2. ¿Quien eres?

81 19 0
                                    

Nunca se sintió parte de ningún grupo de niños, durante toda su vida, siempre pensó que era diferente, peor su exótica belleza no parecía a nadie de su alrededor, según tenía entendido, fue encontrado cerca de un parque público cuando aún era un bebé, fue llevado a un orfanato, donde cuidaron de él, lo llamaron Izuku pues solo tenía un brazalete de oro con su nombre, ahora ese brazalete lo llevaba en un colgante pues era obvio que al pasar los años ya no le quedaría.

Estaba sentado en una banca debajo de un frondoso árbol, leyendo un libro de esos de fantasía donde existen criaturas mágicas y seres mitológicos, amaba perderse en ese tipo de lecturas pues, solo así se sentía en casa.

Observó su mano derecha - ¿Dónde estás? – susurro observando su hilo rojo del destino, si porque él podía verlo, aunque no entendía como, pues la primera vez que hablo de eso nadie le creyó y las burlas aumentaron a partir de ese momento.

Suspiro viendo como su hilo se dirigía al cielo y su único pensamiento era que la persona destinada a él ya no estaba en este plano terrenal.

-Me hubiera encantado conocerte – susurro al viento – Tal vez contigo a mi lado este lugar sería mucho más llevadero- luego de eso regreso a su lectura.

Estaba tan sumido en su libro que no se había percatado de dos cosas, la primera que el sol comenzaba a ocultarse, tiñendo el cielo de colores cálidos, y lo segundo es que no vio que sus actuales bullies se acercaban con intenciones de molestarlo, hablando de siempre de su rareza.

- Mira a quién tenemos aquí, el rarito perdido en sus libros de fantasía - se burló uno de los chicos, quitándole el libro de las manos.

-¡Devuélvemelo! - exclamó Izuku

-¿Y qué vas a hacer, rarito? ¿Llamar a tus amigos imaginarios? - se burló otro, sosteniendo el libro fuera del alcance de Izuku. – Veamos, que tontería estas leyendo ahora.

Izuku iba a refutar, aunque sabía que hacerlo iba a terminar en una pelea que él iba a perder, cuando sintió algo en su pecho, como una corazonada, un extraña sensación que jamás había experimentado, sintió un extraño tirón en su mano, se concentró para ver su hilo y notó como este se tensaba y lo extraño es que no iba al cielo esta vez.

Sin importarle el libro e ignorando a sus agresores salió corriendo, siguiendo a su corazón, su hilo rojo parecía guiarlo por primera vez.

-¡Oye tonto! ¿Dónde crees que vas? – preguntó el chico que le quito el libro, pero el peliverde lo ignoró y siguió corriendo.

Llego hasta un parque cercano, su hilo estaba muy tenso, no entendía que pasaba, pero no se iba detener hasta averiguarlo, continuó corriendo lo más rápido que podía, hasta que sintió que alguien lo tacleo y lo tiro al piso ocasionando que se golpeara con fuerza, y sintió como el aire escapaba de sus pulmones. Intentó levantarse, pero no podía por el peso extra, miro sobre su hombro para ver a su principal agresor.

-¿Creíste que podías huir de nosotros sin recibir tu castigo por ignorarme? – Amenazó mientras lo giraba para quedar de frente a él y levantar un puño.

Izuku no podía defenderse, cerro los ojos esperando el golpe que nunca llego, unos segundos después escucho un quejido de dolor y el peso de su agresor desapareció.

-¿Cómo te atreves a tocarlo? – se escuchó la voz de otra persona, esa voz aunque nunca la había escuchado, sintió que lo conocía, sus ojos se abrieron con lentitud, frente a él dándole la espada estaba un hombre alto, de cabello rubio, llevaba una capa que ondeaba con el viento, tenía unas extrañas botas y pantalones azules

-¿Y tú quién te crees que eres para meterte en lo que no te importa? - El chico se incorporó, furioso por la interrupción tan abrupta.

