1. Mi otra mitad

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El rey de los cambia formas tenía mucho tiempo con ese sueño, un hermoso omega de ojos verdes y cabello como un bosque en el atardecer, una hermosa sonrisa, pero jamás lo ha visto en persona, en su corazón él sabía que ese omega era suyo, pero no lograba entender porque no lo había encontrado, todos a su edad ya tenían a sus respectivas parejas porque el hilo rojos los guiaba hacia ellas, pero.... No a él, su hilo se perdía en el cielo, ¿acaso su omega no está ya en este mundo?

No, de ser así su hilo estaría cortado, pero no, el suyo a veces se tensaba principalmente en los días en el que su sueño era más nítido, es cuando podía observar esas extrañas vestimentas que siempre usaba, era un atuendo que jamás había visto en su mundo.

-¿Alteza? – la voz de su mejor amigo y consejero se escuchó – El hechicero que ve ambos extremos del hilo rojo llego

-Hazlo pasar – respondió mientras se acomodaba en su asiento.

El joven de cabello rojo salió de la habitación para ir por el hechicero, cuando entró un Alfa de mediana edad, ojos y cabello negro, con mirada cansada – Alteza mi nombre es Aizawa Shota, solicitaron mis servicios

-Quiero que me expliques porque no he podido encontrar a mi omega – solicito con la autoridad que lo representaba

El pelinegro asintió con la cabeza - ¿Me permite tocar su mano derecha? – pidió – Necesito conectar mis habilidades para llegar al otro extremo de su hilo.

El rey frunció el ceño, pero aun así obedeció, extendió su mano y el hechicero la tomo con ambas manos, cerro los ojos y se concentró, hasta que comenzó a ver el hilo del rey y comenzó a seguirlo en su mente, tardo mucho en llegar al otro lado, ahí vio a un joven omega con una mirada triste observando su mano y luego al cielo.

Unos segundos después abrió los ojos, su expresión no delataba algún atisbo de emoción

-Alteza, he visto el otro extremo de su hilo rojo – hablo con voz tranquila y solemne - Su omega no está en este mundo.

Katsuki sintió un nudo en el estómago, lo que no queria que le dijeran era que su omega había fallecido, pero aun con un pequeño atisbo de esperanza hablo - ¿Qué quieres decir?

-Su persona destinada, unida a usted por su hilo rojo, se encuentra en un mundo paralelo al nuestro, las vestimentas que lleva no son algo que usemos en nuestro mundo, es por eso que no lo ha podido encontrar

-¿Hay alguna forma de traerlo?

-Si, hay una forma, pero deberá emprender un viaje a las tierras de la zona cero – respondió

-En ese lugar ya no queda nada después de la guerra

El hechicero negó – Es cierto que la guerra consumió esas tierras y que ya no es un lugar habitable por la sangre y la magia que se derramo innecesariamente, sin embargo, es el único lugar donde encontrara a Yoichi Shigaraki, Yagi Toshinori y a Nana Shimura, ellos juntos podrían ayudarle a abrir un portal.

-¿Qué debo hacer para encontrarlos? -preguntó Katsuki, su voz decidida.

-Los tres, se encuentran en alguna parte de la zona cero, debido a la inestabilidad de la magia, para llegar a ellos deberá atravesar la ciudad desolada, y las ruinas del viejo castillo, en alguna parte de ese castillo deberá encontrarlos

Katsui asintió, nada de lo que le dijo le causaba algún temor, además, nunca le había temido al peligro, después de todo él es el rey de los cambia formas y podía transformarse desde un pequeño insecto hasta un enorme dragón si lo deseaba, lo único que le importaba era encontrar al omega de sus sueños.

-Prepara todo lo necesario - ordenó finalmente a su consejero - Partiré al amanecer.

-Alteza ¿está seguro de esto? – preguntó el pelirrojo, quien sabía perfectamente que cuando su amigo tomaba una decisión, era casi imposible hacerlo cambiar de opinión, sin embargo, no podía evitar sentir preocupación, la zona cero era un lugar que nadie pisaría, pues la magia que quedo en ese lugar es demasiado inestable.

Hilo Rojo (Bakudeku)Where stories live. Discover now