Ni-ki se encontraba tranquilamente esperando a Heeseung.
Todo en silencio a excepción de la canción que el rubio tarareaba.
Disfruto el momento cerrando los ojos y meneando su cabeza de un lado a otro con ritmo.
Un lindo, cómodo y agradable silencio.
— ¡ARRANCA EN ESTE PUTO INSTANTE! — Abrió los ojos asustado cuando su mejor amigo entró al auto y pegó ese grito.
Ni-ki solo lo miro, esperando una explicación.
— ¡ARRANCA YA, CABRÓN! — Volvió a gritarle con una cara preocupada, <<paniqueandolo>> también.
— ¡YO NO SE MANEJAR RÁPIDO AÚN! — Replicó poniendo ambas manos en su propia cabeza.
No tenía idea de lo que pasaba, pero ahora estaba asustado también.
— ¡OYE! — Ambos miraron al frente, ahí estaba ese chico cajero recién saliendo del almacén.
— ¡NISHIMURA, ARRANCA PERO EN FA! — Grito ahora más fuerte, el cajero corrió hacia ellos.
Sin más, Ni-ki encendió el auto y al salir del estacionamiento, aceleró a una velocidad no legal dejando atrás aquel Oxxo.
— ¡AGUAS CON EL PERRO!
Ni-ki ladeó el carro haciendo que Heeseung se golpee y que derrame su café.
— ¡CUIDADO, CULERO! — Sobo su cabeza.
Después de un par de golpes y raspones de auto, pararon en un callejón vacío.
Estaban vivos, afortunadamente.
Ahora se encontraban en silencio de nuevo.
Miraban el final de aquel callejón, aún en shock y con las respiraciones un poco agitadas.
— ¿Qué carajo, Heeseung? — Aún sin mirarlo.
— Olvide mi dinero en casa.
Ni-ki pasó sus manos por su cara. — Eres un pendejo, un pendejo ojete. — Recargó su cabeza en el volante.
— No es para tanto, ahora lloramos pero después nos reiremos. — Miró a su amigo, su intento de ser positivo falló.
— Por tu culpa probablemente me arresten por ser cómplice de robo.
— Ni-ki...
— Soy muy joven para ir a prisión, solo tengo diecisiete años.
— Ni-ki.
— Válgame dios... ¿Qué le dire a mi mamá?
— ¡Ni-ki!
— Ni siquiera la he puesto todavía.
— ¿Qué?
— ¿Qué? — Ahora si, levantó la cabeza y le devolvió la mirada a su amigo.
— Estupido, eres menor de edad, no te pueden meter a prisión.
— ¿Ah no? Entonces confesaré y te entregaré. Tú tienes diecinueve, a la cárcel, papito.
— No te meten a prisión, pero si harás horas comunitarias.
— Puta madre. — Volvió a recargar la cabeza en el volante, esta vez más fuerte, haciendo que suene el pito.
El pito del volante, ¿Okay? La bocina, pues.
Ambos se sobresaltaron por un momento.
— ¿Y ahora que se supone que haga con mi vida? — Continuó hablando el rubio. — Ese Oxxo está muy cerca de mi casa, ¿Qué tal si el chico me reconoce?
— No lo creo, solo te vio de lejos.
— Puede ser. — Bajo la mirada. — Yo no voy a limpiar eso. — Dijo refiriéndose al café esparcido por todo el auto.
Heeseung siguió la dirección a donde Ni-ki miraba y su cerebro regresó a su cabeza.
— Todo fue en vano...
— Si, porque no me pediste dinero a mi, sin duda te lo hubiera prestado. — Heeseung lo miró extrañado después de que terminara de hablar.
— ¿Me estás diciendo qué tenías dinero?
Ni-ki lo miro también — Si.
— ¡¿Cómo se supone que yo sabría eso si nunca tienes ni un puto peso?!
— ¡¿Me estás diciendo pobre?!
— ¡El ofendido soy yo, no me cambies el tema!
— ¡¿Ofendido por qué?! ¡¿Cómo yo adivinaría que ibas a robar un pinche café de treinta pesos?!
— Ah... pues si, tienes razón. — Dijo el pelinegro, ahora comenzando a llorar.
— No llores, wey. — Ni-ki lo atrajo a su pecho para abrazarlo.
Heeseung se dejó sin más. — Gracias, wey. Siempre cuento contigo.
— Si, wey, siempre.
— Wey... mírate en el espejo. — Pidió Heeseung.
El rubio hizo caso. Sin dejar de abrazar a su amigo miro el retrovisor.
— Ya, wey.
— ¿Qué ves, wey?
— A mi, wey.
— Así de fea sería mi vida sin ti, wey.
— Wey... — Ni-ki, conmovido, lloro también. Abrazo más fuerte a su amigo.
Después de unos segundos, deshizo el abrazo mirando indignado a Heeseung.
— Chinga tú madre.
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oxxo # heejake
FanfictionJake es cajero en el oxxo y Heeseung, creyendo que jamás lo volvería a ver, hace una estupidez. ______________ > modismo mexicano > comedia > historia corta