Jake y Jungwon no tardaron absolutamente nada en empezar a murmurar cuando divisaron a Heeseung, ingresando en la cafetería acompañado de, nada más y nada menos que Park Sunghoon.
-¿Qué mierda les pasa a ustedes dos? Parecen dos viejas chismosas. -Se queja Beomgyu, dirigiendo su mirada hacia sus dos amigos, quienes le miraron estupefactos y después, señalaron hacia donde Heeseung se encontraba acompañando a Sunghoon por algo para almorzar.- Oh, miren, está con el niño anaconda.
Jungwon soltó una carcajada.
-¿Le contaste a Beomgyu? -Inquirió Jaeyun, mirando acusadoramente a Jungwon.
-De hecho, fue Heeseung quien me contó. Estaba tan desesperado de que el niño anaconda lo perdonara que nos contó a todos su... hermosa y romántica primera charla.- Respondió Beomgyu con tranquilidad y sarcasmo.
Jake estuvo a punto de regañarla.
-Hola, chicos. -Saludó Heeseung, sonriendo con un poco de tensión. Sabía que sus amigos podían ser algo... extraños, y a él no le importaba, sólo que esta vez, no queria asustar a Park.- Eh... él es Park Sunghoon. Va a ser nuestro amigo ahora.
Jungwon, Jake y Beomgyu se miraron entre sí con un poco de sorpresa.
-Yo soy Sim Jaeyun, encantado de conocerte. -Saluda el segundo menor de la sala, estirando una mano hacía el pelinegro, el cual corresponde el saludo con timidez.
--Un gusto... -Susurra, sonriendo.
-Mi nombre es Yang Jungwon y tú... ¡eres una ternura! -Jungwon exclama, apretando una de las mejillas de Sunghoon. Este se queja por lo bajo, pero sonríe avergonzado.
-G-gracias...
-Choi Beomgyu. -Murmura el de pelo largo, sacudiendo levemente su mano. Sunghoon asiente de forma de saludo.- Así que... tú eres el niño anaco...
Las palabras de Beomgyu fueron interrumpidas por las manos de Jake sobre su boca y las histéricas risas de Jungwon.
-No le hagas caso a Gyunnie, Sunghoon, no sabe lo que dice. -Le asegura el mayor de la mesa al más alto, sonriendo tranquilizadoramente.- Y dime, ¿qué estudias?
Heeseung casi se siente morir de un infarto. Si no fuese por Jake, Beomgyu habría dicho algo verdaderamente estúpido e imprudente, lo que habría desencadenado un ataque de pánico en Sunghoon y de seguro habría salido huyendo.
Iba ser un poco complicado que Sunghoon y sus amigos se llevasen bien, pero esos idiotas estaban advertidos: tenían que ayudarle a entrar en confianza con Park para conseguir su objetivo o Heeseung se vería obligado a hacerles pasar vergüenza con sus novios, ya que ser el consejero de todos sus amigos y cofre de secretos tenía ventajas con aroma a chantaje.
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-Ah... Mmh...
De nuevo Sunghoon empujaba en su interior, más duro, más rapido. Oh, joder, podía sentir todas y cada una de las hinchadas venas sobresaltando y palpitando por la carne caliente... o al menos, eso era lo que se imaginaba.
