Bocadillo (JJK, MYG +21)

Primera parte

Jungkook .

Creí que ha este punto de mi vida, ya nada me causaría emoción, el dinero no me falta, mujeres, poder, lo tengo todo.

El ser un Min te da muchos beneficios, y mientras haga lo que mi padre desea, me da las libertades.

¿Entonces por qué?

Porque esta la necesidad que tengo de tenerla.

Danna.

Solo decir su nombre me provoca una enorme ereccion.

Pienso en el día en que llego a casa, tenía tan solo quince años, pero lo más perverso pasó por mi mente al verla.

—Ella es Danna, tu hermana.

En realidad media hermana, es hija de mi padre pero su madre es la amante, era más bien.

Me pareció extraño, que decidiera hacerse cargo de ella, no pienso que sea la única media hermana que posea. Ni la última.

Pero entendí todo cuando mi padre la trataba.

Danna es hermosa tiene el cabello castaño y ondulado, sus ojos son verdes esmeralda, su cuerpo desde los quince es delicioso, pechos firmes, caderas anchas, cintura pequeña y piel morena clara.

La tentación siempre fue demasiada, incluso para mi padre. Siempre que anda en casa no pierde oportunidad para tocarla y no es por su tierno amor de padre, noto la tensión de sus dedos al rozar su cintura. La sienta en sí regazo, mientras ella habla de manera linda sobre su día.

Ahora cumple dieciocho y se ve diez veces mejor que nunca.

—Mi princesa —mi padre la abrazo apretandola, su mano se fue a su espalda baja mientras besaba su mejilla cerca de la comisura de sus labios —feliz cumpleaños mi vida, ¿Qué vas a querer?

—Nada papá, sabes que iré a una fiesta con mis amigas —le dio otro beso —pero si quiero pastel.

—Claro, cuando regreses de tus clases lo tendré.

—¿Para mi no hay abrazo?

Los interrumpí extendiendo mis brazos, ella corrió hacia mí saltando para que la atrapará, le llene de besos en el rostro haciendo que riera un poco.

—¿Qué hay en la caja?

Se separo mirando el regalo que tenía —¿Esto? —señale —nada solo basura.

—Jk —hizo un puchero con esos labios preciosos.

—Dame un beso y es tuyo.

Tomo mi rostro y sus labios se acercaron a mi mejilla, me moví un poco y casi la beso en los labios, pero sentí la mirada asesina de mi padre.

—Aquí tienes.

Tomo la caja, para sacar un libro rojo.

—¿Lo conseguiste? NO PUEDO CREERLO.

—¿Qué es eso? —mi padre se le acercó

—Hace tiempo le dije a Jk que buscaba un libro de edición especial, pero ya estaban agotados, no puedo creer que lo consiguiera.

—Y firmado por el autor.

—Mil gracias hermano eres el mejor —guardo el libro —me debo ir o llego tarde —se acomodo la mochila —los veo más tarde.

Ambos la miramos salir de manera atenta.

—No se porque siento que debo recordarte que es tu hermana.

—Media hermana, tu eres el que se olvida que eres su padre y veinte años mayor que ella.

—Como sea, vendré para el pastel.