4.- Forever You

Capitulo 3 - Pasado, Una perdida

Ames, Iowa

(Marzo 2017)

Pov'Andrea

Hoy después de seis días estamos en Ames, enterrando a Max. Mi hermanito que tenía un brillante futuro en el futbol americano se había ido para siempre.

Mi compañero de vida había muerto. Sus sueños habían quedado sin cumplirse. Aún estoy enojada por el reporte médico "Bronco aspiración por sustancias alcohólicas o posible sobredosis". Mis padres habían pedido abrir una investigación ya que todos los que conocían a Max y su propio entrenador sabían que era una mentira. En el equipo realizaban pruebas constantes para que los estudiantes no estuvieran toman sustancias ilícitas y todas eran negativas. No era un gran bebedor, en las fiestas solo tomaba una cerveza y después solo agua. Aun no teníamos claro que había pasado en esa fiesta.

Thomas nos dijo que lo encontró desmayando y no reaccionaba, por eso lo llevo de inmediato al hospital, pero fue demasiado tarde. 

Su rostro sin vida y la costura en su pecho me perseguía en sueños.

El pastor habla;

-Querido Max, hoy nos reunimos aquí para despedirte y honrar tu vida. Fuiste una persona especial para nosotros y siempre te recordaremos con amor y gratitud. Tu gran empatía con las personas y  siempre ayudar a los demás sin limitantes, nos inspiran y nos enseñan el verdadero significado de la vida. Sabemos que ahora estas en el abrazo amoroso de nuestro Señor, algo sabemos con veracidad y es que un día nos reuniremos nuevamente-mira a mis padres- Padre celestial, en este momento de dolor y perdida, te pedimos que fortalezcas a estos padres y hermana, dales consuelo. Que tu amor los envuelva y les de paz en medio de este sufrimiento. Descansa en paz, querido Max.

Me acerco a tomar una flor, la beso y la aviento-Te amo por siempre, renacuajo-Mis padres se acercan tomados de las manos y con un último beso al ataúd mi padre da la orden para que lo bajen.

Cada centímetro que baja mi corazón se rompe y siento mis piernas fallar. Lloro porque he perdido a mi mejor amigo, quien me defendió cuando alguien me molestaba, mi confidente, mi cómplice, quien me consoló cuando tuve mi primera caída, quien se colocaba en mi cuarto cuando tenía pesadillas y me abrazaba fuertemente. Lloro porque no podrá cumplir sus sueños, terminar la carrera de derecho, no será reclutado por la NFL, no se casará, no podrá tener hijos. No me podrá ver vestida de blanco, no será el padrino de mis hijos. No podrá vivir tantas cosas que habíamos planeado hacer juntos. Lloro por mis papás que han perdido a su hijo y por Joe porque ha perdido a su mejor amigo.

Siento unos brazos que me levantan y me aferro a él más que nunca.

-Vamos nena, te llevare a casa-asiento y me lleva hacia su auto.

Son las 2 de la mañana y no puedo dormir, Joe se encuentra en mi cama mientras yo miro por la ventada.

-Max, necesito que seas mi ruiseñor-lagrimas caen por mis mejillas-Cántame para poder dormir, como cuando era pequeña, sé que está ahí. -miro a la noche oscura-Tráeme paz y cántame para poder dormir-me siento en el balcón y sigo contemplando la calle solitaria hasta que el sol aparece.

-¿Cuánto has dormido, Pecas?-susurra Joe y se sienta frente a mí.

-Solo una hora, sigo viendo su rostro sin vida.

-Tienes que intentar descansar algo.

-No puedo.

-Ven-toma mi mano y nos lleva a la hamaca, se sube primero y luego me ayuda a subir, me acomoda en su pecho y empieza a susurrar la canción que Max siempre me cantaba. Las lágrimas caen más fuerte y cierro los ojos hasta que me pierdo en una bruma negra.