Capitulo 2

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Salí corriendo de esa habitación mientras que mi novio me gritaba:

—¡Noa! ¡Ven aquí! ¡Todo tiene una explicación!

¿Que unos cuernos tienen explicación? No me podía creer lo que me estaba diciendo.

Todos los de la fiesta me estaban mirando, parece que estaban haciendo como un camino para que llegase a la puerta principal. Ya estaba sintiendo los ojos hinchados de llorar tanto. Intenté quitarme las lágrimas pero solo logré empeorar más el rímel y el eyeliner, que estaba toco corrido. Aunque eso no era lo que me importa ahora mismo.

No me podía creer lo que me había hecho Lucas. Tantos años de relación para nada. Salí al portal de la casa y me senté en el bordillo. Cogí el móvil y eran las una de la madrugada. Estaba apunto de llamar a mi padre para que me recoja, hasta que sentí que alguien se sentó al lado mío.

—¿Cuernos? Me he enterado. Eres el cotilleo de toda la fiesta —Era Gavi. Lo dijo sarcásticamente, como para hacerme reír, pero ni puta gracia la verdad.

No le contesté. No tenía ganas de hablar. Tenía ganas de irme a mi casa a seguir llorando.

Él siguió sentado al lado mía. Creo que esperaba que le dijese algo. Intenté llamar a mi padre pero no me lo cogía.

—Te llevo—Cogió su móvil, el que habia dejado en el suelo, y fue directamente a su coche.

Mi padre no cogía el teléfono asi que no tuve más remedio que subirme a su coche.

—¡Espera! Todavía quedan diez minutos de sesión. ¿No quieres aprovecharlos?

Me quedé sorprendida al ver que una prostituta le haya dicho eso a Gavi.

Se me había olvidado que mi novio, bueno ahora ex, contrataba siempre prostitutas para sus fiestas.

Gavi le ignoró y se subió al coche.

—¿Le has pagado a una puta para que te baile?

—Hay muchas cosas que no sabes de mí.

***

Ya habían pasado dos días después de esa tragedia.
Gavi me trajo a mi casa sana y salva. Aunque mis padres se enfadaron un poco por la hora de llegada.
No había vuelto a saber nada de Lucas. Mi amiga Lara si había venido a verme. Ahora mismo me encontraba mucho mejor. Estaba en el sofá viendo una serie de Netflix con casa sola ya que mis padres se habían ido a un viaje de trabajo y mi hermano a la casa de un amigo. Es temporada de invierno así que estaba acurrucada en el sofá muy calentita hasta que tocaron la puerta de mi casa.

—¡No hay nadie en casa!—Grité. Pararon de tocar así que me quedé agusto.

Volvieron a tocar asi que me puse mi bata de corazones y mis zapatillas de invierno de estar por casa. Fui a la puerta y me encontré a Gavi con una bolsa en la mano.

—¿Que tal?—Iba a contestar pero me interrumpió—Bueno, no me lo digas, no me importa—Pasó dentro de la casa sin preguntar, que maleducado por cierto, y dejó la bolsa que llevaba en la isla de la cocina.

—Tienes que pedir permiso antes de entrar a mi casa—Recalqué mientras me colocaba mejor la bata.

—Este es el uniforme que tienes que llevar a clase—¿Perdona?—Hoy es sábado, asi que tienes tiempo para organizarte. El lunes empiezan las clases.

—Lo sé, y en mi instituto no llevo uniforme—Dije sacando el uniforme que había en la bolsa.

Era una camiseta de polo blanca de manga larga con una falda de cuadros azules y blancos.

—¿No te lo han dicho? Vas a ir al mismo instituto que yo.

—¿Perdona? No creo que eso esté en el contrato.

—Como sabía que me ibas a decir eso, lo he traído—Sacó el contrato de la bolsa y señaló una parte que estaba subrayada—Toma, si quieres míralo por ti misma.

17. Los estudios en el IES Principal de Barcelona forman parte del contrato.

Pues es verdad—Dije mientras le daba el contrato.

—Si, bueno. Me voy que tengo entrenamiento.

Supe que era verdad ya que llevaba un chándal de manga larga con un escudo que no reconocía. Cogió una manzana que había en la mesa y se fue directamente a la puerta principal sin mirar hacia atrás.

—Por cierto, bonita bata—Le pegó un mordisco a la manzana después de decir eso. Se le daba muy bien guiñar el ojo la verdad. Cerró la puerta y de nuevo volvió el silencio que había en mi casa.

Volví a sentarme en el sofá y el di play a la serie que estaba viendo de Netflix.

***
—¿Tan serio es ese contrato para que te cambies de instituto?—Dijo mi amiga Lara tras mi móvil.

—Eso veo... resulta que voy a ir a un instituto con niños pijos. Yo no sé que pinto ahí.

—Pues tía, eres novia de Pablo Gavi. Ya eres famosa. ¿Has visto si ya sales en las revistas y en los cotilleos?

—No, pero porque todavía no he salido a la luz. Faltaría poco para eso—Reí mientras me hacía la manicura.

—Dile a tu noviesito Gavi si alguno de sus amigos quiere una novia falsa como él. Que yo estoy disponible, ehh.

—Si, si. Ya se lo diré.

—Bueno tía, te cuelgo que mi madre me llama para poner la mesa. ¡Adiós, te quiero, no me cambies por ningún niño pijo ehh!

—Vaaale. Ya te contaré como me va.

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Sentimientos | Pablo GaviDonde viven las historias. Descúbrelo ahora