Entender que nuestros padres vivieron esa presion, ese mismo sentimiento de querer reconocimiento, querer amor.
Nos hace entender el porque no saben a veces darlo correctamente, expresarlo.Muchos se criaron solos cuidando a sus hermanos, siendo criticados constantemente, comparados, en familias violentas, con mucha soledad y su fuerza fue el impulso para sus trabajos, para criar a sus hijos.
Algunos viven toda su vida haciendo eso para escapar de la vida que tuvieron de chicos, no sintiendo cuidado de otra persona o tal vez no como hubieran querido.
Algunos nunca pudieron hablar sus problemas o tener tiempo para pensarlos, decidiendo esconderlos bien adentro y enterrarlos.
Pero lo transmitimos; la exigencia, el cuidado que no tuvimos, el dolor que no pudimos hablar o sentir, el enojo con el mundo, la tristeza de la soledad, el conflicto con la comunicación...
Creemos que no influenciamos a nuestros hijos pero muchas de esas cosas se ven.
El elegir parejas que nos lastiman demuestra que aceptamos que nos denigren, que no nos amamos o tenemos miedo; el criticar y nunca valorar las cosas buenas hace que los demás no quieran contarnos las cosas.
Todo tiene una emoción, un detrás, entender que nuestros padres vivieron lo mismo o peor y que las herramientas que tuvieron fue su propia lógica basada en el reconocimiento, la critica y el control, nos hace liberarnos.
Nos hace entender que la unica responsabilidad que tenemos es en no repetir los patrones, en aprender a soltar ese juzgamiento interno que nos destruye constantemente. Aceptar que los resultados a veces son una mierda, tal cual como se escucha, una mierda.
Pero que todo en algún punto tiene un sentido, todo enseña y aprende, podemos aprender a dar amor y vivir sin ser vacios, sin vivir en automático, sin perder el tiempo, aunque a veces es hermoso dormir todo el día.
Es necesario también relajarse, reirse, hacer un buen humor negro, compartir y no controlar, no planear y soltar.
Abrazar, querer y disfrutar sabiendo el valor que nos damos y no esperando que lo reconozcan los demás.
Si amamos nuestra mente, si nos cuidamos podemos aprender a cuidar a otros.
Hay que a veces recordar los demonios, otras veces enterrarlos, hay que liberar y enojarse, otras solo relajarse y vivir.
Pero entender que nuestros padres fueron niños perdidos como nosotros nos hace dejar el rencor.
De todas formas, hay muchos casos que es imposible mantener comunicación o siquiera amor por padres o madres que nos hicieron daño en serio.
Creo que también el amarnos es el elegir que personas queremos en nuestra vida, que personas no aportan nada bueno, sea o no sea tu familia. Pero entender que cada uno elige su camino, lejos o no lejos de tí, te relaja, te suelta la culpa y fuera de que uno se sienta responsable, a veces logra y enseña más con su distancia.
Desde la soledad logramos también conectar con nosotros mismos, entender que queremos y sentimos, que miedos nos abruman, que no volveriamos a elegir, es un proceso necesario.
Por lo que a veces darse el tiempo de estar solos o alejados de alguien que nos genera sentimientos feos es lo mejor.
Nos hace crecer, tanto a nosotros, como a la persona que quedo en soledad por sus actitudes o comportamientos.
Introspección.
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Reflexiones
SpiritualDecidí comenzar a escribir ciertos procesos mentales y cuestionamientos que me hago usualmente para aprender a alivianar mi mente. Al igual que ciertas experiencias positivas y negativas que me han ayudado a crecer. Filosofía, teología y vacíos ex...