Capítulo 3

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Hoy era el primer día de clase. Tenia el uniforme planchado en la cama. No me podía creer que me tenía que poner eso. Nunca había utilizado uniforme para ir a clase. Tenía miedo por lo que fuera a pasar hoy, ya que era la primera vez que iba a ir a un instituto privado. El contrato se encargaba de todos los gastos. Me habían dado hasta una tarjeta con dinero, no tenía ni idea de cuanto dinero tenía la verdad. Por si acaso no iba a gastar tanto.

Me puse el uniforme y me dejé el pelo recogido con un moño rápido, ya que llegaba tarde.
Bajé las escaleras rápidamente y después de despedirme de mi hermano pequeño, abrí la puerta y me encontré un coche negro fuera de mi casa.
Al momento se bajó un hombre con traje negro y gafas de sol cuadradas.

—Buenos días Noa—Dijo con una sonrisa. Se acercó a la puerta de los asientos de atrás y abrió la puerta.

—Perdona, pero se ha equivocado de casa—Estaba apunto de irme, hasta que me llegó un mensaje de Gavi.

Gavi
En la parte de abajo de los
asientos hay martinis. Por si te
ayuda a relajarte para el primer
dia de clase

Así que tenía chofer privado.... Esto del contrato no me está disgustando.

Levanté la vista del móvil y le sonreí al chofer, el que seguía sonriendo mientras sujetaba la puerta abierta.

****

Era un instituto muy grande, parecía una catedral por como era su estructura. Estaba lleno de gente. Todos iban con un uniforme. A ver, normal que todos vayan con uniforme ya que era obligatorio.
Mientras caminaba por los pasillos, todos estaban hablando de sus vacaciones de verano. Que si unos se habían ido a Bali, otros a París.... A Nueva York....
Y yo que me había quedado todo el mes de julio y agosto en mi casa viendo series. Pero que no me quejo.

Gavi me había mandado ayer un planning de la semana por mensajes. A primera tocaba historia. Pues si que empezamos bien la semana....

—¿Te has perdido?

Escuché una voz masculina detrás mía. Era Gavi.
Llevaba el mismo uniforme solo que en vez de falda, llevaba pantalones largos. Y también lo conjuntaba con una americana y debajo un polo blanco. Iba más o menos como yo. Tenia los ojos un poco hinchados, se notaba que se acababa de levantar. El pelo despeinado y un poco mojado, a lo mejor antes de salir de su casa se había duchado.

—Pues si. No sé donde esta la clase de historia.

—Sígueme. Vamos a la misma clase.

—¿Ah, si?

—Claro. Tuve que acudir a un par de contactos para que nos metieran en la misma clase. Así que espero que aproveches la oportunidad de estar en un instituto privado sin pagar. Porque no creo que te lo hubieras haber permitido.

Eso no me lo había tomado muy bien la verdad. Pero pasé de contestar. Hice lo que me dijo, lo seguí y llegamos a una clase normal. No tenía nada diferente. Las mesas eran de una persona.

Me senté detrás del todo y estuve un poco atenta a lo que explicaba el profesor. No sé que de la guerra civil. La verdad es que no me enteré de nada. A quien se le ocurre dar clase el primer dia de clase.

Ahora tocaba clase con la tutora. Fuimos todos a una clase que estaba al final del pasillo. Era una clase con paredes blancas llena de cuadros. Me senté en la mesa del final al lado de un chico alto y negro. El chico me sonrió y no pudo decir nada ya que la profesora ya había empezado a hablar.

—Buenos días a todos. Feliz comienzo del último curso. Al parecer todas vuestras caras se me hacen conocidas menos.... la tuya.

Al momento todos se giraron hacia mí. Sentí que mis mejillas se ponían rojas. Que vergüenza. La tutora hizo un gesto para que me levante y fue lo que hice. Tocaba presentarme. Genial.

Sentimientos | Pablo GaviDonde viven las historias. Descúbrelo ahora