No pudo evitar mirarla fijamente de vez en cuando.
El edificio en el que ella practicaba estaba justo enfrente de donde normalmente Choso y sus amigos patinaban. A menudo se detenía para ver partes de su lección, sus amigos pensaban que miraba a la chica con ojos obscenos, pero en realidad solo la miraba con admiración pura.
A Choso le daba demasiada vergüenza admitir cuántas veces se tropezó y cayó solo porque se distrajo mirándola bailar. Ella siempre fue tan elegante.
Hoy era el día en que decidió que intentaría hablar con ella. Sus demás amigos ya se habían ido a sus casas, pero él seguía ahí, esperando nerviosamente en la entrada de aquella academia de ballet, sabiendo que ella terminaría su lección pronto.
Sin embargo, su actitud de tipo frío y duro se desmoronó por completo en el momento en que la vió salir.
—¡D-disculpa! Uh, tú... ¿Tienes algo de tiempo?. —Preguntó torpemente mientras se frotaba la nuca. —
La bailarina volteó en cuanto lo oyó llamarla y sonrió dulcemente.
—Claro, ¿Necesitas algo?. —Preguntó amable y dulcemente. —
Su cuerpo se relajó un poco cuando ella respondió, sus ojos se fijaron en los suyos por un momento antes de que lentamente se dirigieran a su atuendo, más específicamente, la forma en que éste se ajustaba perfectamente a su cuerpo. Choso rápidamente desvió la mirada y volvió a mirarla a la cara, esperando que ella no lo hubiera notado y que no se hubiera sonrojado demasiado. Estaba intentando con todas sus fuerzas no parecer un desastre total.
—Uh... S-sí... —
“Lo arruiné... Dios, soné como un completo tonto...” —Pensó el chico con pesar. Choso ya estaba muy nervioso, esperando no causar una mala impresión delante de ella. —
La chica se rió suavemente y lo miró con ternura, ese chico le parecía demasiado tierno y lindo. Él se sonrojó cuando el sonido de su risa llegó a sus oídos, pero más allá de la vergüenza, le pareció adorable que ella se riera de él.
Choso no pudo evitar pensar que ya le había causado una mala impresión, pero trató de alejar ese pensamiento: ella tenía una bonita sonrisa y sus ojos grises eran tan... cautivadores. Oh Dios, se distrajo por un momento mientras la miraba bien, pero rápidamente volvió a la realidad.
—Uhm... ¿P-puedo preguntarte algo?. —Preguntó aún completamente avergonzado. —
La bailarina lo miró dulcemente y asintió suavemente.
—Claro... Dime. —
Choso respiró hondo, preparándose mentalmente para decir justo lo que quería. No sabía por qué estaba tan nervioso; sólo estaba haciendo una pregunta sencilla. No había ninguna razón para estar nervioso... ¿Verdad?
Pero a pesar de que trató de tranquilizarse, todavía sentía que su corazón latía demasiado rápido en su pecho, y podía sentir sus palmas sudar un poco mientras la miraba. Se aclaró la garganta nuevamente y miró hacia abajo, todavía jugueteando un poco con la correa de su mochila.
—¿T... Tienes novio?. —
La chica se sonrojó suavemente ante la pregunta y soltó una risita tímida.