☆XIV☆

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Seguía su camino con una sonrisa formada en sus labios, pero de pronto se dio cuenta de lo que hizo...

-¡oh mierda, que acabó de hacer!-

-¡bese a Bolchevique, ahora sabrá que me gusta!-

Su cara estaba totalmente roja, lo único que pasaba por su mente era el hecho de que había besado en la comisura de los labios al mayor, prácticamente era un beso en los labios.

-ahora con que cara lo veré mañana?, se dio cuenta que estoy enamorado de él, ahora que me dirá?-

Volvió a casa sin dejar de pensar en eso...





Toda la noche...

Desde que se acostó en la cama, no ha dejado de pensar en lo que había hecho, tocaba delicadamente sus labios con sus dedos, algo en su interior le decía que necesitaba y deseaba sentir los suaves labios de aquel Ruso.

-*por que?...por que quiero...besarlo?...quiero sentir esa sensación de placer...*-

Ese pensamiento lo hacia sentir revoloteos en su estómago, sus latidos aumentaban y su cara subía cada vez más de temperatura.

-será mejor que ya duerma, mañana tengo trabajo que hacer-

Cerró sus ojos y después de unos minutos se quedó dormido...







Día siguiente...
De mañana.

Weimar se despertó tras los escandalosos ruidos que hacía su alarma, eran las 8:30 de la mañana, tal vez sería demasiado temprano para otros, pero para este alemán era la hora perfecta para despertarse. Aunque su hora laboral iniciaba a las 10:30, le gustaba levantarse temprano para poder arreglarse con calma.

Pero esta vez no sentía nada de calma, pues volvió a su cabeza el recuerdo de aquel beso que le dio al Ruso, se mordía el labio cada que lo recordaba, nada podía hacerlo dejar de recordar ese bello pero a la vez vergonzoso momento.

-solo espero que no se haya molestado-





9:30 a.m.

Estaba de camino a la tienda de libros, y su mente seguía torturando su tranquilidad con aquel recuerdo, trataba de pensar en otra cosa, pero la necesidad de sentir los dulces labios de Bolchevique con los suyos lo ponían ansioso y nervioso. Llego al lugar y saludo con nerviosismo a la mujer que atendía el lugar, se quito su abrigo y lo Colgó cerca de la entrada, luego se dirigió a la parte de él fondo para entrar al cuarto de limpieza y sacar lo que ocuparía para limpiar el lugar.







Pasaron 30 minutos y Weimar aún no terminaba, cosa que Erika noto (así se llama la dueña del lugar), por lo que se acercó a él para preguntarle que sucedía.

-sucede algo Weimar?, por que aun no terminas de limpiar?, se debió abrir el local hace 20 minutos-

-lo siento señorita Erika, solo estaba algo pensativo-

-y en que piensas que no terminas?-

-...-

-vale, termina de limpiar pata que pueda abrir ya-

Se va

-vamos Weimar, deja de pensar en él y concéntrate-, se dijo a mismo

☆\\La Oportunidad De Amarnos//☆Urss X Reich ~ Weimar X Bolchevique Donde viven las historias. Descúbrelo ahora