Segunda Parte (final)

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Danna.

Sabe bien, es una mezcla entre nicotina y dulce, es como una droga amarga pero al mismo tiempo que te roba los sentidos, es como algo que sabes que no deberías tener pero al mismo tiempo piensas que te lo mereces.

Ellos me dan todo.

Desde que los conocí me han dado todo, cuanta cosa he pedido, incluso en la perdida de mamá estuvieron para mi, pense que ocultarles alguna cosas me hacia una mala hija.

Ellos me aman sin importar nada.

La lengua de mi hermano entro casi hasta mi garganta, el guiaba mi beso, yo ya lo habia hecho antes, pero no así, de esta manera no, me roba el aire, al mismo tiempo que sus manos se mueven lento por mi cuerpo, deseo que me toque mas, que llegue a la piel.

Los chicos con los que he estado no se comparan, ni en la manera ni en lo atractivo que es mi hermano. Jungkook es alto, su cuerpo esta formado por el ejercicio y una alimentación cuidadosa, sus vicios los compensa con entrenamiento físico.

El cabello lo lleva rubio casi siempre alisado, que resaltan su piel blanca y sus enormes ojos expresivos, que en muchos momentos parecían devorarme y ahora entiendo el porque.

Meti mi mano entre ambos para poder tocar el grosor de su miembro, jalo mi labio en una mordida, sonriendo.

—Siento que deseas tu regalo mas rápido de lo que pense.

—¿Para papá no hay nada?

Mi padre jalo mi cabello para ahora besarme, Jungkook se fue al escote de mi vestido liberando mis senos para morderlos y lamerlo.

Mi padre besaba de otra manera, una mas lenta, pero al mismo tiempo dominante, su gruesa lengua movía la mia con lentitud en un vaiven húmedo y esquisito, todo me daba vueltas.

Se separo de mi dejando un hilo de saliva, me hormigueaba el cuerpo y tan solo me habían besado el cuerpo, escuche que se cayo casi todo de la mesa mi padre se quitaba la camisa mostrando su espalda atlética. Tiene cuarenta y cuatro años pero no los aparenta, su piel no tiene ninguna arruga, sus facciones son maduras y varoniles, su cabello totalmente negro, fácilmente lo harían pasar por un alguien mucho menor. Tiene porte, tiene presencia, el entra a una sala concurrida y todos se callaran para mirarlo.

—Girala, mi nena debe de demostrarle a papi cuanto lo ama, lo que hagas ahí atrás es asunto tuyo.

Separaron la silla donde estábamos para levantarme, la tela de mi vestido fue desgarrada como si fuera papel, no llevaba sujetador por lo que solo quede en la ropa interior de encaje.

Papá se sento en la orilla de la mesa sacando su ereccion sosteniéndola en su mano para masturbarla un poco, podía notar que el puño apenas el cerraba, su mano es grande por lo que el grosor en verdad era sorprendente, así como la longitud, no me dijo mas, sabia que deseaba y yo quería hacerlo.

Cuando su miembro entro a mi boca, no podía asimilar su tamaño cuando me tomo de la cabeza metiéndolo hasta mi garganta ahogándome por un momento, mis dientes rozaron la piel sensible sacándole un siseo, pero no parecía dolerle porque tomo mis cabellos en un puño y me movió con brusquedad haciendo que mi maquillaje se corriera con el lagrimeo, pero eso no fue todo mi hermano me dio un azote en las nalgas.

—¿Esta ropa se la pensabas mostrar a alguien? —jalo la tela rozando contra mi clítoris el encaje —mañana quiero el cajón de tu ropa interior en mi cama, por cada modelito de este estilo te daré un azote, eres una mocosa aun y debes de entenderlo.

Tiro de nuevo para cortar la tela con el cuchillo que usaríamos para partir el pastel, abrió de par en par mis nalgas, lo escuche escupir entre mis propios sonidos de arcadas, y luego se enterró abriéndome de manera salvaje.

Bocadillo (JJK, MYG +21)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora