Capítulo 8

87 8 0
                                    

El lunes comenzó como cualquier otro, un poco gris pero no voy a dejar que afecte mi humor. Me desperté temprano, con el sonido del despertador sonando insistentemente a las seis. La rutina matutina es casi automática en mi vida: ducha rápida, café y revisar los mensajes que llegaron durante la noche. No sé por qué pero los lunes siempre cuestan un poco más. Mi amiga aún seguía durmiendo, tenemos cosas que hacer así que la esperaré para ir juntas a la agencia.

Con el café humeante en la mano, me quedé mirando por la ventana de la sala del apartamento, viendo cómo la ciudad comenzaba a despertarse. El Upper East Side tiene esa energía vibrante, incluso en las mañanas más sombrías. Aunque hace tres años que vivo aquí, no puedo evitar comparar este amanecer con los de Londres, donde el gris era casi un estado de ánimo, una parte del alma de la ciudad. Pero hoy, Nueva York es mi hogar, y mi carrera está en uno de sus mejores momentos.

Un rato más tarde, estábamos saliendo del edificio a las corridas, Rose se pasó de sueño y yo ni había notado que teníamos el reloj encima.  El aire fresco azota nuestros rostros y nos ayuda a despejarnos. Tenía pensado ir caminando hasta la agencia, pero no será posible así que subimos al primer taxi libre.

- Deberíamos comprar un auto -propone Rose mientras intenta peinarse con el coche en movimiento. Sonrío y asiento, sería una buena inversión. Miro por la ventana, admirando el ajetreo de la gente, el tráfico y el bullicio que me hacen sentir que la ciudad estaba viva, que todo es posible.

En la oficina, todo transcurrió sin sorpresas. Las mismas caras, las mismas sonrisas, el mismo flujo de trabajo. Cuando nos ve, Allison nos saluda con una sonrisa mientras nos ofrece un croissant. Rose lo aceptó agradecida, sabía que la jornada sería larga y ni siquiera había podido desayunar. 

- ¿Listas para el día? -pregunta Allie mientras revisa los pendientes de la mañana en su tablet.

- Por supuesto -respondo con seguridad.

El primer punto del día fue revisar los avances de la campaña de Embrise, una marca local de lujo que me había elegido como su imagen principal para su nueva línea de maquillajes, sin dudas un logro significativo en mi carrera. 

- A la hora del almuerzo, hay una pequeña celebración por haber conseguido el lugar  -comenta Bentley, entrando en la oficina con una taza de café en sus manos- Además, tenemos que conseguirle un puesto a Rose.

Sonrío, sintiéndome orgullosa de poder ayudar a mi amiga a avanzar en su carrera y contar con la cooperación de Bentley. Cuando le sugerí enviar la solicitud de la ojiverde, no lo pensó un segundo y accedió de inmediato. Rose es talentosa, y cualquier ayuda para impulsarla es un privilegio. 

Después de volver a revisar los detalles de la campaña, dedicamos un par de horas a ayudar a Rose a armar su portafolio. Es importante tener un portafolio impecable y debemos asegurarnos de que el de Rose pueda destacar entre los demás. 

Pasamos horas seleccionando las mejores fotos y discutiendo cuál sería la mejor estrategia para impresionar a los directores de la agencia. Rose estaba nerviosa, sabe que esta es una gran oportunidad, y aunque confía en su talento, el miedo al rechazo es inevitable. La entiendo a la perfección.

- Tranquila  -le digo mientras revisamos las últimas fotos- Eres increíble, y ellos lo verán. París nos espera.

Mi amiga me devolvió una sonrisa tímida, pero se veía más calmada. Entre risas y comentarios sobre las fotos, me di cuenta de cuánto habíamos crecido juntas. Hace unos años, ninguna de nosotras hubiera imaginado estar aquí, en Nueva York, trabajando en lo que siempre soñamos.

- Creo que con estas fotos y una introducción que resalte tu experiencia en las últimas campañas, estarás perfecta -dijo Ben, mientras Rose revisaba su trabajo en la pantalla.

THE DEVIL'S COMEBACK ~ harry stylesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora