Usopp

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Estaba sobre la rama de un árbol descansando bajo la sombra de las hojas, hacía unos minutos estaba corriendo por el pueblo y los aldeanos casi lo atrapaban esta vez.

Aunque nunca  lo hacían con mala intención, solo estaban un poco hartos de las mentiras de Usopp. Él, por otro lado, se encontraba disfrutando del viento en su cara.

Pensó en su amiga Kaya, preguntándose si debería ir a verla en ese momento. Tal vez esté deprimida y necesitase compañía.

Suspiro pensado que iría más tarde.

―Qué nostalgia.

Usopp casi se cae de la rama.

Había otra persona con él allí arriba, era un hombre musculoso con cara de mentiroso... ¡Espera, esa es su cara!

―¡¿Q-Q-Q-Q-Q-Q-Q-Q-Q-QUIE-E-E-E-E-N ER-R-R-RES?! ¡TE ADVIERTO QUE TENGO OCHENTA MILLONES DE SOLDADOS BAJO MI MANDO!― Usopp se alejó lo más posible bajando del árbol y ocultándose detrás de este.

La otra persona se quedó allí arriba, observándolo un rato, podía jurar que vio una gota de sudor bajando por su cabeza.

¡¿De dónde había salido ese tipo?! Usopp no lo había notado hasta que él solo se delató hablando.

―¡¿De dónde saliste?!

El hombre, horriblemente parecido a él, puso una mano sobre su barbilla, viéndose genuinamente confuso.

―No lo sé.

―¡¿No lo sabes?!

El otro bufo. ―No puedo siempre estar vigilando a ese torbellino de problemas. ¿Cómo iba a saber que esto pasaría? 

―¡N-N-N-N-N-NO ME INTENTES ENGAÑAR!

―Escúchame ¡Yo soy el gran Dios Usopp!― "Usopp" se presentó mientras abría los brazos en señal de su grandeza.

Usopp quedo impresionado por cinco segundos, antes de volver a la realidad.

―¡Genial!... ¡Espera!― Eso estaba fuera de la lógica― Yo soy Usopp, tú no puedes ser yo.

El otro frunció el ceño buscando una manera de explicarle de manera coherente el porqué había dos de ellos.

Aunque el Nuevo Mundo era todo menos coherente.

Se rindió dando un suspiro.

―Claro que soy tu estúpido, como explicas nuestro parecido, no recuerdo tener un hermano gemelo.

No puede refutar que realmente tienen la misma cara, solo que la del otro Ussop se veía más madura.

Todavía temblando de miedo sale de detrás del árbol para mirarlo a los ojos. ―Entonces, ¿Eres yo de verdad?― Cuando el otro le dirigió una sonrisa, solo pudo sentirse extremadamente feliz.

¿Sería así de musculoso? Parece que correr por la aldea todos los días daba sus frutos. 

―¿Somos bravos guerreros del mar?― Pregunto con todo el entusiasmo que tenía. Podría jurar que tenía estrellas en los ojos.

El otro no negó nada, pero tampoco lo confirmo.― No sé cómo llegue aquí, pero no creo que deba decirte cosas sobre el futuro.― Usopp se vio visiblemente abatido por esta respuesta. 

―No te desanimes tanto, después de todo, somos geniales.― Eso era lo único que podía decir en ese momento. Y sabía que eso animaría a su contraparte menor.

Justo como predijo, la emoción volvió a su cara y se filtró en sus palabras.― ¡Claro que somos geniales!― Balbuceo un rato de lo genial que era él también.

Él se quedó mirándolo fijamente durante un rato, ¿realmente era tan mentiroso? Al principio no entendía por qué su capitán lo había reclutado.

Ahora tampoco lo entiende.

Solo sabe que le agrado, y agradecerá eso el resto de su vida. Ahora, viendo al Usopp que Luffy vio la primera vez que se conocieron, siente que tiene que preguntarle por qué lo eligió.

Se recostó sobre aquella rama mientras sentía la presencia de los Piratas de Usopp acercase. Sonrió sabiendo lo que venía en ese momento.

Usopp se calló de repente al escuchar a los niños llegar. Pero más atrás de los dos estaba Tamanegi, quien venía gritando desde muy lejos, pero ninguno de los tres entendía lo que decía.

―¡Piratas! ¡Llegaron los piratas!

―Eso era una mentira.

―¡No! ¡Los piratas llegaron de verdad!

Usopp empezó a sudar, ¡Toda la valentía de antes había desaparecido!

Volteo a la rama del árbol para pedir ayuda, solo para darse cuenta de que el otro Usopp desapareció.

El Usopp sin músculos entro en pánico.

...

Esta parte es más corta considerando las otras dos.

Meh.

No quiero seguir envejeciendo maldita sea 😥😥

Bye-Bye

Memories in the MirrorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora