4. Mi verdadero hogar

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Izuku estaba practicando con Yoichi su magia, resultó cierto que su poder era inmerso, controlarlo al inicio fue un suplicio pues terminaba con alguna extremidad muy dañada, de hecho, sus brazos y algunas otras partes de su cuerpo estaban llenas de cicatrices, los tres hechiceros se enfrentaron muchas veces a la furia del cenizo.

Pero Yoichi encontró una forma de evitar que el principe siguiera sufriendo todo ese daño, se le entrego el báculo sagrado del antiguo reino y actual zona cero. Con el báculo el principe Izuku logró evitar seguir rompiendo sus huesos, y su magia fluía con mayor facilidad, aunque aún le faltaba mucho por lograr controlar por completo su magia.

- Es suficiente por hoy – gritó Yoichi pues el peliverde sobrevolaba el claro donde estaban practicando había notado el cansancio en los ojos del joven principe.

El omega descendió lentamente, estaba feliz por el progreso que estaba haciendo, luego de varios meses de vivir en el reino de los cambia formas como el omega del rey aun y cuando él no era un cambia forma, era tratado como nunca lo habían hecho en toda su vida, aun sentía que había mucho que aprender, Yagi le enseñaba sobre la historia de su antiguo reino y del reino de los cambia formas, Nana se encargaba de instruirlo en las costumbres y tradiciones.

Yoichi se acercó a él con una sonrisa – Lo estás haciendo bien, principe Izuku, cada día dominas más tu poder, seguiremos practicando.

- Gracias, Yoichi. Solo... no quiero ser una carga para nadie - comentó Izuku, mirando sus manos – desde que llegue todos me han protegido incluso de ese grupo pequeño que me ataco la vez pasada pensando que yo era un enemigo que estaba seduciendo al rey. Kacchan estaba muy molesto aquel día.

Yoichi soltó una risa nerviosa – Como olvidarlo, tu destinado se encargó de darles una lección, el joven rey siempre te protegerá, no eres una carga para nadie Izuku, eres el principe perdido y ahora que estas de vuelta, debemos demostrarte tu poder, pero seamos pacientes, has mejorado mucho en estos meses.

Izuku asintió dejo salir su aroma delatando lo feliz que estaba, cuando se dio cuenta se avergonzó, eso fue lo primero con lo que tuvo que lidiar entender que era un omega, las castas, los aromas y peor cuando tuvo su primer celo, aunque gracias a Kacchan entendió todo y lo ayudo con eso.

-Veo que estas feliz – comentó Yoichi al detectar el suave aroma de rosas

-Yo... lo siento a veces no lo controló

-No te disculpes, es parte de nuestra naturaleza y a tu alfa le encanta.

El peliverde se puso demasiado rojo por el comentario de su mentor, no podía evitarlo, pero era la verdad Katsuki desde que lo encontró no lo ha dejado solo y se ha encargado de darle su lugar.

Llegaron al castillo donde un par de guardias custodiaban la entrada en ese momento

-Bienvenido joven principe – saludaron con cortesía – su alteza solicito que lo buscara en la sala del trono en cuanto llegara.

- Deberías ir a verlo – comentó Yoichi, dándole un suave empujón hacia la sala del trono- No lo hagas esperar.

Izuku asintió y camino rumbo a la sala del trono, antes de entrar escucho a su Alfa hablar con una voz demasiada autoritaria.

-¿Con que derecho crees vienes aquí y cuestionar a tu rey? – la voz de Katsuki sonó fuerte y autoritaria

-¿Cómo que con qué derecho? – se escuchó una voz femenina que no parecía intimidada por el rey - ¿Ya se te olvido quien te dio el trono? ¿No recuerdas quiénes somos? Eres un insolente Katsuki Bakugo, estamos aquí porque tuvimos que enterarnos por los Todoroki que habías encontrado por fin a tu omega y no pensamos irnos de aquí sin darle nuestra bendición.

Izuku se quedó quieto, su corazón latía con fuerza al escuchar la conversación que se desarrollaba al otro lado de la puerta. Podía sentir la tensión en el aire, pero también sentía curiosidad. ¿Quiénes eran esas personas que hablaban con tanta autoridad ante su alfa?

