*Días después, el sábado...*
Finalmente, llegó el sábado por la mañana y Choso no pudo quedarse tranquilo. Esa noche había dormido muy poco porque su mente se negaba a calmarse. Era el día en que se reuniría con ella. El día en que vería a Hana en el parque.
Ambos habían estado hablando por mensaje desde que intercambiaron números, parecían tener bastante química, aunque Choso realmente no podía esperar para verla.
Choso estaba ansioso, emocionado, esperanzado y también un poco nervioso. ¿Qué pasa si decía o hacía algo incorrecto? ¿Qué pasaría si ella se arrepentía de haber aceptado salir con él? Éstos y otros pensamientos intrusivos llenaron su cabeza mientras caminaba hacia el parque, con el corazón latiendo con fuerza dentro de su pecho.
Hana llegó al parque unos minutos después que Choso, vestida con ropa normal y totalmente diferente a sus uniformes de la Academia de Ballet, el cabello suelto, maquillaje suave, una dulce sonrisa en los labios y acompañada de su mamá.
Choso se sentó en un banco del parque y le envió su ubicación para que ella supiera donde buscarlo, su pierna saltando arriba y abajo en constante energía nerviosa. Había elegido un lugar en el parque donde no había demasiada gente, para que fuera más privado y menos concurrido, aunque seguía habiendo algo de gente al rededor para evitar hacerla sentir incómoda.
Después de unos minutos, Choso levantó la mirada y la vió llegar con su madre, su corazón dio un vuelco. Se veía aún más hermosa en ese momento. No más cola de caballo, no más moño alto y un poco desordenado, no más uniforme de ballet, no más mallas, solo ella. Lo más hermoso que jamás había visto.
Hana sonrió dulcemente al verlo, soltó la mano de su madre y se despidió de ella rápidamente, antes de correr hacia Choso.
El corazón de Choso latía fuertemente en su pecho mientras la veía correr hacia él. Parecía tan feliz. Muy emocionada de verlo. Eso le dió una sensación de alivio y una nueva ola de emoción a medida de que se acercaba. Se levantó del banco, tratando de mantener la calma, aunque su corazón latía a un kilómetro por minuto.
—Hey... —Alcanzó a decir Choso, con la voz ligeramente temblorosa y una pequeña sonrisa un tanto nerviosa en su rostro. —
Hana se detuvo frente a él y levantó la vista para ver su rostro, luego sonrió y sus mejillas se pusieron un poco rojizas.
—Hola... —Saludó tímidamente, pero aún sonriendo con dulzura. —
Sintió que sus mejillas se calentaban un poco mientras ella se paraba frente a él. El suave enrojecimiento en sus mejillas era tan lindo que solo hizo que quisiera verla sonrojarse más a menudo. Él sonrió, sintiendo un poco de nerviosismo y mucha emoción mientras la miraba a los ojos. Hizo todo lo posible por sonar lo más informal posible, incluso cuando su corazón seguía acelerado.
—Te ves... Hermosa... —
Hana se sonrojó un poco más, se cubrió el rostro con sus manitas y soltó un pequeño chillido de emoción y algo de vergüenza, luego lo miró nuevamente
—Gracias, Choso... —
Choso sintió que su corazón daba otro vuelco al ver su rostro sonrojado y oír su pequeño grito de emoción. Verla así, tímida y linda, fue... más que adorable. Hizo que su corazón se derritiera y no pudo evitar seguir sonriéndole. Tragó saliva mientras seguía mirándola, tratando de mantener la calma incluso cuando no quería nada más que simplemente tirarse a sus brazos.
—No... De verdad. Te ves... Tan hermosa ahora mismo... —
—Gracias... —
Lentamente extendió una mano hacia ella, queriendo tocarla, pero tampoco queriendo hacerla sentir incómoda. Suavemente tomó una de sus pequeñas muñecas, aún sosteniendo su mirada incluso mientras su mente estaba acelerada.