Roronoa Zoro

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Zoro despierta y...

Él está atado.

Tiene unos cuantos días estando atado en el mismo lugar bajo el sol. Le está pasando factura todo ese tiempo sin comer ni beber nada, sin hablar de lo débil que se encontraba por la falta de movimiento. Cuando haces cosas buenas te pasan cosas malas. Suspiró mirando hacia abajo, no es muy divertido no hacer absolutamente nada el día entero.

Incluso pelear con un escarabajo sería más divertido.

Pero bajo ese sol abrazador solo piensa en la seguridad de la niña y sus katanas confiscadas, no quería dárselas a cualquier idiota, especialmente Wado Ichimoji. Pero es para proteger una vida.

Solo quedaban diez días, después de eso sería libre de ese chiquero de marines. Y se embarcaría en la búsqueda de ser el mejor espadachín del mundo. No pensaba rendirse ante el mequetrefe que lo había encarcelado, ese niño de papi se creía demasiado para solo ser hijo de un capitán.

Cree que el mismo lo puede vencer en su estado actual.

Mientras su mente seguía divareando sobre cosas sin sentido para mantenerlo consciente, sus ojos vieron una figura que sabe absolutamente bien que no estaba hace un segundo.

Enfoca mejor su mirada para verlo cara a cara con él bebiendo de una botella de Sake. Ahora, mirándolo más de cerca... parece una copia suya. Como si lo hubieran clonado mientras dormía.

El hombre frente a él le da una mirada analítica de arriba hacia abajo. Da una mueca y bebe un poco más de la botella en su mano, cuando termina la acerca a su cara y le pregunta.

―¿Quieres un poco?

Un buen Sake nunca debería rechazarse. Además, el tipo parecía fuerte, podía derribar al hijo de papi y sus soldados si se ponían de aguafiestas.

El extraño le dio una sonrisa― Ahora que lo pienso, vi un cartel que decía "Cualquiera que ayude a un criminal será ejecutado."― El bastardo volvió a beber y se terminó toda la botella.

Zoro jura que lo matara.

―¿Todavía no sabes quién soy?

―¿Debería?― En realidad no, pero últimamente había escuchado como todo el mundo lo llamaba el demonio del East Blue.― Estoy bromeando, claro que sé quién soy.― Ah, parece que el tipo está loco.

―¿Qué quieres decir con eso? Tú no eres yo.

―Entonces ¿Cómo explicas que tenemos la misma cara?

Touche.

Piensa un poco en una respuesta coherente y simplemente no la tiene, un imitador no podría imitarlo de esa manera, además de la inexplicable fuerza que siente de este hombre, no hay razón para que quiera hacerse pasar por él.

―Ah, todavía no me he presentado― "Zoro" dice mientras se truena el cuello― Soy Roronoa Zoro, el próximo mejor espadachín del mundo― Sonríe en grande y apunta a Zoro― Él tú del futuro.

Zoro no puede creerlo, pero la evidencia está sobre la mesa ¿De qué otra forma se parecerían tanto? También puede ver a Wado con él entre dos nuevas espadas que no conoce.

―Digamos que te creo, ¿Que haces aquí?― No cree que viniera del futuro para advertirle del fin del mundo o algo así como en las películas.

―Bueno... es una larga historia, solo digamos que siempre estoy en grandes líos gracias a un cabeza hueca.― En contraste con sus palabras, su mirada parecía divertida cuando hablaba de ese "cabeza hueca".

―Claro...― Estaba un poco escéptico todavía, pero lo dejo ser. De cualquier modo, no es como si vinieran a verlo todos los días, los marines no sabrán que hay otro "Él" en el lugar.

Pensando otra vez en su situación, mira al hombre frente a él, es corpulento y desde lejos puedes sentir su aura de poder. Tiene una cicatriz en un pecho descubierto y una en su ojo. Parecía que después de salir de ese lugar entrenaría como un loco.

Sonrió satisfecho consigo mismo.

―Por cierto, cuanto tiempo te falta aquí― Pregunto mirando a todas partes para intentar ver algo.

―Faltan solo diez días.― No esperaba ver como los ojos del contrario se iluminaron por un momento y se echó a reír.

No podía entender la gracia que eso le causaba al otro hombre. Llevaba unos cuantos días sin hablar con alguien, así que su compañía no le molestaba.

―Hay que celebrarlo, vamos a beber Sake― Busca algo entre su ropa y saca otra botella brindándole a su acompañante.

―¿Por qué tienes una botella en tu ropa?

―Para que el cocinero no moleste de que siempre estoy bebiendo, toma tú también― Pensaba preguntar sobre lo que dijo, pero solo tomo lo que le ofrecieron.

Estuvieron bebiendo un rato, cuando terminaron se quedaron en silencio uno al lado del otro.

―¿Cómo es el futuro?

El otro Zoro toma su tiempo para pensar en una respuesta― No está nada mal.― mientras dice esto, fija sus ojos en algún lugar de la muralla de la base de la Marina, sonríe un poco y se relaja.

Zoro mira en esa dirección para encontrar a dos idiotas viéndolo desde afuera. Al parecer estaban discutiendo sobre dejarlo libre, cansado de sus balbuceos los encara.

―¡Eh, ustedes! Me están molestando, piérdanse.― Su cabeza se mueve a un lado buscando a su otro yo.

No estaba.

Parecía haber desaparecido y ya, bueno, tomando en cuenta como apareció, lo lógico es pensar que así mismo se iría. Suspiro volviendo su mirada hacia los idiotas otra vez para verlos balbuceando otra vez.

Sería un largo día.



...

Mi inspiración está por las nubes.

Tal vez se deba a que las vacaciones están terminando y sé que no la voy a tener fácil este año.

Pero volviendo a esta historia.

No planeo hacerla larga, solo los mugiwaras visitando a sus versiones antes de conocer al solecito de Luffy. Esta historia no contiene ninguna pareja, simplemente los mugiwaras como la familia que son.

Esta idea la tenía desde el primer one shot que publique de One Piece, pero nunca me anime a escribirla y por fin lo hice :)

Cuando publique este capítulo, significa que ya hice la mitad del Team East Blue.

Nos vemos otro día, chao-chao.

Memories in the MirrorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora