Tenia catorce años y se llamaba Yuuji; aun puesto en puntas de pie yo no pasaba de los nueve. Fue mi primer amor.
Mi impaciencia y precocidad sentimental lo veian todos los dias: éramos vecinos y es preciso acatar la providencia. Yo, en ese entonces, no sabia expresar lo que sentía, y mi diploma de tercer grado resultaba de un fastuoso valor decorativo. Fue inútil haberme distinguido en la lectura y composición: no llegué a hablarle ni a escribirle nunca. Pero mi amor obraba y ¡con cuánta ansiedad guardaba el dinero logrado durante toda la semana y corria, apretando bien el puño, la moneda adentro, hasta el almacén de la esquina! Allí compraba veinte centavos de caramelos que yo entregaba con un gesto simple. El lo aceptaba con un muchas gracias Insensible, y luego miraba hacia un lado cualquiera, cualquiera menos en donde yo, en actitud contemplativa, quedaba silencioso...
Era muy desgraciado, pero nunca lo somos bastante: un dia, mi amigo más intimo me confesó que lo quería. Lo escuché en silencio. Me senti fracasar, mi amigo era un muchacho inmensamente grande. ¡Tenia ya once años! Además, sus hermanas, cariñosas, agasajaban a Yuuji.
Como suele ocurrir cuando el presente no es sino una enorme pena, me refugiaba en la esperanza. Aquello, no podia durar siempre porque "me volveria grande" y el repararia en mi y en mi cariño. Seriamos felices, nos casariamos y seguiriamos siendo felices.
En mi afán de servirla y para poder estar cerca de el, me hice amigo de su hermanito, a quien llegue a prestar, sin limitaciones, mis juguetes.
Para que el no me ignorara, era preciso un suceso extraordinario, una hazaña en la que yo hiciera de héroe. Sin saber nada de Nerón, soñé con grandes llamaradas, de esas que todo lo purifican porque lo iluminan todo. Si, llegué a convencerme de lo ventajoso que seria un incendio en casa de Yuuji, estallando, claro està, en la debida oportunidad para ser yo su descubridor. ¡Ah! ¡Poder llegar antes que nadie, penetrar en medio del humo, avanzar hasta donde el, desvanecido, solo esperaba la muerte...! Cuando planeaba este sueño frente al espejo pensaba en la conveniencia de que el humo fuese leve, el cuerpo de el liviano y mis brazos, en cambio, largos y recios.
Y bien, la oportunidad hazañosa se produjo. Una noche el piso de Yuuji se hundió, provocando la consiguiente alarma vecinal. Vi pasar a los bomberos, oí la lista de las victimas alargada por esa aritmética de multiplicar que utilizan los rumores. Y detrás de los bomberos penetré yo también. ¿Cómo dudar de que Yuuji, desesperado y a punto de desmayarse, esperaba que mi amor la rescatase?
Los sueños se realizan pero con variantes, como si ellos estuvieran escritos en otra lengua y la realidad fuera mala traductora; porque entré tras los bomberos y ya no recuerdo nada más... Pero me lo contaron. Me desvaneci bajo los gritos, los cascotes y las nubes de un polvo que asfixiaba. Y sali llevado en los brazos altos y fuertes de mi amado. Volvi en mi cuando Yuuji decía: "Es un chiquito de la cuadra, cuidelo usted", y maternalmente, me entregaba a un policia.
ESTÁS LEYENDO
Mi primer amor
Romancees una historia sobre Gojo y Yuuji, lo ví en un libro de cuento y me imaginé que quedaría bien🤭