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Dos días antes del juicio

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Dos días antes del juicio.
Ansan, Corea del Sur.

Yeosang… Su caso no era muy lindo.

Su vida no tenía carencias, mucho menos por el inicio, sus padres siempre fueron cariñosos con él, sin embargo, la pubertad y su incesante necesidad de creerse mejor que el resto lo llevaron a hacer cosas muy indebidas.

Fumar, beber y drogarse no era nada comparado al vicio que habría desarrollado respecto a las mujeres. Comenzó con una prima la cual lo rechazó por obvias razones. Yeosang en esos momentos pudo pensar que estaba siendo irracional pero no. Arruinó la visa de su prima al plantar drogas en sus jugos. Así comenzó su incesante modus operandi.

Al menos era así hasta que dos mujeres llegaron a su vida.

No aparecieron juntas de forma simultánea, una había llegado en su adolescencia, y la otra llegó a su vida como una de las mujeres más bellas y delicadas que pudo conocer.

Nunca pudo determinar si ella y Soobin tuvieron una conexión. Personas con el apellido Choi eran abundantes. Aunque no parecía ser el caso de que fueran familia. Más bien, esa mujer se transformó en su ancla. Ella no lo arregló, pero sí lo hizo ver el lado que debió ver hace mucho. Actualmente era su prometida, pronto tendrían un hijo o una hija, aunque él rezaba porque fuera un niño. Teme pagar sus pecados si engendran una niña. La adorará, pero temerá por su vida con cada día que ella no esté cerca.

Por supuesto, su esposa no sabe de su otra mujer en su vida, la cual lo ha marcado de tal forma que, ver a Jongin junto a Soobin celebrar por cómo se desharán de ella junto a Yewon… Se sentía como una ironía maldita.

Él siempre quiso poseerla. Anhelaba día con día el momento en el que pudiera tenerla bajo sus brazos, no sintió temor cuando Soobin la había cazado y se la había entregado como si fuera un simple trofeo.

Pero se sintió más enfermo que nunca, cuando la escuchó agonizar, suplicar, pedir socorro y finalmente darse cuenta que el monstruo no fue solo él, sino que su parte fue una excusa perfecta para eliminar a esa pobre mujer y hacerla sufrir en sobremanera. Sus propias palabras mataron a Yoo Jimin.

Yeosang sabe que no puede cambiar las cosas, lo hecho, hecho está y ya no puede traerla a la vida o pedirle disculpas, nadie va a poder quitarle el peso que siente en su pecho. Comenzó a sollozar. Jennie y su prometida lo miraron con preocupación, porque ellas y Minju los acompañaban para celebrar y “tener una noche de paz" antes del juicio final en contra de Yewon, el cual era en dos días.

Soobin vio a las mujeres quedar en silencio y Minju lo alentó para hablar en privado con Yeosang.

Así fue como ambos se reunieron en la cocina, mientras que Soobin rellenaba su copa con vino y el vaso con jugo para Minju, mientras esperaba a que Yeosang termine de sollozar, cuando estos cesaron, Soobin se volteó para encarar a su compañero.

GCI II: Hostus || soojunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora