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Capítulo uno: "Motivación"

Todos los jóvenes tienen sueños como toda persona, sin embargo, a la edad de veite años, uno siempre se siente en su mejor momento, imparable y listo para comerse al mundo.

Saitama, no era diferente y a su cumpleaños número diecinueve (casi veinte). Solo pensaba en dinero y mujeres, aunque carecía de los dos.

Con emoción saltó de su cama para alistarse, hoy iba a buscar empleo para ser ya independiente al menos monetariamente y ayudar a su madre con los pagos de la casa, a quien engaña, solo está harto de ser la mucama de su madre cuando está se va al trabajo.
Vestido de traje y con una actitud de confianza puesta. Bajó a la cocina para encontrase con su madre y desayunar, cereales y leche, la especialidad de la casa.

-"hijo ¿Podrías cuidar del hijo de la vecina?"-. Una mujer delgada de aproximadamente cuarenta y tantos, de aspecto común. Se dirigió a su hijo, al cuál crío sola los últimos años, su nombre era Saiya Oshora (nombre ficcticio, noempiecen a molestar con que esto no pasa en el manga/webcomic).

Esas pocas palabras derrumbaron sus ganas de vivir en ese momento.

Con pesadez volteó a ver a la mujer.

-"hmmmaaadreeee"-. Con un quejido largo para que la contraria entendiera que se digustaba de la idea.

-"ya no llores, de todas formas ni te iban a contratar"-. Su madre, su sarcástica primer fan, le daba fuerzas como siempre.

-"gracias por la motivación"-. Sin otra opción, se digno a terminar su desayuno aunque ya no tuviera hambre, mentira, despertó con un apetito inmenso.

Después de despedirse de su madre, paso a hacer las tareas de la casa, venía informado de que el niño que cuidaria iba a venir a las doce, el mocoso tenia once años, cabello blanquecino y su nombre era Garou.
Después de limpiar toda la casa, salió a comprar para hacer el almuerzo, no era bueno cocinando, Pero le apetecía sandwich de pollo y huevo. Se sacó su saco y se puso un abrigo con un dibujo "ofensivo para cualquier anciana delicada.

"Oppai".

Luego de ir a la tienda y comprar lo requerido, al volver vió a un mocoso sentado enfrente de la puerta del departamento de su vecina, tenía el cabello blanco y estaba cabizbajo.

<<" Por Dios, huele a hormonas de niño emo">>.

Se le acercó al chico, el cuál se alejó instintivamente como autodefensa.
Parecía un cachorro a los ojos de Saitama.

-"cálmate wolfboy, soy tu vecino, me dijieron que debo cuidarte hoy"-. El mocoso parecía aún desconfiar, eso molestó más al jóven.
-"si te quieres quedar afuera, por mi bien, Pero tendrás que entrar para comer, te guste o no"-. El mayor movió la bolsa de consorcio llena de comida aún si elaborar, pero aún así, eso hizo gruñir las tripas del niño, moria de hambre, su madre se fue a Dios sabe  dónde sin darle dinero para el almuerzo, de todas formas se lo habrían robado.
Con desconfianza, se levantó e ingresó a la vivienda ajena.
-"Prende la televisión, yo haré la comida"-. Miro por última vez al menor, notando varios moretones, le restó importancia creyendo que los mocosos de hoy en día seguían matándose a golpes por diversión.

El niño, se limitó a sentarse y esperar, sentía vergüenza, no sabía cómo prender la TV, en su casa había una, pero su madre se la apropió y no lo dejaba ver.
Saitama al notarlo, tomó el control y prosiguió a explicarle.

-"con este se prende, con estos se cambian y con estos se sube o baja el volúmen..."-. Una vez hecho, el menor tomó el aparato con un leve temblor. A Saitama le parecía raro que un mocoso, hoy en día, no supiera cómo se prendía una TV.

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⏰ Última actualización: Aug 14 ⏰

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