Capitulo 34

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(Canción Del estadio al cielo )
Morat

Me levanté flipando, estaba sudada y con la respiración agitada, eran las cinco y media de la mañana respiré profundo y bajé a la cocina a por un vaso con agua, sentía las lágrimas corriendo por mi mejilla

Había tenido la peor pesadilla de todas, que era lesionarme en la final del mundial, siempre me lesioné en todas las finales que jugaba, y pues tenía un poco de miedo de que pasara lo mismo, me levanté y camine hacia el balcón

El sol comenzaba a aparecer sobre las aguas tranquilas de Matalascañas, reflejando su luz dorada en las ventanas de la habitación que podía verse claramente a pocos metros de la playa, desde el balcón se podía escuchar el suave murmullo de las olas, un recordatorio constante de lo cerca que estábamos del mar

Salí de la casa decidí caminar un poco por la playa para intentar calmarme, pero no salía de mi cabeza la posibilidad de que pudiera salir lesionada del partido, me senté en la arena fría coloqué mi cabeza sobre mis rodillas y intenté calmarme y borrar la sensación, pero comencé a llorar, sentía las lágrimas cálidas corriendo por mi mejilla, tenía mucho miedo de que el sueño que estaba viviendo de volver al fútbol fuese eso un simple sueño.

No me calmé hasta que, sentí el abrazo cálido de alguien, cuando vi quién era lo abraze con fuerza

—To va estar bien princesa—dijo Gavi dándome un beso en la frente

—No creo que pueda jugar así, es mucha presión, es una final le tengo miedo, y si me lesiono?—dije preocupada, colocó sus manos sobre mi rostro

—Escúchame, eres la mejor, el Barça te necesita no te preocupes mi niña, tú puedes con esto y con lo que te echen. Yo estoy aquí contigo ¿Vale? Tu y yo al lío, ¿Vale?—el dijo y yo asentí haciéndole pucheros

—Te quiero—dije abrazándole y dándole un beso en la mejilla

—Yo te quiero más—dijo el dándome un pequeño beso cálido en los labios

Gavi me calmó, y estaba más tranquila sabía perfectamente la capacidad mental que debes de tener para estos momentos, pero yo estaba muy nerviosa

—Vamos a casa y preparamos el desayuno?—pregunté él asintió felizmente

Llegamos a casa yo fui directo a la cocina, y comencé a preparar panqueques, mientras Gavi me ayudaba a cocinarlos

—Eres malísimo para la cocina—le dije en plan fastidiarle, mientras él se sentaba en la isla de la cocina

—Claramente yo soy futbolista no cocinero ¿vale?—dijo él con orgullo

Me acerqué a él, quien seguía riéndose mientras se balanceaba ligeramente sobre la isla. Le di un pequeño empujón porque no paraba de reír

—Entonces, ¿vas a ser solo un espectador?—le pregunté, levantando una ceja divertida.

—Es que me gusta verte en acción—contestó el, con una sonrisa traviesa. Tomó un trozo de masa con los dedos y se lo llevó a la boca

—¡Oye!—exclame, dándole una suave palmada en la mano—Así no se comen los panqueques!

Pablo se encogió de hombros, divertido. Luego con una expresión pícara, tomó otro pequeño trozo de masa, y sin previo aviso lo colocó en la punta de mi nariz

—Que haces nene?—dije riendo, mientras intentaba quitarme la masa con una mano

—Pos ahora tienes que cocina así—respondió el, riéndose más fuerte

Te quiero a ti (Pablo Gavi, Valentina Álvarez)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora