El engaño

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Mire a mi alrededor, y entonces me di cuenta de que no estaba en mi habitación, tenía un dolor de cabeza importante, y no era por la resaca de la noche anterior, si no por haberme pasado la noche llorando por alguien que no me merecía ni me merece, pero que, había y por desgracia sigo queriendo, porque no se puede dejar de querer a una persona de un día para otro, quizá por eso duele tanto, porque la vida me dio una hostia de realidad y me hizo darme cuenta de que Eva nunca lo hizo.

La tarde en la que pasó lo sucedido...

Tengo muchas ganas de estrenar este vestido, y más porque la ocasión lo requiere, voy a salir con mi novia Eva a una fiesta del pueblo. Me hubiera gustado que viniera mi mejor amiga Lucia, pero hoy no le dejan salir porque había suspendido el último examen, si así eran sus padres, los tipos de padres que castigan a sus hijos por no hacer bien sus "responsabilidades" sin darse cuenta si están bien mentalmente o no. Así que hoy salía solo con Eva.
Me he puesto el precioso vestido negro, el cual me llega por encima de las rodillas, y que resalta mi figura corporal, aun que me siento un poco incomoda porque es demasiado ceñido para mi gusto. Deje mi pelo negro suelto, dejando al aire las ondas que se me habían hecho al salir de la ducha. Me hice un poco de chapa y pintura, no mucho, solo un poco de corrector, eyeliner, colorete, rímel y un poco de pintalabios parecido al color de mis labios.
No voy a mentir, estoy bastante nerviosa, tengo un dolor extraño en la barriga, como si supiera que algo va a pasar, espero que bueno porque ya tengo suficiente con ver a Eva tan distante conmigo últimamente aun que igual son cosas de mi imaginación, de todas formas ahora lo que importa es que después de dos semanas y media por fin la voy a volver a ver. Me dirigí a la puerta para salir de casa, pero no sin antes despedirme de mi madre.

-Mamá me voy, te quiero- le digo.

-Y yo cariño, no vengas muy tarde- me dice.
Cierro la puerta tras de mí y me dirijo a la casa de Eva que casualmente estaba a una calle de la fiesta. La espero debajo de su patio y veo que aparece con un vestido rojo que tan bien le queda con su pelo rubio, me da un beso de bienvenida, pero no es como los de siempre, esta vez es más distante, pero no entiendo porque, si nada a cambiado entre nosotras, así que procedo a preguntarle.

-Oye mi amor ¿va todo bien?- comente

-Si claro mi amor ¿Qué me va a pasar?-contesta

Noto como no quiere añadir nada más a la conversación, así que decido no hacerlo. Llegamos a la fiesta, la cual había mucha gente, eche un vistazo a mi alrededor, crucé una mirada con una chica que no conocía de absolutamente nada, pero aun así no pude sentirme insegura porque miraba a Eva de una manera muy cariñosa ,e gire hacia Eva, la cual estaba mirando hacia otro lado, y una rara sensación empezó a salir, pero me niego a que sea verdad, no, es que no es verdad, ella no me haría eso.
Llevábamos un rato en la fiesta, y digamos que ya llevábamos varios cubatas encima, fui a por el que juraba que sería el último.

-Hola mi amor, ya estoy aquí- le dije a Eva.

-Ya te veo ya- me dijo con media sonrisa, pero con la mirada apagada.

Sin más dilación me acerqué a besarla, pero algo que jamás pensé que pasaría y que hasta la fecha no había sucedido, porque si, me había hecho la cobra, intentó que pareciera que había sido sin querer, aunque se de sobra que lo hizo a propósito.

-Mira, si me quieres dejar déjame ya, pero no me hagas esto porque me estas haciendo daño- le dije con un nudo en la garganta, pero no me iba a poner a llorar delante suya.

-¿Qué dices?- me mira con una mirada frívola.

-¡¿Qué qué digo?!- digo levantando un poco la voz- ¡llevas ya unos meses que no me escuchas, que pasa de mi y que encima me tratas fatal! ¡no me merezco ser tratada así!

-Madre mía, estas fatal, yo sigo igual contigo, eres tú la que estas rara- me dice

-Mira paso, me voy- le digo con un poco de rabia.
Noto su mirada clavada en mi espalda, decido irme a una zona un poco alejada, a un parque que había a dos calles de la fiesta, y ahí rompí a llorar.
Decidí volver a la fiesta, porque tampoco quería estar ahí llorando toda la noche, pero de repente mis ojos presenciaron algo que yo no quería presenciar, la chica que había visto antes estaba... ¡estaba besando a Eva! ¡que hija de puta! la que no le pasaba nada conmigo, que yo era la rara con ella, madre mía. Sin darme cuenta mi cuerpo estaba yendo en esa dirección, hice como que tosía y ahí fue cuando los ojos de Eva se encontraron con los míos.

-Menos mal que no te pasaba nada conmigo- le dije

-Ali, mi amor te lo puedo explicar- me dice en un susurro mientras se separaba de la chica.

-No, hemos terminado- le dije, y al segundo de decirlo me di la vuelta.
Me dirigí a la casa de Lucia, mi mejor amiga la llame sin darme cuenta de que estaba llorando.

-¿Alice? ¿Está todo bien?- me dice medio dormida

-No, Eva... se... se ha besado con una en mi cara...- Le digo sin evitar llorar.

-¡¿Qué ha hecho que?! Que hija de su madre, pero como es capaz de hacerte eso, de verdad que no sabe lo que se pierde- intenta ayudarme

-Lucia, gracias por intentar ayudarme, de verd- me corto al instante en el que me llega un mensaje de Eva- Un momento ahora te llamo.
Colgué la llamada sin dejar que respondiera, y entre al chat de Eva, era un audio, que supongo que será para pedirme perdón.

-Audio-
Hola Alice- esa no era la voz de Eva- soy Rocío, la nueva novia de Eva bueno nueva...- le interrumpe Eva- llevamos un mes viéndonos- continua esta- y no sabes lo bien que me lo hace, de verdad, no se porque he perdido tanto tiempo contigo Alice, ella es todo lo que me merezco, no a una persona como tú, una niña mimada, madura tía- fin del audio.

Esa fue la gota que colmó el vaso, me encontraba sentada en la acera de enfrente del patio de Lucia, llorando y sin casi poder respirar, le mande un mensaje de que por favor bajara que estaba enfrente de su casa, bajo y le explique lo sucedido, como ya era tarde llamo a mi madre inventándose una excusa para que me dejara quedarme a dormir, finalmente cedió y ahí me encontraba, en su habitación, llorando sin parar mientras intentaba consolarme. 

-Es que es gilipollas tía- me dijo Lucia intentando calmar un poco el asunto

-Lo se, pero no puedo evitar que me duela-le respondí

Al final me dormí llorando mientras Lucía me abrazaba mientras intentaba consolarme, o mientras me hablaba de otras cosas para distraerme, yo me disponía a sonreír como agradecimiento.

Quiero encontrarmeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora