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Momentáneamente aparecen pensamientos cuestionables en las mentes de cada persona, muchos de ellos son fetiches sexuales, deseos (sádicos) o ideas algo descabelladas y todos en la vida al menos una vez hemos tenido uno que otro de ese tipo ¿será necesario un psiquiatra? No lo creo.

Así ahora, Lee está al borde de la locura y es cuestión de tiempo para que la mínima acción de él lo haría explotar y sacar de su interior la maldad que habita en su corazón el cuál es como un campo inhóspito en el que nadie ha ingresado y quién lo hace sale de ahí por no soportar lo mal que se siente.

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──Lee, hoy te ves de la jodida hermano ¿no tendrás fiebre? ──preguntó Christopher, el mejor amigo del rubio.

──No tengo idea... Bueno más bien sí, es que hoy me enteré de que el maldito de Namjoon embarazó a Seok ¿puedes creerlo? ──la tristeza y furia era evidente en su habla.

Su pequeño hermano Seokjin se había ido de casa unos meses atrás con el pretexto de que se había enamorado y por ende Feliz estalló en ira, no porque fuera ese tipo de hermano celoso o sobre protector, simplemente que su indefenso hermano estaba enamorado ─sí esa era la palabra─ de dos altas, uno de ellos era el recién mencionado Namjoon y Hoseok era el otro, ambos trataron de ser convincentes cuando pidieron el consentimiento del rubio para poder llevar una relación con su joven hermano ─era un cachorro de 17 años─ él nunca estuvo de acuerdo pero por la felicidad de su hermano lo tuvo que aceptar aún le doliera como la mierda no sólo a él sino también a su madre. Ahora que la noticia de un supuesto embarazo llegó a sus oídos estaba dispuesto a matar a quién se le atravesara, eso era lo último que quería para su hermano ¡estaba truncando su futuro con esas acciones! Parecía ser que ninguno de los involucrados en ese poliamor pensó en las consecuencias de sus actos.

──No creo que sea cierto, hace poco me invitaron a su casa, ya sabes, reuniones familiares y no vi algo sospechoso ──lo intentó calmar.

──Eso espero, ahora sólo quisiera que... Agh, la puta ──jaló un poco sus mechas──; mis pensamientos me traicionan.

──Hazles caso, total no creo que hagas explotar la escuela.

──Tiene razón.

Entonces se levantó y dejó solo a su amigo, sin darle respuesta a dónde iba, para qué y con quién. No quería que algo detuviera sus pensamientos ahora que al fin algún ser del planeta le había dicho que no sería tan desastroso hacer un poco de caso a lo que su alfa interior le pedía a él, después de todo, sólo era calmar su jodido estrés ¿verdad?. Sólo había una palabra en su mente, un nombre para ser más específicos, sólo un nombre que podía solucionar todo lo que sentía en ese momento ─Hwang Hyunjin, ahora cuñado de su hermano menor─, después de todo recordaba muy bien la frase de ojo por ojo y diente por diente que había oído más de una vez en su existencia y sí Namjoon ahora había embarazado a su inocente ─ya no tan inocente─ hermano, él podía hacer algo igual o mejor con el suyo.

Lo vió, sentado enmedio de una multitud como siempre siendo el centro de atención de medio mundo y teniendo tanto de todo que lo volvía odioso a los ojos de muchos. Era bonito, ni quien lo negara, pero también debía recordar que era un infantil, caprichoso y mimado.

──¡Alfita! ──le gritó con burla──; ¿me buscas o qué? Escuchen todos, Lee Felix está perdido por mí ──hizo un ridículo puchero.

marca rencorosa › lixjinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora