NaRi.
El motor del auto se apagó suavemente mientras Jungkook estacionaba frente a la universidad. Un silencio cómodo nos envolvió por unos segundos, hasta que sus dedos acariciaron mi rostro. Sus ojos oscuros me encontraron, llenos de esa mezcla de preocupación y ternura que conocía tan bien.
—¿Estás segura de que estarás bien? —su voz era suave, pero cargada de un cuidado que me hacía sonreír.
—Voy a estar bien, Jungkook. Solo son dos horas de clases —respondí, abriendo los ojos y encontrándome con los suyos. Eran oscuros, pero en ellos siempre brillaba algo que me hacía sentir segura.
Él hizo una pausa, frunciendo ligeramente el ceño. Sabía lo que vendría a continuación. Las advertencias, sus recordatorios... siempre estaba pendiente de todo, especialmente ahora.
—Recuerda que no debes cargar nada pesado —dijo, acariciando mi vientre apenas perceptible, como si cada movimiento fuera una promesa silenciosa. Mi corazón se aceleró al sentir su toque—. Si te sientes mal o algo no va bien, me llamas de inmediato.
Sonreí y asentí, pero él no había terminado.
—Y mantente atenta, aunque ya no esté SeoHee, no quiero que te descuides. No confío en que se quede tranquila. Si en algún momento sientes que algo está mal, me llamas de inmediato, ¿me oíste? —su tono era firme, pero lleno de amor y preocupación.
Suspiré suavemente, sintiendo el calor de su mano sobre mi vientre, y llevé la mía encima de la suya.
—Estaremos bien, lo prometo. No voy a hacer nada imprudente. Y si me siento mal, te llamaré. —me incliné hacia él, nuestros labios encontrándose en un beso suave, cargado de protección y amor. Su mano se mantuvo firme sobre mi vientre mientras el beso se profundizaba, pero finalmente me separé, riendo levemente—. Me tengo que ir.
Jungkook se detuvo por un segundo más, mirándome como si fuera lo más frágil del mundo, y asintió lentamente. Me dio un último beso en la frente antes de abrir la puerta del auto.
—Te amo, cuídate —dijo desde de encender el auto.
Me quedé observándolo hasta que desapareció de mi vista. Algo dentro de mí siempre se tranquilizaba cuando estaba a mi lado, como si su presencia pudiera alejar cualquier miedo, pero ahora que había entrado en la universidad y él se había ido, una sensación de vacío y vulnerabilidad comenzó a invadirme.
Entré al campus, y justo cuando llegué frente al edificio principal, un escalofrío recorrió mi cuerpo. Mis manos instintivamente bajaron a mi vientre, acariciándolo levemente.
Todo estaba bien, me repetí.
Pero la sensación de inseguridad seguía ahí, agazapada. Jungkook no tenía clases hoy, porque nuestros horarios son completamente diferentes, y esa soledad me hacía sentir más expuesta. Sabía que SeoHee ya no estaba en la universidad, había sido expulsada después de lo que me hizo... pero la idea de que ella volviera, de que me buscara para hacerme daño a mí o a mi bebé, no me dejaba en paz. El campus, que solía sentir como un refugio, ahora parecía estar lleno de sombras.
Aceleré el paso, tratando de distraerme de esos pensamientos. Pero el miedo era persistente, como una sombra que no se iba. Mi mente regresó inevitablemente a ese día, el día en que todo cambió, el día en que supe que estaba embarazada.
Flashback.
Después de la paliza que SeoHee me había dado, no había podido asistir a la universidad por días. Mi cuerpo estaba adolorido, y cada movimiento me recordaba lo débil que me sentía. En esos días, evité a Jungkook y a Baek. No podía soportar ver la preocupación en sus rostros, no podía soportar que vieran lo rota que me sentía.
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US ; Jungkook
FanfictionJungkook y NaRi han pasado de ser amigos, mejores amigos, desconocidos, parejita, y ahora novios. A pesar de todo lo que les ha sucedido, nada les impide comenzar una nueva etapa en sus vidas, especialmente cuando NaRi está embarazada. ¿Qué podría p...