Uno

77 12 0
                                    

Era ridículo lo que las personas podían hacer por dinero; él, más que nadie, lo sabía. Por eso se encontraba en ese extraño cuarto de hotel, con una cámara colgando del cuello y las palmas de las manos tan húmedas que no dudaba en que podría estar perdiendo un litro de sudor.

Sí, estaba nervioso. Su estómago gruñía; si pasaban otros cinco minutos en silencio, se arrojaría por la ventana. Era preferible morir por el impacto que convertirse en el objeto sexual de algún hombre extraño, como el que estaba frente a él. Otro pervertido.

"Do Kyungsoo, eres un estúpido por intentar incursionar como fotógrafo de pervertidos", se recriminó a sí mismo. Frunció las cejas y aclaró la garganta.

—Oh, lo siento... —el hombre frente a él tenía una voz grave, era alto, musculoso y juraba haberlo visto vendiendo droga en la esquina oriental de la universidad—. No pensé que... Es decir, pensé que quien iba a tomar las fotos era otra persona.

—La señorita Oh está enferma —"más bien Sehun descubrió su pasatiempo y la castigó... Es un hermano tan celoso"—. Soy su reemplazo, pero si se siente incómodo, podemos posponer la reunión.

—¡No! —casi saltó de la cama y se acercó a Kyungsoo. Sus mejillas estaban rojas, y ahora que el bajito lo tenía a solo unos centímetros, pudo notar la perforación en su labio—. Me hace sentir más cómodo que sea un hombre; estaba pensando en no venir cuando me dijeron que sería ella... Además, contigo no tengo clases.

"Así que me reconoció".

—Bien, entonces... No tuve el tiempo suficiente para saber qué tipo de fotos desea.

—Háblame informal, por cierto... Soy Park Chanyeol.

—No creo que sea muy inteligente que me des tu nombre y estés aquí sin cubrir tu rostro.

Chanyeol río, caminó nuevamente hasta la cama y se sentó en el borde con las piernas abiertas.

—Si algo de lo que pasa aquí sale de nosotros dos, entonces te mataré. Sencillo, Do Kyungsoo.

"Oh, mierda, ahora tengo amenaza de muerte. Mi semana va de mal a excelente", rodó sus ojos y asintió.

—Somos profesionales. Sus fotos, sus gustos... Todo quedó estipulado en el contrato.

—Sí, pero quien firmó fue tu compañera... Como sea, Kyungsoo —levantó su mano y mordió su labio con fuerza—. Ve alistando la cámara, y por favor, no quites tus ojos de mí.

"Vaya, otro desperdicio de hombre". Kyungsoo era gay, abierta y orgullosamente gay, por eso sus padres lo habían echado de casa. No cambiaría su forma de vida, pero se había decepcionado de los hombres luego de su último fracaso amoroso. Con tantos chicos con gustos sexuales tan peculiares, sus esperanzas de estar seriamente con alguien eran casi nulas.

Chanyeol, en cambio, observó detalladamente cómo Kyungsoo se debatía mentalmente; eso era interesante. Sonrió suavemente. No se movió de la cama hasta que Kyungsoo le enfocó con la cámara, estiró su mano deteniéndolo.

—En serio, Kyungsoo... No dejes de mirarme.

—Lo sé, Chanyeol.

El alto río. Le gustaba esa forma grave y demandante de hablar del bajito. Lentamente comenzó a quitarse la ropa, escuchando el flash de la cámara y sintiendo su boca salivar. En cuestión de unos movimientos, ya estaba desnudo.

—¿No vas a preguntar por qué hago esto?

—Los asuntos del cliente no son mi problema; solo me centro en tomar fotos y en quedarme callado.

Chanyeol volvió a reír, humedeció sus labios y sacó del bolso a su costado una falda rosa. Kyungsoo en ese momento bajó la cámara; el alto solo le hizo una seña para que se acercara más.

Retratos de tentación || ChanSoo [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora