Día 2: Beso

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Si había algo que los gemelos araña tenían en común era que en ciertos momentos podían llegar a hablar durante horas hasta quedarse sin voz

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Si había algo que los gemelos araña tenían en común era que en ciertos momentos podían llegar a hablar durante horas hasta quedarse sin voz.

Cada uno tenía sus propias fijaciones, Roier en general hablaba de cualquier cosa que le pasara por la mente y cambiaba de tema cada dos minutos, estaba seguro de que debía tener algún problema de atención. Mientras tanto, Doied hablaba de sus experimentos, teorías, datos curiosos o simplemente de las cosas que leía, normalmente hablaba poco, pero cuando empezaba pareciera que no fuese a parar.

Hoy era un día de esos en los que Spreen se colaba al laboratorio de Doied a escucharlo y acompañarlo en sus cosas, desde que descubrió que en realidad suplantaba a su hermano de vez en cuando este dejó de esconderse y a mostrarse como era, aunque solo podían hacerlo en lugares privados o propios a la federación, nadie más que él y el otro par de gemelos alados sabían aquel secreto, al parecer la federación tenía una fijación no solo con los híbridos de ave sino también con los pares.

Pero bueno, no le importaba mucho y en su rostro se reflejaba con facilidad, estaba comiéndose una manzana mientras caminaba por todo el laboratorio tan organizado y desorganizado a la vez. Lo que no había usado el castaño estaba intacto y perfectamente ordenado, pero lo que si estaba regado por todos lados.

— Spreen– Dios, quédate quieto por favor, me desconcentras dando vueltas. —escuchó la voz del susodicho, volteando a verlo con una pequeña expresión burlona, dándole una mordida a su manzana.

— Ni siquiera me ves, me estás dando la espalda, pelotudo. —se burló de él, caminando hasta estar detrás suyo para darle un suave golpe, recibiendo una queja de él.

— Te veo por el reflejo de los tubos de ensayo. —la respuesta llegó con un arrogante tono de obviedad, por lo que el osezno solo rodó sus ojos, restándole importancia.

Caminó a su lado acercándose a la mesa en la que estaba para subirse al borde de esta, lo que le hizo ganarse un regaño, pues los líquidos en los tubos y demás recipientes se tambalearon un poco.

— ¡Pendejo! Ten cuidado, tengo que terminar esto rápido, Cucurucho me lo pidió hace días y no lo hice por distraerme con otras cosas. —un suspiro salió de los labios del castaño, se veía estresado, incluso su cabello estaba desordenado, algo completamente raro en él, pero el azabache era necio e insistente, aprovechó un descuido en el que el contrario se giró a buscar otra cosa, tomando el tubo principal en el que yacía la mezcla, chusmeándolo hasta que el de lentes se dió cuenta, yendo a por él al instante.— ¡Spreen, deja!

El osezno negó, haciendo una mueca y alzando su mano para alejar el objeto del castaño, eran igual de altos, pero al estar subido en la mesa tenía una gran ventaja.

— Dale, Spreen, por favor, de verdad tengo que terminar esto pronto, si lo sacudes mucho podría no mezclarse de forma correcta y se va a desequilibrar, así podría no tener resultados óptimos, tendría que empezar de cero y- —ni siquiera supo en qué momento ocurrió, pero el mencionado le había puesto la manzana en la boca para callarlo.

30 días otp +18 | spiderbear2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora