Aegon es un niño tímido con falta de afecto, pegajoso hasta el punto que no tiene idea de qué hacer con él. Como se niega a irse y no lo suelta, se resignó a llevarlo a donde fuera, lo sostuvo con un solo brazo, lo hizo rebotar hasta que su habitación se llenó de las risas del niño.
Esto es algo que nunca había hecho antes con ninguno de sus hijos, otra muestra de lo ausente que estuvo de sus vidas. Los amó, pero no fue un padre para ellos.
Solo puedo agradecerle a Helaena por ser los padres que sus hijos necesitaban.
Ahora le toca a él interpretar el papel de padre, madre y tío, solo espera no fallarles, ser lo que sus hermanos necesitan.
"¿No teníamos un trato?" dijo tratando de no sonreír ante el rostro triste de su sobrino.
Aegon hizo pucheros en su brazo, no queriendo irse, pero tampoco podía dejarlo; así que en vez de eso, lo hizo rebotar una vez más sobre su brazo. El pequeño bebé soltó una risa estridente que podía alegrar hasta los más tristes.
Bien se dijo, "ya que no quieres irte y yo no quiero dejarte ir, ¿por qué no nos vamos los dos juntos?".
Su sobrino asintió entusiasmado por eso, juntos dejaron la habitación, afuera había dos guardias esperándolos. Reconoció a los dos como los escoltas del príncipe Aegon.
"Mis príncipes", dijeron los dos guardias, inclinando sus cabezas con respeto.
Los miró a los dos con el ceño fruncido, tenía unas ganas inmensas de regañarlos ahí mismo, por qué dejaron ir a un niño tan pequeño de tan solo 4 años, correr por los pasillos en medio de la noche hasta su habitación. Pero cayó sus quejas, en vez de eso los saludó, "Buen día caballeros", les respondió devuelta, los ignoró a ambos después y siguió su camino por los pasillos con Aegon en sus brazos.
Pasó directo al comedor, sabiendo que ya estaría el desayuno servido, los guardias lo siguieron en silencio; los ignoró como si nunca hubieran existido. "¿Qué tal estuvo anoche?", dijo para entretener a su sobrino hasta que llegaron.
"Está bien", respondió con una pequeña risa.
"Es bueno saberlo", respondió, "Dime, ¿la pasaste bien esta noche?", preguntó.
"La pasé magnífico tío, ¿Puedo volver a pasar la próxima noche contigo?", preguntó tímidamente, sin mirarlo a los ojos.
"Por supuesto", respondió con alegría, "puedes venir cuando quieras, mi puerta siempre estará abierta para ti".
"Gracias", susurró en su oído mientras lo abrazaba.
Por los dioses, cómo puede este niño ser tan adorable, aunque recién el día anterior pasaron tiempo juntos ya se enamoró de él, tan inocente, tan pequeño, no se merecía nada de lo que le habían hecho, pero ahora él está aquí. Su vida ya no será como lo fue la suya, será diferente; será mejor, en esta vida será feliz.
"Dime sobrino, ¿Cómo te trata tu madre usualmente?", preguntó con cuidado, temiendo por la respuesta a la vez. Pero tiene que hacer esta pregunta, necesita saber qué tan mal está su sobrino en este momento. Aegon, como había esperado, no lo miró, ocultó su pequeño rostro en su hombro contra su cuello, sus pequeñas manos aferraron a su ropa, no quería soltarlo, frunció el ceño al verlo así, ya podía imaginarse sin que él hable todo por lo que estaba pasando. "Está bien", dijo, acarició sus cabellos con suavidad, lo meció en sus brazos y cantó una suave canción al oído, hizo todo lo posible por calmarlo, ya no necesita que le hable para que diga cuánto su madre lo lastimó.
"Ya estamos aquí, mis príncipes", dijo el Guardia Richard, si no recuerdo mal, ambos guardias se le adelantaron y se pusieron a cada lado de la puerta, abrieron las puertas para ellos. Daeron entró con Aegon, su hermano, junto con su sobrina mayor, ya los estaban esperando. También vio a su hermano ahí, Daemon. Lo miró desde su asiento con sospecha, frunció el ceño ante el niño en sus brazos, no le importó las miradas de los tres, con pasos decididos fue a su asiento. Solo cuando estuvo sentado y con Aegon sobre sus rodillas, le sonrió a sus hermanos mayores y a su sobrina. "Buen día chicos, ¿Cómo lo han pasado? ¿Han dormido bien?", preguntó con alegría y una suave sonrisa, ellos le devolvieron la sonrisa.
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Susurros del Destino
FanfictionLa vida de Aegon fue injusta, su muerte aún más, había esperado morir de muchas formas, pero nunca por el fuego de su sangre. A pesar de su miserable vida, solo podía confiar en su familia, solo puede confiar en ellos. ¿Pero cuando la confianza pas...