Crystal //resurrection of the fallen // © ((Borrador))

Capítulo 04

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**Celyne**

"¿Un esclavo para mí? Creo que mi padre no está bien de la cabeza... Bueno, si se lo dijera directamente, sería capaz de matarme."

¿Qué haré con un esclavo? No tengo idea, pero no puedo desobedecer una orden de mi padre.

Los esclavos son seres mágicos que poseen poderes y características distintas a las de los humanos. Por ejemplo, algunos pueden ser mucho más altos que cualquier humano, aunque no siempre es el caso.

Su magia es controlada mediante aparatos de conducción mágica.

Son sumisos, en apariencia, aunque no se puede confiar del todo en ellos.

Son asesinos letales, y estoy segura de que, si descubren que tengo magia, me categorizarían como una de ellos.

...

Algunas mañanas, camino lo más lejos posible de la mansión, siguiendo el sendero del Gran Bosque Oscuro, siempre hacia el Claro de Malú.

Es un lugar donde el sol brilla directamente, rodeado de árboles de corteza oscura.

Con mi capa roja como la sangre, me siento en el pasto del Claro y me relajo.

Cierro los ojos, alejando todos los pensamientos de mi mente, concentrándome solo en la naturaleza, en todo el poder que reside en ella. Yo soy una con ella, y ella es una conmigo.

Dejo que su poder me envuelva y me haga sentir libre. Libero pequeñas cantidades de poder que la naturaleza absorbe con entusiasmo. El sol brilla cálidamente y el viento me da un toque fresco.

Y entonces, comienza. Las raíces y ramas de los árboles empiezan a rodearme, se enredan en mis brazos sin molestarme y me recargan.

Estoy en mi elemento, estoy donde debo estar.

Lo que no sabía en ese momento es que alguien me observaba desde las sombras.

...

Después de mi mágico encuentro con la naturaleza esta mañana, mis doncellas me ayudan a prepararme para una ducha. Una vez que todo está listo, les digo que pueden salir y esperar.

Y claro, no soy como la demás aristocracia. Soy una futura duquesa que valora la igualdad y el respeto hacia todas las especies.

Les digo que se sientan cómodas en mi recámara, no me importa en absoluto.

...

Mi cuerpo es ceñido por un hermoso vestido blanco, bastante sencillo para asistir al pueblo.

Mis doncellas me ayudan a colocarme la capa, mientras una de ellas me avisa que mi madre me está esperando para ir a elegir un esclavo.

Sin perder tiempo, salgo de mi habitación y bajo las grandes escaleras, donde me encuentro con mi madre, que lleva una vestimenta similar a la mía.

...

Llegamos al lugar de venta de esclavos, acompañadas por dos guardias. El lugar me deja maravillada y, a la vez, desconcertada. Veo a tantos seres mágicos en jaulas, encadenados con collares de conducción. Sus ropas son trapos desgastados y sucios, y mi corazón se oprime. Siento enojo porque soy parte de la naturaleza, y puedo percibir su miedo y su incertidumbre.

Quisiera liberarlos a todos, pero sé que no puedo. Mi madre, con un tono cariñoso, me dice que debo elegir.

Me paseo por el lugar, observando cada jaula con atención. De repente, me detengo bruscamente frente a una celda oscura que parece llamarme. Me acerco y, para mi sorpresa, veo a una niña de cabellos blancos y ojos dorados. Me mira con dolor y tristeza.

En ese momento, decido que debo llevármela. Me acerco a la celda y la miro fijamente.

"¿Cuál es tu nombre?" le pregunto suavemente.

La niña, tímida y asustada, responde en un susurro, "Mi nombre es Elara."

"Elara," repito, sintiendo una conexión inmediata. "No tengas miedo. Estoy aquí para ayudarte."

La niña me observa con sus grandes ojos dorados, todavía llena de incertidumbre, pero hay un destello de esperanza en ellos. Decido en ese momento que haré todo lo posible para protegerla.

Todo de ella me llama, como si estuviera atada a mi cuerpo y a mi poder, como si fuera sangre de mi sangre.

Todo de ella da sensación de pureza máxima, todo de ella me dice que dejo protegerla.

Miró a mi madre y digo con mi tono más serio.

— Madre a ella es la que quiero.

Mi madre me mira un poco aturdida, pero no reniega.