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Han pasado dos meses desde la última misión y la vida en la Academia U.A. sigue su curso habitual, con algunos estudiantes ocupados con sus entrenamientos y otros enfrentando misiones de exorcismo. Un grupo de estudiantes de la Clase 1-A, liderado por Bakugou, es enviado a una misión en un pueblo aislado donde la aparición de maldiciones ha aumentado. Izuku no está con ellos porque está ocupado entrenando a Megumin para fortalecer sus habilidades, si bien era un niño de apenas 11 años, este tenia que estar preparado.

En este tiempo, toda la clase 1-A habia adquirido su licencia provisional, marcando un gran cambio en su carrera de futuros heroes.

Kaminari miró a su alrededor, sintiendo una inquietud creciente. "Esto parece más grave de lo que pensábamos. El ambiente aquí es bastante opresivo."

Bakugou frunció el ceño, observando las casas desvencijadas. "Sí, no me gusta nada este lugar. Vamos a hacer esto rápido."

Uraraka asintió, manteniendo la calma. "Voy a revisar las casas cercanas. Puede que haya maldiciones escondidas."

De repente, Mineta se acercó a Bakugou con una expresión preocupada. "Oye, Katsuki, hay algo raro en el pueblo. He oído rumores de que hay niñas que están siendo maltratadas por los habitantes. ¿Sabes algo de eso?"

Bakugou detuvo su marcha y miró a Mineta con seriedad. "Sí, lo he notado también. Vamos a investigar eso primero. No podemos permitir que pasen cosas así."

Los estudiantes comenzaron a investigar las casas y, pronto, descubrieron que las niñas estaban encerradas en un granero a las afueras del pueblo. La escena era horrible: las niñas estaban atadas y maltratadas, mientras los habitantes del pueblo las miraban con desdén.

Bakugou, al ver la situación, se enfureció. "chicos, vayan a la academia, yo me encargare de esto de ahora en adelante." ordeno bakugou con una voz sin emociones

Ante la orden de su compañero, no podian hacer más que asentir, comenzando su partida.

"espero no hagas nada tonto, katsuki" pensaba kirishima mientras se iba junto a sus compañeros

"ustedes..." miro bakugou a los maltratadores " ¡Fuera de mi vista!" grito mientras una maldicion salia al lado suyo

Los habitantes, temblando de miedo, comenzaron a huir despavoridos. Bakugou no se detuvo allí. Usó su quirk con fuerza, volando las casas y eliminando cualquier resistencia que encontrara. Las explosiones resonaban por todo el pueblo mientras los habitantes trataban de escapar.

Uno de los habitantes, con voz temblorosa, le suplicó a Bakugou. "¡Por favor, no nos hagas daño! Solo estábamos tratando de protegernos de las maldiciones."

Bakugou no mostró ninguna compasión. "¡No me interesan sus excusas! Ustedes han cometido un crimen horrible y lo van a pagar."

Mientras los habitantes huían, Bakugou se encargó de limpiar el pueblo, asegurándose de que todos los que quedaban fueran eliminados. No dejó a nadie atrás, asegurándose de que el pueblo quedara completamente vacío.

Finalmente, cuando el silencio volvió a reinar en el pueblo, Bakugou se acercó a las niñas, que estaban asustadas pero ahora libres. "Está bien," dijo con un tono más suave, "ya no tienen que preocuparse por esos idiotas. Voy a asegurarme de que estén a salvo."

Las niñas, aún temblorosas, miraron a Bakugou con gratitud mientras él las liberaba. "Gracias," murmuraron en voz baja.

"no tienen un lugar a donde ir..." pensaba bakugou "me arrepentire de esto" 

"oigan, quieren venir conmigo?" pregunto bakugou mirando a las niñas "espero la vieja entienda" penso bakugou en su madre

"s-si, gracias señor" lloraban ambas niñas

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