella, mis manos fueron a su cuello mientras las manos de Dany recorrían desde mi espalda hasta mi trasero, mordí su labio al sentir como enterraba sus manos en mis nalgas.

- te amo. - me besó nuevamente pero después se levantó, no podíamos hacerlo si su estúpido jefe la estaba llamando.

- esta noche no te salvas pequeña. - dijo con la mirada lujuriosa.

- No tengo problema con ello.- miré nuevamente el bulto en sus pantalones y Dany sonrió con victoria mientras se quitaba los pantalones.

- Daniela no seas puerca, algún vecino puede verte!- dije al ver como empezaba a masturbarse frente a mí con su mirada fija en la mía, escuché su risa y luego desapareció en el baño, por mi parte me decidí a limpiar los platos que habíamos usado y preparar la comida.

Abrí el pequeño refrigerador que teníamos pero estaba casi vacío, el señor Matthew quién era dueño de un pequeño super que abría las 24 horas nos había dejado de dar comida desde que me había negado a tener sexo con él, jamás se lo había contado a Dany pues no quería problemas más graves, Dany era muy buena peleando, la mayoría del tiempo cuando éramos más chicas ella participaba en peleas pero me había conocido y le hice ver de otra forma el mundo, yo odiaba la violencia.

Minutos después Dany venía bajando las escaleras con unos viejos vaqueros desgastados y una camiseta negra, su cabello lo traía un poco húmedo y su semblante era serio, la seguí con la mirada, me intrigaba saber que era lo que le preocupaba.

- Ya me voy princesa. - dijo dándome un pequeño beso, asentí con la cabeza para después darle otro beso más duradero.

- ve con cuidado. - ella asintió con la cabeza y desapareció entre las escaleras, me quedé pensando, hace mucho no hablaba con mis padres, pero la última vez me había enterado que planeaban mudarse a Cuba nuevamente.

La Peleadora G!P - Daniela VillarrealDonde viven las historias. Descúbrelo ahora