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**Hace 6 años**
"Celyne, ¡no vayas tan lejos!" escuché la voz de mi madre gritar, mientras reía y corría en dirección al bosque.
Yo, una joven de quince años, llena de fantasías y sueños, buscaba un mundo que solo existía en mi imaginación.
Levanté el pesado vestido con corsé que me limitaba, impidiendo disfrutar plenamente de las maravillas que el mundo podía ofrecerme.
Soy la heredera del título de Gran Duquesa de Malvion, hija de los ilustres grandes duques.
¿Reyes? Hace más de un siglo que no existen, pero yo desciendo directamente de los últimos que gobernaron. Soy hija de la Gran Duquesa Samantha Eiston, descendiente directa de la Reina Clarissa I.
Las dictaduras son cosa del pasado, de hace más de cien años. Hoy en día, solo quedan unos pocos títulos dentro de la alta sociedad, y el Gran Consejo se encarga de velar por la unión entre continentes.
Como futura Gran Duquesa, la sangre pura corre por mis venas, otorgándome un poder y una influencia en la alta sociedad que me hace prácticamente intocable.
Detuve mi andar en los jardines de la Gran Mansión del Duque. Me acerqué a unas rosas rojas, hermosas y espléndidas en su naturaleza.
Pero al mirar más de cerca, me percaté de que muchas estaban marchitas. Pobres rosas. Tan hermosas y tan poderosas en su esplendor, ahora reducidas a sombras de lo que fueron.
Me acerqué al gran rosal, cuyas flores estaban secas. Al tocarlas, mi mente comenzó a imaginar cómo habrían sido en su esplendor. De repente, mi corazón latió con fuerza, y como por arte de magia, las rosas ya no estaban marchitas.
Mi mente se llenó de confusión, y un polvo verde se desvaneció en el aire.
¿Qué acaba de suceder?
Mi cuerpo temblaba. Eso… eso salió de mí. Y eso no debería ser posible.
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**Actualidad**
Como todos sabéis, mi nombre es Celyne Eiston, Gran Duquesa de Malvion, en la residencia Eiston.
Hace seis años, descubrí que todo lo que creía saber sobre la existencia era una mentira.
Y me di cuenta de que yo misma había sido una farsa durante los primeros quince años de mi vida. Ahora, con 21 años, he aprendido a enfrentar esa verdad.
Mis damas de compañía me preparan para el desayuno con mis padres y su segunda esposa, Dalila.
Dalila tiene dos hijos, mis hermanos gemelos, Alex y Alek, de 12 años.
Debo admitir que amo a mi madrastra tanto como a mi madre; ambas son unos ángeles maravillosos.
Hoy llevo un vestido sin corsé, pero igual de ajustado y pesado, como es habitual. Es de un profundo color vino.
Continuará.
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Celyne Eiston.Esto es una referencia pueden imaginarse la como gusten.
Nota:
Holi se que tengo casi quinientas historias por terminar, pero son ideas que me surgen y las quiero materializar, ya saben cosas de autoras.
Esté es una historia distinta al resto, es de los años imperiales, pero a mí modo, con algunas cositas diferentes.
Es un mundo divido entre humanos y magia.
Ya se dieron cuenta.
Lindo día.
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Crystal //resurrection of the fallen // © ((Borrador))
FantasyMientras que tú usas un arma, yo soy la propia arma. Si por accidentes descubres el secreto te espera el final seguro.