capítulo 2

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Theon despertó al día siguiente, la luz matutina filtrándose por las cortinas. Parpadeó, desorientado, hasta que los eventos de la noche anterior se arremolinaron en su mente. Aún estaba en la casa de Ramsay. Su cuerpo se sentía pesado, el cansancio y la culpa mezclándose en un nudo en su estómago. Se incorporó lentamente, mirando a su alrededor, y sus ojos se posaron en un cuadro en la pared opuesta.

El cuadro era perturbador: una imagen oscura, casi fantasmal, de un hombre encadenado, su rostro distorsionado en una mueca de dolor y desesperación. Sus ojos, apenas visibles en la penumbra del cuadro, parecían seguir a Theon, juzgándolo, recordándole los sucesos con Ramsay. Había algo cruel y sádico en la obra, algo que encajaba perfectamente con lo que Theon había llegado a conocer de Ramsay.

Sacudiéndose el escalofrío que recorrió su espalda, Theon desvió la mirada y alcanzó su teléfono, que estaba sobre la mesita de noche. Vio varias llamadas perdidas de Robb. Su corazón se hundió mientras la culpa lo invadía. Había traicionado a Robb, y ahora enfrentaba las consecuencias de sus actos. Se vistió lentamente, cada movimiento pesado por la vergüenza y el arrepentimiento.

Salió de la habitación en silencio, los pensamientos retumbando en su mente, y siguió el olor a comida que lo llevó a la cocina. Ramsay estaba allí, de espaldas a él, cocinando tocino y huevos con una tranquilidad inquietante. Theon se detuvo en la puerta, observándolo, sin saber qué esperar.

Ramsay no se volvió, pero habló con su voz calmada y controlada, como si sintiera la presencia de Theon sin necesidad de verlo.

-Sabes, había dos cosas que le gustaban a mi madre: los hombres casados y el tocino. -Ramsay giró ligeramente la cabeza, revelando una sonrisa.

Ramsay finalmente se giró para mirarlo, sosteniendo una espátula en una mano y una mirada inquisitiva en su rostro.

-¿Qué te pasa, Theon? ¿La culpa? ¿El arrepentimiento? -Ramsay se acercó lentamente, sin apartar la mirada de Theon. -No tienes por qué sentirte mal. Al final, no has hecho nada que no quisieras hacer.

Theon bajó la mirada, sintiéndose aún más atrapado por las palabras de Ramsay. La culpa lo asfixiaba, pero también sentía que no tenía escape.

Ramsay dejó la espátula sobre la encimera y se acercó a Theon, tocando suavemente su mejilla.

-Estás aquí ahora. Y lo que pasó, pasó. Pero recuerda, Theon... -dijo Ramsay, inclinándose para susurrar en su oído-, nunca olvidaré lo que compartimos anoche. Y tú tampoco deberías.

Ramsay sirvió los platos con la misma meticulosidad que había mostrado al cocinar, colocando los huevos y el tocino en la mesa con precisión. Theon, sin embargo, no pudo esperar más. La culpa y la desesperación lo estaban consumiendo por dentro.

Se levantó bruscamente, empujando la silla hacia atrás.

-Me voy -dijo, con una voz más temblorosa de lo que habría querido-. Borra el video, Ramsay.

Ramsay levantó la vista con una ceja arqueada, una leve sonrisa en sus labios. No respondió de inmediato, lo que solo hizo que la ansiedad de Theon aumentara. Mientras se dirigía hacia la puerta, esperando que Ramsay cumpliera con su palabra, un sonido familiar llenó la habitación.

Era el video. La risa ahogada, los gemidos, el sonido de la traición. Theon se congeló a mitad de camino, el miedo haciendo que su corazón latiera con fuerza en sus oídos. Se giró lentamente hacia Ramsay, que sostenía su teléfono, dejando que el video siguiera reproduciéndose a un volumen bajo, lo suficientemente alto como para que Theon lo oyera.

Desesperado, Theon dio unos pasos hacia Ramsay.

-Por favor, Ramsay, dijiste que lo borrarías -suplicó, su voz rota por la desesperación.

You belong to Me(Ramsay X Theon)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora