parte 3

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Recuerden todo es echo por una IA ... Y porfavor díganme como madres se llaman las Firehawks
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**Tercera Parte: Enfrentando la Realidad**

Los días siguientes al partido fueron intensos. Las Firehawks habían asegurado su lugar en los playoffs, y los entrenamientos se volvieron aún más rigurosos. Riley se sentía emocionada, pero al mismo tiempo, la presión comenzaba a acumularse. Cada práctica era una prueba, no solo de su habilidad, sino también de su capacidad para manejar el estrés de competir al más alto nivel.

Durante un entrenamiento particularmente difícil, Riley comenzó a sentirse abrumada. Valentina exigía precisión y velocidad, y Riley no podía evitar sentirse insegura. Cada error la hacía cuestionarse si realmente estaba lista para estar en este equipo.

Después de un pase fallido, Valentina hizo sonar su silbato y se acercó a Riley con una expresión seria.

-Riley, ¿qué está pasando? -preguntó Valentina, su tono era firme pero no hostil-. Sabes que puedes hacer esto. ¿Qué te está frenando?

Riley miró a Valentina, sintiendo una mezcla de frustración y miedo. ¿Cómo podía explicar que, a pesar de estar viviendo su sueño, se sentía atrapada por sus propias expectativas?

-No lo sé, Valentina -respondió finalmente, bajando la mirada-. Siento que cada vez que fallo, no solo me estoy fallando a mí misma, sino también a ti, al equipo…

Valentina permaneció en silencio por un momento, evaluando las palabras de Riley. Luego, con un suspiro, se acercó más y puso una mano en su hombro.

-Riley, ser parte de este equipo no significa que tengas que ser perfecta. Lo que importa es cómo te levantas después de cada caída. Cada jugadora aquí ha enfrentado sus propios miedos y dudas. Lo que nos hace fuertes no es la ausencia de fallos, sino nuestra capacidad de superarlos.

Las palabras de Valentina resonaron profundamente en Riley. Sabía que tenía razón, pero aún era difícil aceptar sus propios errores como parte del proceso de aprendizaje.

-Valentina, quiero ser tan buena como tú, tan segura… -dijo Riley con voz temblorosa.

-Valentina sonrió suavemente, algo que rara vez hacía en medio de un entrenamiento.

-Te equivocas en una cosa, Riley. -dijo Valentina, mirándola directamente a los ojos-. Yo también cometí muchos errores para llegar aquí. Y sigo cometiéndolos. La seguridad no viene de ser perfecta, sino de saber que, pase lo que pase, seguirás luchando. Y tú, Riley, tienes esa fuerza. Lo he visto.

Riley asintió, sintiendo una chispa de confianza renovada. La próxima jugada, pensó, la próxima jugada será diferente.

Valentina volvió a la práctica, y las chicas retomaron el entrenamiento. Esta vez, Riley notó algo diferente en su enfoque. En lugar de obsesionarse con no cometer errores, se concentró en disfrutar el juego, en dejar que su instinto la guiara.

El entrenamiento terminó, y aunque Riley todavía no se sentía completamente segura, sabía que había dado un paso importante. Había comprendido que ser parte de un equipo no significaba cargar con todo el peso sola, sino aprender y crecer junto a las demás.

Esa noche, de vuelta en su habitación, Riley se recostó en su cama, pensando en lo que Valentina había dicho. La confianza no se trataba de no fallar, sino de levantarse después de cada caída. Mientras cerraba los ojos, se prometió a sí misma que no se dejaría vencer por las dudas. Estaba en este camino por una razón, y cada desafío era una oportunidad para demostrar que podía superarlo.

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**Capítulo: La Revelación de Valentina**

Al día siguiente, durante una práctica matutina, Valentina llamó a Riley aparte. Había algo diferente en su expresión, una seriedad que Riley no había visto antes. Caminando juntas hacia un rincón más apartado del estadio, Valentina empezó a hablar.

-Riley, hay algo que quiero compartir contigo -dijo Valentina, mirando al hielo, su voz suave pero llena de determinación.

Riley se sorprendió. Valentina no era de compartir cosas personales, especialmente en medio de la temporada. La miró, esperando a que continuara.

-Cuando tenía tu edad, también tuve mis dudas. -comenzó Valentina-. De hecho, hubo un momento en que pensé en dejar el hockey. Me sentía como tú ahora, abrumada, pensando que no era lo suficientemente buena para seguir adelante.

Riley escuchaba en silencio, sin poder creer lo que estaba oyendo. Valentina, su ídola, había estado en el mismo lugar que ella.

-¿Qué hiciste? -preguntó Riley, deseando saber cómo había superado esos momentos oscuros.

Valentina hizo una pausa antes de responder, como si estuviera eligiendo cuidadosamente sus palabras.

-Encontré una razón para seguir adelante. No fue fácil, y tuve que trabajar más duro que nunca. Pero me di cuenta de que el hockey no era solo un deporte para mí; era mi pasión, mi vida. Y no iba a dejar que el miedo me lo arrebatara.

Valentina levantó la mirada y fijó sus ojos en Riley, sus palabras resonaron con fuerza.

-Y tú también tienes que encontrar esa razón, Riley. Tienes que decidir si este es realmente tu sueño, porque si lo es, no importa cuántas veces caigas, siempre encontrarás la manera de levantarte.

Riley sintió un nudo en la garganta. La admiración que sentía por Valentina creció aún más en ese momento. Sabía que tenía razón, y en el fondo, sabía cuál era su razón para seguir adelante. No solo quería ser parte de las Firehawks; quería demostrarle a ella misma que podía ser fuerte, que podía enfrentar cualquier cosa que la vida le arrojara.

-Con un ligero temblor en la voz, Riley respondió:

-Lo haré, Valentina. Encontraré mi razón y no dejaré que nada me detenga.

Valentina asintió, satisfecha con la respuesta de Riley.

-Sé que lo harás. Y recuerda, no estás sola en esto. Somos un equipo, y estamos aquí para apoyarnos unas a otras.

Las palabras de Valentina se quedaron con Riley mucho después de que terminó el entrenamiento. Sabía que había encontrado algo más que un ídolo en Valentina; había encontrado a una mentora, alguien que la guiaba en su camino, ayudándola a convertirse en la persona y jugadora que siempre había soñado ser.

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Con este desarrollo, Riley no solo se fortalece como jugadora, sino también como persona, al aprender de su ídola y mentora, Valentina.

(𝑅𝑖𝑙𝑒𝑦 𝑥 𝑉𝑎𝑙𝑒𝑛𝑡𝑖𝑛𝑎) :1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora