Elegido

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A cada paso, aumentaba la sensación de sentirse una farsa. No era digno de estar rodeado de sus hermanos. Entre ellos, era solo un simple espadachín con la suerte de ser aceptado como luchador en el Ragnarok. Si no hubiera intervenido, quizás sería una historia diferente.

En otra palabras, Sasaki sentía que ya no podía ser el mismo. Tal vez regresar al mundo mortal, a su país, podría devolverle su propia fuerza.

En el Valahalla solo había logrado hacer sufrir a los demás por su debilidad. No era un rey, no era un emperador, tampoco tuvo renombre como guerrero en una batalla o fue la mayor amenaza de una ciudad por sus crímenes.

Sasaki Kojiro era simplemente un ingenuo que había muerto por la pasión de la espada. Esas enseñanzas cobraban sentido en este momento. Si quería recuperar su honor, debía empezar de cero en una vida diferente.

Paso a paso, pudo llegar hasta las escaleras que conducían al salón principal. Poco tiempo después, estaba cerca del vestíbulo de la mansión. Qin Shin Huang estaba acompañado de los demás. Al parecer, era algo importante. Sus rostros delataban la euforia del momento.

-El ataque durante la fiesta a todos ustedes, el secuestro y desaparición de Sasaki Kojiro son solo una parte de lo que los dioses pueden hacer - escuchó decir de la líder de las valkirias - la humanidad tiene derecho a vengarse por esto pero ¿qué pasará después? - esa pregunta lo tomó por sorpresa.

Ella tenía razón. Más venganza no llevaría a ningún lado. En todo caso, era su culpa que sus hermanos buscaran castigar a los dioses.

-"Esto no debe seguir así"- pensó el japonés.

-........ Por eso, así cómo lo hice con ustedes debo pedirles algo - terminó diciendo la guerrera.

-Dilo, valkiria - expresó el rey Leónidas a su lado con la impaciencia que lo caracterizaba.

El samurái compartía la misma ansiedad.

-Propongo darles una última oportunidad a los dioses - Sasaki observó los rostros de desaprobación que no se hicieron esperar. Los einherjars eran demasiado temperamentales y eso había jugado a su favor durante la lucha. Él mismo sentía la injusticia en ese pedido... y al mismo tiempo, la necesidad de remediarlo todo era lo único que debía importar...

-Mujer, deberías tener cuidado y pensar en lo que dices - respondió el espartano.

Sasaki quiso responder al rey, quizás reprocharle y calmarlo pero la voz de Brunildha lo detuvo.

-Sé que no parece correcto pero aún tenemos una manera de comprobar el destino de los dioses - dijo la guerrera.

-¿Por qué quieres darles una oportunidad, Brunildha?- preguntó el emperador.

Qin Shin Huang era uno de los seres que más estimaba. Ambos tenían una amistad inesperada. Sasaki sabía que detrás de esa pregunta estaba el deseo de proteger a los suyos.

Era similar a Hades.

-Al igual que ustedes yo actúe por mis propios deseos y conseguir mi meta en el Ragnarok. Todos somos seres egoístas y eso no justifica las acciones de Zeus. Pero, como dije, la justicia y la paz son parte del Valhalla. Todos los guerreros que estamos aquí, fueron elegidos por voluntad nuestra y de los dioses. Si alguno comete un error será castigado - justificó la líder ante la mirada atónita de Sasaki.

No había tenido el valor de acercarse en ningún momento. En ese instante, esas palabras empeoraron su malestar.

-¿Elegido por ellas y los dioses?- repitió en un susurro para si mismo... - aún así ... Aunque fueran castigados, su honor seguía ausente. Su propia voluntad estaba quebrada.

-Ellos nunca son castigados - respondió el emperador mordaz - ¡¿crees que ellos cumplirán la sentencia del juicio? ¿Castigarán a Poseidón y a Loki? ! - exclamó con cierto odio que no pasó desapercibido por los presentes.

El samurái no pudo escuchar más. Rápidamente se dirigió hacia su habitación.

Todo seguía igual. Al entrar una de sus katanas estaba sobre la cama. La otra, aún se mantenía en sus manos.

-Poseidón me violó.... Eso no puedo cambiarlo. Solo me queda darle un mejor futuro a Hades - se dijo mientras se acercaba hacia la ventana.

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Unas horas más tarde, la mayor de las valkirias regresaba de su salida hacia el Olimpo.

Brunildha no podía comprender lo sucedido. Inexplicablemente, Zeus había tomado una decisión bastante acorde a las necesidades humanas.

Una vez en la Mansión del Edén, la noticia del encierro de Poseidón calmó los ánimos de los einherjars. Ella misma se los dijo.

No obstante, la ausencia de Hades la había sorprendido.

-¿Cómo es posible que se haya ido? Estaba inconsciente antes de marcharme - expresó levemente molesta ante su hermana Hrist.

- Estuve con el todo el tiempo... Él despertó y no quiso regresar a su habitación. Pude ver qué solo le costaba mantenerse de pie por momentos, luego pudo estabilizarse por su cuenta. Hades me dijo que quería regresar al Olimpo y no era mi deber detenerlo - esa era la verdad pensó la guerrera menor. Tanto el dios como su compañero necesitaban alejarse por ahora. Era una manera de ayudarlos, o al menos, eso pensaba la segunda valkiria.

-Sí tú lo dices Hrist, supongo que no hay más que hacer. Zeus seguramente estara feliz con su regreso - agregó Brunildha con cierto fastidio - al final, se determinará el tiempo de la sentencia de Poseidón. Supongo que podemos estar más tranquilas por ahora.

-Brunildha hay algo que debo pedirte... - expresó con duda Hrist al instante.

-Dime, qué sucede - la mayor esperaba no tener que lidiar con otro problema.

-Es sobre Sasaki... Sabes lo que sucedió... Él quiere regresar al mundo mortal. Hace poco hablamos e intenté persuadirlo pero no pude. Quiere reencarnar a toda costa y... Aunque no estoy completamente de acuerdo apoyaré  su decisión.

Brunildha suspiró con pesadez. Eso no lo hubiera esperado de él. Kojiro había demostrado ser más fuerte que varios luchadores a nivel mental. Sin embargo, al mismo tiempo, no podía pensar en otra solución. Esa discordia entre dioses había llegado demasiado lejos y quizás, Sasaki merecía su propia paz.

-Está bien, Hrist. Lo llevaremos junto al Bifrost para que pueda regresar al Midgard - respondió mirando hacia su hermana - antes de eso, me gustaría verlo y confirmarlo por mí misma.

La menor aceptó el pedido. Juntas avanzaron hasta llegar al segundo piso. Al llegar a la habitación golpearon la puerta. La voz del humano les saludó al mismo tiempo que abría.

-Brunildha, Hrist...

-Sasaki Kojiro, disculpa mí presencia aquí pero... Mí hermana me ha comentado tu pedido. ¿Podemos hablar sobre eso en tu habitación? - expresó con serenidad la líder.

Kojiro asintió. Al fin el momento había llegado.

¿Por qué? - Completa Donde viven las historias. Descúbrelo ahora