-Vieja bruja ustedes me dejaron el reino hace más de cinco años – respondió Katsuki – es mi vida y yo decido si los quiero o no en mi vida o en la vida de mi omega

- Puede que te dejáramos el reino, Katsuki, pero eso no significa que renunciáramos a nuestro deber de protegerlo - respondió la voz femenina se escuchaba molesta - Y protegerte a ti, por supuesto, ¿nos dejaras conocer o no a nuestro yerno?

Izuku tragó saliva, sintiendo un nudo en la garganta. ¿Yerno? Su alfa estaba hablando con sus padres, eso explica porque parece que la persona que le grita no le importa el tono autoritario con el que habla Katsuki, respiro profundamente antes de abrir las puertas de la sala. La expresión molesta que tenía su alfa desapareció en cuando lo vio entrar a la sala del trono.

-Izuku – hablo con una suave voz, se puso de pie y fue al encuentro de su omega

El peliverde por su parte observó a las dos personas que estaban en la sala, un castaño que claramente era un omega y una alfa que era idéntica a Katsuki.

La pareja observó al recién llegado, y también observaron los gestos de su hijo, notaban claramente el amor que le profesaba a ese omega peliverde, el rey Alfa le dio un suave beso en los labios a su próximo rey consorte, y luego lo tomo por la cintura acercándolo a él para darle seguridad.

Camino hasta quedar frente a la pareja – Izuku, mi amor, ellos son los reyes eméritos y mis padres.

El peliverde observó a los antiguos reyes con algo de nerviosismo – Es un placer conocerlos – saludo con una ligera inclinación.

-No tienes que ser tan formal – la primera en hablar fue Mitsuki quien dio un paso al frente con los brazos extendidos para abrazar al omega – Eres la viva imagen de tu madre, y me alegra que sea alguien como tu quien haya conquistado el corazón de mi hijo

El peliverde tardo un poco en reaccionar principalmente por la forma en la que había escuchado discutir a su Alfa con su madre, pero devolvió el abrazo que se sentía tan cálido.

-Gracias, alteza – respondió Izuku una vez que se separaron - ¿Dijo que soy la viva imagen de mi madre? ¿usted la conoció?

-Si, conocí a tu madre, era una omega fuerte, valiente y con un corazón enorme, de hecho, el día de la tragedia yo fui invitada a su reino, pero mis obligaciones me impidieron ir.

-No sabía que alguien aquí la conocía...- respondió en voz baja había tristeza en sus palabras.

-Era una amiga muy querida, y su partida junto con la de tu reino fue un duro golpe para nosotros – intervino Masaru, quien hasta ese momento estaba en silencio – Tu madre era una de las pocas personas que entendían la importancia de mantener la paz entre los cambia formas y los hechiceros de tu reino.

- Lo que pasó con ella fue una tragedia - añadió Mitsuki, hablo con tristeza – pero verte aquí, sano y salvo, aun y cuando se pensaba que no había nadie con vida en la zona cero, es como ver una parte de ella.

-Usted... - titubeo un poco el omega - ¿Usted podría hablarme más de ella? O ¿de mi padre? – preguntó con pena y algo de tristeza – de los tres hechiceros Toshinori es quien conoció más a mi madre, pero se niega a hablarme de ella.

-Para, Yagi, Inko fue como su hermana menor, es normal que el dolor de perderla le impida hablar de ella, pero claro que sí, pequeño – aseguró Mitsuki, - Me encantaría contarte más sobre ellos. Eran personas con un gran corazón, y mereces saber todo sobre ellos.

- Gracias... —murmuró Izuku con la voz entrecortada - Realmente quiero saber más sobre ellos.

-Y lo sabrás, tenemos mucho tiempo para charlar al respecto – agregó Masaru

Izuku que aun pensaba que estaba en un sueño, pues, aunque aún tenía mucho que aprender, se sentía en casa en su verdadero hogar.

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Dije que este sería el ultimo capitulo pero... creo que serán unos dos mas

La imagen fue tomada de pinteres, si conoces al creador déjamelo en los comentarios para darle los comentarios que le corresponden

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Hilo Rojo (Bakudeku)Where stories live. Discover now