-Te estas metiendo con la persona más importante de mi vida, y no permitiré que lo lastimes – hablo con seguridad y claridad, su presencia y aura intimidaba. – Ahora, aléjate de mí omega – amenazó

-¿Omega? ¿Qué es eso? ¿Una nueva clase de insulto? – preguntó el chico mirando directamente al recién llegado.

Katsuki notó que en cuanto puso un pie en ese mundo, ya no podía usar su poder como cambia forma y su aroma de Alfa había desaparecido, pero no se iba a detener a averiguar el por qué lo único que le importaba era encontrar a la persona que estaba unida a él.

-Vuelve a ofenderlo frente a mí y será lo último que digas en toda tu vida.

El chico visiblemente intimidado por el hombre frente a él dio varios pasos hacia atrás – Esto no se quedará así Izuku, cuando regreses a casa arreglaremos cuentas – comentó antes de alejarse de aquel lugar.

Katsuki evidentemente molesto quiso golpearlo, pero tenía el tiempo limitado así que no podía darse ese lujo, se dio la vuelta para quedar de frente a su destino, cuando sus miradas se encontraron algo dentro de ellos se removió, Izuku sintió el tirón de su dedo, observó de nueva cuenta su mano y su hilo rojo, su otra parte estaba atada a la del recién llegado.

-¿Quién... eres? – preguntó sorprendido y a la vez hipnotizado.

Izuku había visto a un cenizo de ojos rojos, en varias ocasiones en sus sueños, esa hermosa mirada llena de afecto, sus facciones masculinas y marcadas y su cabello cenizo.

-Yo soy Katsuki Bakugo - respondió Katsuki, con voz suave - He venido por ti, Izuku

-¿Cómo sabes mi nombre?

-Porque eres mi omega, mi vida, el que siempre estuvo en mis sueños, tú eres mi otra mitad como yo soy tuya, comentó levantando su mano donde estaba su hilo.

-¿Qué es omega?

El cenizo sonrió de lado y extendió su mano para ayudar al peliverde a ponerse de pie.

-Se que no lo entiendes en este momento, pero lo entenderás, es hora de que regreses a donde perteneces, Izuku a nuestro mundo.

-¿Mundo?

-Sí, a nuestro mundo -confirmó Katsuki, acercándose lentamente para tomar sus manos entre las suyas, sintiendo la estática que estas generaban - Este no es tu verdadero hogar, Izuku. Tú eres el príncipe perdido de un reino que fue destruido hace mucho tiempo, fuiste enviado a este mundo por un villano que pereció en aquel entonces.

-¿Príncipe? ¿Yo? – preguntó sintiéndose confundido- ¿Cómo es posible?

Katsuki apretó suavemente las manos de Izuku buscando transmitirle seguridad.

-Sé que es difícil de creer, Izuku, pero tu fuiste enviado a este lugar por error, he venido para llevarte de vuelta a donde perteneces, a tu hogar, a mi lado. No puedo imaginar mi vida sin ti, y he atravesado un portal dimensional para encontrarte.

-¿Y si no soy quien dices? - murmuró, bajando la mirada.

Katsuki levantó suavemente el mentón de Izuku, obligándolo a mirarlo a los ojos.

-Lo eres y como prueba está el hilo rojo que nos une - aseguró Katsuki, sacando el brazalete que le habían dado - Si te pones esto y atraviesas el portal conmigo lo averiguaras, y si decides que no es lo que deseabas yo mismo me asegurare de regresarte a este lugar.

Izuku observó el brazalete, con algo de dudas extendió su mano para tomarlo y se lo colocó en su muñeca, en ese momento sintió algo extraño recorrer todo su cuerpo

- Es hora de irnos amor mío - susurro con suavidad el cenizo.

Una extraña luz los rodeo y unos segundos después ambos habían desaparecido.

♡☆♡☆♡☆♡☆♡☆♡ ♡☆♡☆♡☆♡☆♡☆♡ ♡☆♡☆♡☆♡☆♡☆♡ ♡☆♡☆♡☆♡☆♡☆♡

¿Qué opinan? ¿Quieren saber que va a pasar?

Hilo Rojo (Bakudeku)Where stories live. Discover now