Save Me ⋆ Damian Wayne

ᵗʷᵒ

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hey baby!

Seria una mentira decir que a Damian no le causo curiosidad aquella morena que conoció

Pero al mismo tiempo el había decidido olvidarse completamente de ella, de su presencia y en especial de esa sonrisa que ella siempre mantuvo durante su interacción. Enfocandose en cosas que el consideraba más importantes o simplemente en su rutina diaria

Había pasado alrededor de tres días desde aquella gala, tres días en los cuales se mantenía ocupado en los varios criminales de Gotham, luchando contra ellos y protegiendo aquella ciudad donde recidía

Fue una sorpresa para el cuando llegó a casa después de un arduo día de clases, encontrandose con la presencia de un coche de lujo -no más que los de el o su familia- estacionado afuera de las puertas de la mansión, dando a entender de la presencia de visitas en esta misma

No reconocía el automóvil, y realmente pensaba que tal vez solo sería algún conocido de su padre lo suficiente importante como para dejarlo entrar a su hogar. Por lo que solo se enfoco en entrar por las grandes puertas y dirigirse hacía su habitación

Pero sus movimientos fueron interrumpidos al escuchar la demandante voz de su progenitor, llamandolo

— Damian

— Padre

Su cuerpo giro hacía la dirección de la voz, encontrandose con otras tres presencias en la sala de su hogar, siendo una de estas su ya conocido mayordomo

Lo que el no se esperaba era encontrarse con aquella sonrisa una vez más, sintiendo como empezaba a irritarse de inmediato la vio. No sabía que causaba ella en su sistema, pero si sabía que ver ese gesto en todo momento le fastidiaba

— Stephan, el es Damian, mi hijo

Un hombre, probablemente unos centímetros más bajo que su padre se levanto de su lugar, su piel morena era mucho más oscura que la de el o su hija y se veía completamente como un hombre de negocios

— Mucho gusto Damian, tu padre me ha hablado mucho de ti

Su mano se extendió, por lo que el la acepto de igual manera, mostrando respeto e intentando ser lo menos grosero mientras su padre se encontrara frente a el

— Creo que ya conociste a mi hija, Delilah

La morena lo saludo sonriente desde su lugar, agitando su mano mientras dejaba ver su blanca dentadura. El apretó su mandíbula

— Si, ya tuve la gracia de conocerla

El hombre solto una grave risa, sin comprender si realmente le había dado gracia sus palabras o simplemente estaba siendo sarcástico. El volvió a su asiento, a un lado del hombre Wayne mientras el adolescente aun se encontraban de pie