Roses| SUNGSUN

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Como toda mañana Sunghoon se encontraba tomando una caliente ducha donde cada gota tenía la bendición de poder recorrer cada parte de su cuerpo (hasta en lo prohibido de tocar).

— Punch my face, do it cause i like the pain, every time you curse my name~ — cantaba emocionado.

Sin razón alguna se levantó con buen humor, a pesar de sus diecinueve años aún no encontraba a su pareja destinada.

— Por que nunca vas en busca de nuestro Omega — dijo su Alfa interior.

— Cállate Soobin — regaño Sunghoon.

— No más decía

En las horas transcurridas el pelinegro ya se encontraba listo para ir hacia su Universidad donde llevaba estudiando durante tres años, hoy probablemente se transfieran nuevos compañeros porque eso sucedía cada año.

Al llegar estacionó su motocicleta y dejó su casco en ella para entrar, como siempre obtuvo las miradas de Omega encima suyo, tanto hombres como mujeres han intentado más de una vez ser su pareja pero Sunghoon siempre los rechazaba ya que su Alfa sabía quién será el indicado.

— Hey amigo — un abrazo por los hombros lo recibió y una cara bastante conocida se visualizó delante suyo.

— Heeseung

— ¿Acaso estoy en el olvido? — preguntó otro chico más de cabello negro.

— No me invitaste tu carne — se quejó Sunghoon.

— ¿Vez Jay? — preguntó Heeseung culpándolo — te dije que debiste hacerlo

— ¡Tenía hambre! — gritó el pelinegro.

El timbre sonó y los tres amigos supieron que debían irse a sus clases por separado.

— Nos vemos en la hora del receso — dijo Sunghoon y fue a su salón.

Una vez llegó se sentó al final y esperó "durmiendo" a que su profesor llegara, sin embargo, un olor demasiado fuerte a Rosas lo dejó en blanco.

¡Nuestro Omega! ¡Ese olor es de nuestro Omega! — gritó el Alfa.

— Mierda — se quejó y salió disparando del salón sin importarle si el profesor ya llegó y le gritó que entrara.

Buscó y buscó por todos lados, pero no pudo encontrar nada, pensó que seguramente su Omega ya habrá entrado en clase.

El problema sería... ¿Quién es?

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En otra perspectiva, como en toda mañana Sunoo tuvo que preparar el desayuno para su mamá ya que años atrás sufrió un accidente y debido a que un tubo traspaso sus piernas rompiendo todo hasta los huesos la dejó completamente en silla de ruedas, su padre murió en ese accidente ya que al no ponerse el cinturón de seguridad su cuerpo se impulsó hacía adelante con fuerza y cayó en un vacío provocando un gran golpe en su cabeza donde perdió bastante sangre.

Su madre lucho bastante y a pesar de casi morir al ver que su marca desaparecía y su Omega también muriera en el proceso recuperaron sus fuerzas para cuidar de su hijo Sunoo aunque gracias a su familia y la de su Alfa pudieron salir adelante.

Ella sólo esperaba el momento ansiado donde su pequeño hijo de ahora dieciocho años pudiera encontrar a su Alfa. Uno que lo ame, cuide y aprecie, así podría sentirse tranquila e irse de este mundo, habría cumplido la misión de estar con él hasta verlo feliz junto a su pareja destinada.